El grupo Frigorífics Ferrer, especializado en la venta y distribución de pescado fresco y congelado, está considerando poner en marcha un segundo centro de almacenaje y distribución en Catalunya, para afrontar el crecimiento previsto para los próximos años y que pasa, entre otros, por el objetivo de consolidarse en el mercado catalán y español. "Tenemos mucho recorrido todavía para crecer en Catalunya, y en las plazas de Madrid y Valencia, que también queremos reforzar", ha señalado el director general, Juli Ferrer, miembro de la cuarta generación del grupo familiar.
Desde hace unos años la central en Catalunya, que es el almacén que tienen en Vic -de donde es la empresa-, y que actualmente dispone de espacio para 5.000 cantos rodados de almacenaje, "ya no es suficiente". Sirve para suministrar Catalunya, Aragón, Alicante y Castellón y el sur de Francia. El objetivo es doblar esta capacidad y mejorar los procesos y la digitalización para agilizar las expediciones o la preparación de los pedidos diarios. En estos momentos, la compañía se encuentra en un proceso para escoger los terrenos más idóneos, pero la intención es ubicar el nuevo almacén en la comarca de Osona, según declaraciones en la agencia de noticias ACN.
La compañía, constituida por la familiar Ferrer en 1924, también invertirá cinco millones de euros a la suyo que tienen en Madrid. "Las instalaciones se nos han quedado pequeñas", ha explicado Juli Ferrer.
Con estos dos proyectos entre manos, el grupo Frigoríficos Ferrer llega a su centenario con unas previsiones de facturación de 150 millones de euros y ampliar los mercados de importación desde Asia, América y Europa. Según datos facilitados por el grupo, tienen más de 18.700 clientes y más de 770 proveedores.
Dos terceras partes de las ventas se centran en la hostelería, sean cadenas de restauración o restaurantes y bares, y uno de cada tres productos se sirve con marca propia. Otra parte importante también la venden en supermercados, y últimamente han abierto otra rama del negocio para servir al segmento de las colectividades, como hospitales, residencias o colegios.
También ha crecido a través de compras. En el 2023, se quedó la empresa Sampera Mercat del peix, de quien adquirió el know how de la compra directa, además de 30 lonjas del arco Mediterráneo, para crear una nueva línea de negocio de alta gama. Y dos años antes habían comprado Frozen Foods Solutions, en Madrid.
La compañía dispone de una gran flota de vehículos, unos 200, que desde las seis delegaciones de que disponen hacen llegar sus productos (unas 5.700 referencias) a sus clientes, que cada vez más piden "trajes a medida", explica al presidente del grupo, Julià Ferrer. Desde su trayectoria, el presidente constata que el mercado de la distribución de pescado fresco y congelado ha cambiado mucho en los últimos años. "La negociación, el trato o la manera de servir no tienen nada que ver", ha puntualizado Ferrer. Por ejemplo, ahora desde la hostelería ya piden casi los pescados "para poner a la plancha" y "hay que adaptarse".
Los orígenes, en Vic
Los orígenes se remontan en 1924, cuando Manela Fargas y Julià Ferrer abrieron la pescadería Ca la Manela a los años 50 en la calle de los Tesoreros de Vic, después de regentar durante muchos años un puesto de pescado en la calle del Ramaje de Vic. La actividad en Ca la Manela fue creciendo y en los años 70 abrieron el primer almacén con cámara de congelado. Aquella década obtuvieron la exclusividad de Pescanova i Frigo en Osona y en el Ripollès. En los 90 y 2000 la empresa fue creciendo hasta que en el 2010 compraron una nave a Mercabarna.
En el 2016 y en el 2017 fueron dos años importantes para la expansión de la compañía, la primera en Valencia y la segunda en Mercamadrid. Julià Ferrer, presidente del grupo Ferrer, ha explicado a la ACN que desde que la tercera generación se incorporó al frente de la empresa, se continuó con la voluntad de su padre y su abuelo de crecer y que la empresa fuera mayor y más moderna, "y pudiera dar servicio cada vez a una zona más amplia".