Desde finales de 2022 y a lo largo del año pasado, los envíos a domicilio y el sector de la logística sufrieron un baño de realidad que se tradujo en el cierre de empresas de última milla nacidas durante la pandemia o incluso antes. Gorillas, Getir o Stuart son tres ejemplos, pero podrían ser más: negocios digitales que prometían llevar "en pocos minutos" los productos hasta la puerta de casa a una velocidad que parecía prácticamente imposible. Compañías que creaban necesidades donde no las había y donde la rentabilidad era un bien escaso para la mayoría de ellas. Surgió el concepto quick commerce, un sector altamente competitivo que ha ido perdiendo adeptos tanto en Barcelona como en España, especialmente después de la irrupción de la covid-19 y el posterior confinamiento.
El alto volumen de competencia y las ofertas agresivas desencadenaron una guerra de precios difícil de superar y, mientras algunas empresas encontraban su nicho de mercado, como Glovo o UberEats, otros se vieron obligadas a dejar el mercado español o, incluso, desaparecer.
Aplicación de la Ley Rider
A principios de abril, Stuart anunció un ERE que afectaba a todos sus centros de trabajo y repartidores en España. Hasta entonces, la empresa ofrecía envíos en ciudades como Madrid, Barcelona, Bilbao, Zaragoza y Valencia, pero ahora pretende "optimizar la eficacia operativa y capitalizar los mercados en los cuales opera". "La compañía ha adoptado una postura proactiva para hacer frente al impacto de la inflación, el aumento de los costes operativos y la reciente aplicación de la Ley Rider en España, que han influido directamente a la capacidad de Stuart para generar un crecimiento rentable en el mercado español". De esta manera, el negocio defendió que seguiría atendiendo a los clientes de Francia, Reino Unido, Polonia e Italia y precisando que el mercado español representó "menos del 1,4% de los ingresos totales del grupo en el 2023".
Núria Beltran, presidenta de la Comisión de Retail del Col·legi d'Economistes, asegura que las expectativas de crecimiento fueron muy altas durante la pandemia en este tipo de negocios. "Hubo una sensación de euforia muy grande, pero todo eso ha caído", apunta, y añade que "la gente ha vuelto a las tiendas físicas, estamos recuperando la cultura de salir a la calle, comprar en los comercios y pasear".
"Creo que la creación de los supermercados de entregas rápidas fue una burbuja, como lo fueron hace unos años los videoclubs o lo son ahora los negocios de uñas". Al mismo tiempo, reconoce que las dark stores tienen su nicho y que "todo el mundo ha incorporado la entrega a domicilio", pero matiza que "no es la explosión que parecía". "La pereza de ir a buscar comida se ha mantenido, pero es diferente un plan en casa que el hecho de ir al supermercado. Hemos recuperado la presencialidad y el fenómeno de estos supermercados se podría comparar a la burbuja de las puntocom de hace unos años", indica.
El adiós de Getir y Gorillas en España
Antes de Stuart vinieron los casos de Getir y Gorillas, dos firmas que irrumpieron con fuerza en el mercado español y que al cabo de unos meses se vieron obligadas a huir. En 2022, la plataforma alemana Gorillas decidió dejar de operar en España. Después de difundir que recortaría unos 300 puestos de trabajo, el negocio afirmó que "estudiaría las opciones estratégicamente posibles para la marca" y que se centraría en sus cinco mercados clave: Alemania, Francia, Reino Unido, Países Bajos y los Estados Unidos. Gorillas irrumpió en el mercado español un año antes de su salida y su modelo de negocio se basaba en los supermercados fantasma donde los repartidores recibían los pedidos a través de la aplicación.
La turca Getir, por su parte, anunció la compra de Gorillas con el objetivo de crear "un gigante de las entregas ultrarrápidas". "Los mercados suben y bajan, pero a los consumidores les encanta nuestro servicio y la conveniencia ha llegado para quedarse. El sector de las entregas ultrarrápidas de la compra seguirá creciendo durante muchos años y Getir liderará esta categoría que creó hace años", destacó Nazim Salur, fundador de Getir. Contra todos sus pronósticos, a mediados de 2023 Getir hizo una reestructuración y comunicó su intención de retirarse de "forma ordenada" de España, Italia y Portugal, donde presentó un ERE para toda la plantilla, formada por 2.500 empleados. En el caso de España, la firma despidió a 1.500 trabajadores.
Una cosa parecida le pasó a GoPuff que, a pesar de tener unas buenas cifras de financiación, también se vio obligada a despedir a mucha gente en España y finalmente abandonó el país. Con tan solo seis meses de operaciones, la empresa hizo efectiva su salida el año 2022 para centrarse en otros países. Los ucranianos Rocket también lo intentaron, pero operaron durante pocos meses, ya que iniciaron las operaciones en el país el mes de noviembre de 2021 y anunciaron su salida en febrero de 2022.
"La gente se ha acostumbrado al delivery"
Finalmente, Juan José Gutiérrez, CEO de Jelp Delivery, empresa que conecta a los pequeños comercios con los usuarios a través de soluciones tecnológicas y riders contratados, confiesa que "las compañías que miraban por el beneficio de los repartidores, que todos los trabajadores tenían contrato y seguridad social y respetaban la normativa han sido las más perjudicadas" y agrega que en los países donde las leyes laborales son más estrictas, estos modelos de negocio no funcionan. Y sobre qué futuro les espera a las que hay actualmente, recuerda que hay muchas "que lo están haciendo bien, lo tienen todo en regla y velan tanto por la empresa como por los trabajadores" y acaba afirmando que "no creo que paren, mucha gente se ha acostumbrado al delivery inmediato y las que trabajen bien persistirán".