Ofertas atractivas, espacios abiertos, horarios flexibles y precios competitivos. Los gimnasios de bajo coste, que se han expandido como una mancha de aceite en los últimos años por toda Europa, también han entrado con fuerza en el mercado español. Cuotas por 15 euros al mes, sin matrícula y sin un contrato de permanencia son algunos de sus distintivos para rivalizar con los centros tradicionales. Con un público objetivo joven, especialmente Generación Z, estas cadenas hacen una gran apuesta por la publicidad online, los anuncios chillones y por situarse en puntos estratégicos de las grandes ciudades, aunque cada vez están ganando más presencia en ubicaciones que no llegan a los 100.000 habitantes.

Viva Gym, Basic Fit, McFit, AltaFit o Anytime Fitness son algunos ejemplos. En la mayoría de casos son grandes fondos de inversión internacionales que han visto en el mercado español una oportunidad de negocio, un hecho que está pasando también en otros países como el Reino Unido, Francia o Alemania. "Llegaron hace unos años y generaron un auténtico boom vía concesiones administrativas", explica Martín Vivancos, profesor de marketing de EADA y especialista en empresas de servicios y comportamiento del consumidor, que agrega que "son macroinstalaciones que los ayuntamientos ceden a empresas constructoras por un periodo determinado de tiempo con el objetivo de democratizar y acercar el fitness a toda la población". En este sentido, el experto comenta que han aparecido estas firmas low cost como surgieron en su momento las aerolíneas o los supermercados y que, al mismo tiempo, han dado pie a un par de tendencias nuevas, como son los gimnasios especializados y los gimnasios boutiques. El caso del CrossFit sería especializado y boutique serían aquellos con un tratamiento muy personalizado. "Normalmente, suele haber grupos inversores que desarrollan esta actividad. Se dedican a abrir centros no para que les vaya bien, sino para desarrollarlos  y venderlos como cadena. Es una fragmentación de la oferta".

Integración de negocios

Uno de los casos más recientes es Basic Fit, que compró McFit a finales del año pasado, integrando 42 gimnasios de la compañía para consolidarse en el mercado español en el segmento de bajo coste, donde está presente con más de un centenar de centros. Basic Fit comunicó en diciembre de 2023 que contaba con 110 millones de euros de financiación para afrontar la compra, reforma y gastos de reestructuración de los 47 clubs en España. Con esta operación, la multinacional señaló que buscaba elevar los beneficios subyacentes de cara a este 2024 y al menos buscar un retorno de capital del 30% a partir del 2026. Basic Fit, que cotiza en bolsa, está controlada por diferentes fondos como Impactive Capital, North Peak Capital, 3i Private Equity o MIT Investment y ninguno de ellos es español.

A finales de abril, Providence Equity Partners, socio del Real Madrid, tomó el control de VivaGym Group después de adquirir al fondo de inversión británico Bridges Fund Management el 60,3% que ostentaba. Con esta operación, la firma estadounidense culminó así su entrada en el mercado del fitness español y lo hizo con la cadena VivaGym, nacida en l'Hospitalet de Llobregat, con sede en Málaga y que opera tanto en España como en Portugal con 104 clubs. Aunque no se hizo público el importe de la transacción, Expansión adelantó que la operación no llegaba a los 300 millones de euros.

En el caso de la cadena Altafit, el propietario es MCH Private Equity, un fondo español que a la vez cuenta con iFitness. De hecho, el año pasado MCH puso a la venta Altafit, pero la operación, valorada en más de 100 millones, fracasó. Esta operación buscaba adquirir los negocios, hacer crecer su valor y venderlos al cabo de unos años.

"Esta nueva tendencia del bajo coste es el concepto autoservicio gym. No tienen recepcionistas ni prácticamente personal, sino que hay un acceso libre con un servicio básico y a partir de aquí la gente va añadiendo complementos", describe Vivancos. Además, pone énfasis en el hecho de que no suelen tener piscina, ni zonas de aguas ni algunos servicios, pero, en cambio, ofrecen buenas zonas de cardio y entrenamientos de fuerza.

España cuenta con más de 4.000 gimnasios

En el caso de Anytime Fitness, el propietario es un grupo de los EE.UU. controlado por los fundadores. La compañía se encuentra en pleno proceso de expansión y recientemente ha abierto un nuevo club en Mallorca en régimen de franquicia y será gestionado por dos multifranquiciados de la cadena en las Islas Baleares y propietarios de un par de centros más. El objetivo de la firma, que cerró el año 2023 con 41 clubs operativos, es llegar a la cincuentena a finales de este año. "Está siendo un 2024 muy positivo y creemos que el segundo semestre también será muy bueno para nosotros", confirma Tim Devereaux, director general y consejero delegado de Anytime Fitness Ibèria. El crecimiento de la marca los ha situado como la franquicia de más rápido crecimiento de la historia, superando en dos décadas las 5.000 unidades operativas.

Otra de las marcas que ha irrumpido con fuerza en el panorama español es Fitness Park, que en su caso opera en régimen de masterfranquicia. La cadena nació en Francia hace más de 30 años y está presente en el país galo, España y Marruecos. Frédéric Conquet, director general de Fitness Park, explica que actualmente tienen 34 centros en España y que prevén cerrar el 2024 rozando la cincuentena. Siguiendo el rastro del resto de cadenas, Fitness Park se está expandiendo por todo el territorio y este año prevén cerrar el ejercicio con 60 millones de facturación. "Es un negocio con un músculo financiero importante, somos rentables desde el principio y hasta ahora todo ha sido con capital propio", recuerda Conquet.

De hecho, un informe publicado por Deloitte en el 2023 aseguraba que en España hay más de 4.000 gimnasios de todo tipo y que es uno de los "grandes mercados" en los que los fondos de inversión ven potencial por las altas expectativas de crecimiento y los bajos costes. "El mercado se ha fragmentado y ahora hay espacios para los diferentes modelos de negocio. A partir de ahora nos encontraremos clubes tradicionales, clubes sociales, modelos prémium y grandes instalaciones, más allá de los especializados," matiza el experto.

Paralelamente, hace hincapié en que buena parte de los centros deportivos del país recibieron capital y financiación para hacer frente a los gastos derivados de la pandemia como AltaFit (15 millones de euros en Cofides), Be One (25 millones de euros) o los clubs DIR, que acudieron a los créditos que la Generalitat prestó a través de Avança para compensar las pérdidas durante la covid-19. En el caso de la cadena catalana, el Govern les concedió un crédito bajo el nombre Línea de reactivación industrial post-Covid-19 que su vencimiento era a cinco años y la Generalitat puso como condición que, en caso de impago, podría acabar quedándose alguna propiedad de la cadena de gimnasios o, incluso, una parte de las acciones del negocio.