El Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria busca un nuevo asesor que le guíe en la salida del accionariado de CaixaBank, banco del que posee un 17,3% del capital. El Frob, que depende del ministerio de Economía, se convirtió en el segundo máximo accionista del banco catalán (el primero es Criteria Caixa con el 30%) después de la fusión con Bankia. El mandato del Frob es desinversor, pero a la vez quiere maximizar la recuperación de las ayudas que en su día recibió Bankia, y esta es la labor del asesor, hacer un seguimiento del mercado y valorar cuándo es mejor la venta.

Hasta la fecha, dicho asesor era Arcano, pero su contrato vence en diciembre de 2023, por lo que el organismo ha publicado este lunes la licitación para la contratación de un nuevo asesor, según recoge el Portal de Contratación del Estado. El nuevo contrato será de un año, hasta diciembre de 2024, pero podría ser prorrogado hasta dos años más.

Hay que recordar que el plazo legal para llevar a cabo la desinversión de CaixaBank vence en diciembre de 2025, pero que esta fecha ya ha sido modificada en varias ocasiones. De hecho, el plazo inicial para que el Frob saliera de Bankia debía concluir a los cinco años desde que se inyectaron los 22.400 millones del rescate. Pero dicho plazo se amplió a 7 años, hasta situar la fecha límite en diciembre de 2019.

De nuevo, en febrero de 2020 se aprobó una ampliación de dos años más (hasta diciembre de 2023) que el pasado año el Gobierno decidió extender hasta diciembre del 2025; El presidente de CaixaBank, José Ignacio Goirigolzarri, que antes lo era también en Bankia, ha explicado en varias ocasiones que es el Estado y no el banco quien debe decidir si se mantiene o no como segundo accionista, durante cuánto tiempo estará y si decide irse, en qué circunstancias.

Teniendo en cuenta que el Estado no recuperó apenas dinero cuando estaba en Bankia y en CaixaBank si tiene esta opción, ha permanecido mucho más tiempo del esperado. Pues se está viendo beneficiado, principalmente, de la recompra de acciones y los dividendos del banco, que repartirá al menos el 50% del beneficio entre 2022-2024, un periodo de resultados récord después de que los tipos de interés hayan vuelto a ser positivos. 

Actualmente, la participación del Gobierno en el banco tiene un valor aproximado de 5.320 millones frente a los 3.000 millones que tenía en Bankia. Por este motivo, el Frob recuerda en la memoria justificativa del contrato que la estrategia de desinversión "está orientada al objetivo de maximizar el rendimiento obtenido de la venta de la participación, optimizándose así la recuperación de ayudas públicas, objetivo para el cual es fundamental un seguimiento cercano y una experiencia y conocimiento profundo del mercado de capitales".