El Gobierno seguirá siendo accionista de referencia en CaixaBank como mínimo tres años más y no solo porque aún no ha recuperado los más de 22.000 millones que inyectó en Bankia para evitar su quiebra hace ahora diez años, al Estado le interesa seguir dentro del banco por otras muchas razones. Desde que las dos entidades cerraron la fusión en marzo del 2021, la acción del catalán se ha revalorizado en un 40% lo que le lleva a situarse actualmente dentro del top 5 de empresas con mayor valor en bolsa. Esto hace que la participación del Frob aumente considerablemente su valor. Además, la recompra de acciones que el banco ha emprendido este año ha hecho que el capital que posee el Estado suba por encima del 17%, y los beneficios del que se ha convertido en el banco más grande del país, le están reportando una lluvia de millones vía dividendo.

Ser accionista de CaixaBank también permite al Gobierno seguir dentro del su consejo de administración y tomar parte en las decisiones más relevantes del banco. Por ello, se aleja cada vez más la posibilidad de que el Gobierno salga del banco. Pero, ¿cómo llegó el Estado a ser su segundo accionista? El Estado rescató a Bankia con 22.400 millones durante 2012 y se convirtió en su primer accionista a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (Frob). Su matriz, BFA, pasó a controlar el 68% del capital del banco con el objetivo de recuperar la inversión en los siguientes años, pero durante el tiempo en el que fue accionista de control, las arcas públicas apenas recuperaron dinero.

Mediante ventas de paquetes y colocaciones de capital, hubo una del 7,5% en 2014 y otra del 7% en 2017, el Frob ingresó 2.100 millones de euros. Y con los pagos de dividendos, desde 2015 y hasta 2019, la cifra se elevó hasta los 3.300 millones. Esto hizo que retrasara su salida del accionariado hasta en tres ocasiones. Así, cuando Bankia y CaixaBank acordaron su fusión en 2020, el Gobierno seguía dentro y también paso a estar en el accionariado del banco nuevo. Solo que al ser la entidad catalana la que absorbía a la madrileña, la participación de BFA se diluyó hasta el 16,1%.

Pero este 2022, después de la recompra de acciones que ha hecho CaixaBank para impulsar el valor de la acción (de unos 1.800 millones), este 16,1% ha pasado a convertirse en un 17,3% aproximadamente. Lo que hace que, actualmente, la participación del Gobierno en el banco tenga un valor de más de 5.000 millones frente a los 3.000 millones que tenía en Bankia. La entidad, además, lidera este año las subidas del IBEX 35 después de que sus títulos se hayan revalorizado en casi un 60% en 2022, lo que lleva a su capitalización a los 29.000 millones.

Aunque el Gobierno ha justificado esta misma semana que no es el momento de salir de CaixaBank por la volatilidad del mercado, esta volatilidad queda en entredicho dada la buena evolución del banco en bolsa. Desde Economía (ministerio del que depende el Frob) argumentaron el pasado martes -cuando se amplió en el Consejo de Ministros el plazo para que el Estado salga del banco-, que la “elevada volatilidad en los mercados y el actual contexto de incertidumbre”, hacen que no sea el momento más oportuno para desinvertir.

La vicepresidenta y ministra asuntos económicos, Nadia Calviño.

El plazo para que el Frob saliera de Bankia debía concluir a los cinco años desde que se inyectaron los 22.400 millones. Pero dicho plazo se amplió a 7 años hasta situar la fecha límite en diciembre de 2019. De nuevo, en febrero de 2020 se aprobó una nueva ampliación de dos años más (hasta diciembre de 2023) que ahora han decidido extender hasta diciembre del 2025; El presidente de CaixaBank, José Ignacio Goirigolzarri, que antes lo era también en Bankia, ha explicado en varias ocasiones que es el Estado y no el banco quien debe decidir si se mantiene o no como segundo accionista, durante cuánto tiempo estará y si decide irse, en qué circunstancias.

Pero teniendo en cuenta que el Estado no recuperó apenas dinero cuando estaba en Bankia y ahora si tiene esta opción, parece más que probable que permanecerá mucho más tiempo del esperado, por no decir que se quedará como accionista del banco de manera permanente, como apuntan distintas fuentes financieras. A corto plazo se verá beneficiado por los dividendos del banco, que ya ha anunciado que repartirá al menos el 50% del beneficio entre 2022-2024, un periodo que ya se espera de resultados récord después de que los tipos de interés hayan vuelto a ser positivos. Ya en 2021, el Estado recibió cerca de 190 millones de euros por esta vía.

Por otra parte, la permanencia del Gobierno en el capital de CaixaBank le permite a su vez estar en el consejo de administración del banco, donde está representado a través de Teresa Santero, que fue nombrada hace dos años consejera de CaixaBank en representación del Frob por la ministra Nadia Calviño. Esto ha hecho que la propia Calviño haya podido interferir en algunas decisiones del banco, como se vio en la negociación del ERE de CaixaBank (el mayor del sistema financiero español) donde la vicepresidenta pidió directamente a la entidad que todas las salidas fueran negociadas y voluntarias en un momento en el que miles de trabajadores salieron a protestar a la calle.

Calviño también se mostró en contra de los sueldos de la cúpula, cuestionando que los subieran y fueran tan elevados en el mismo año que despedían a miles de personas. Esto hizo que, en 2021, el Frob votara en contra de las nuevas retribuciones de la cúpula de CaixaBank, aunque este año simplemente se ha limitado a abstenerse; Más recientemente, la ministra y también vicepresidenta del Gobierno ha vuelto a aprovechar su influencia en el banco. Lo ha hecho con el paquete de ayudas que ha impulsado para hacer frente a la subida del Euríbor y el impacto que ha tenido en las hipotecas a tipo variable.

Cuando se aprobó el pasado mes de noviembre en Consejo de Ministros el nuevo Código de Buenas Prácticas para deudores hipotecarios, los grandes bancos discreparon con algunas de las medidas, pero la propia Calviño ya adelantó que CaixaBank sería el primer banco en adherirse y abriría así camino a las demás entidades. Algo que ocurrió según lo anunciado.