La Generalitat ha descartado entrar en el accionariado de la empresa textil Nylstar de Blanes y apuesta por buscar un inversor que compre el negocio para mantener la actividad. Esta era una de las opciones que el comité de la compañía había planteado porque, de los 15 millones de euros de deuda que acarrea la firma, hay cinco que corresponden a créditos de la Generalitat que no ha devuelto.
Según ha explicado a ACN el secretario de Empresa y Competitividad, Albert Castellanos, "actualmente este recurso no forma parte de la política empresarial del Govern" y ha añadido que "creemos que para que un proyecto empresarial arranque, siempre es bueno un liderazgo privado".
A principios de febrero, la compañía de Blanes presentó concurso de acreedores. La firma informó que liquidaría el negocio, lo que significaba el despido de los ochenta trabajadores que actualmente tiene en plantilla. La noticia del cierre sorprendió a los empleados después de que, a principios de enero, se retirara un expediente de regulación de empleo (ERE) que contemplaba 24 despidos del negocio. Sin embargo, unos días más tarde, Nylstar decidió retirar el ERE sin "dar ninguna explicación", según apuntaron los sindicatos.
Búsqueda de inversores privados para reflotar Nylstar
En paralelo, y con el objetivo de buscar alternativas a la liquidación de la fábrica, más allá de mantener los puestos de trabajo, la Generalitat, el Ayuntamiento y los sindicatos crearon una mesa para reindustrializar Nysltar. Hace un mes en las reuniones también se añadieron representantes de la textil. Este viernes tendrá lugar el próximo encuentro de la mesa. Este comité está trabajando para encontrar inversores que se interesen para reflotar la fábrica, aunque Castellanos ha indicado que "está en fases muy iniciales".
En este sentido, el secretario de Empresa ha añadido que, ahora mismo, la mesa está trabajando para identificar "los activos productivos" y buscar posibles interesados en adquirir toda o parte de la fábrica. "La idea fundamental es mantener buena parte de la actividad productiva de Nylstar, que permita no perder tejido industrial en las comarcas gerundenses". Finalmente, Castellanos ha señalado que la apuesta implica encontrar a un inversor que reflote la textil. "Para que un proyecto industrial arranque, siempre es bueno que haya un liderazgo privado, y eso es lo que estamos facilitando".
Empresa centenaria
Fundada en 1923 por las familias Gillet y Vilà, la fábrica era conocida como "nylon". La compañía fue adquirida por el grupo inversor Praedim en 2009 y cuatro años más tarde hizo un cambio de rumbo y recuperó el control de la marca Meryl. Aquel año, Nylstar cerró con una cifra de negocio de 65 millones de euros. En 2015 la marca contaba con una plantilla de 280 trabajadores y filiales en Nueva York y Hong Kong.
Durante la pandemia, la empresa textil abrió una nueva línea de negocio con la venta de mascarillas bajo su marca Meryl. La creación de los tapabocas, con propiedades antimicrobios y reutilizables, surgió de la necesidad de proteger a la población del coronavirus, creando una economía sostenible y circular. Por contra, menos de tres años más tarde, la firma se ha visto obligada a presentar concurso de acreedores.