Cuando abandone CaixaBank en enero, el todavía presidente ejecutivo de la entidad, José Ignacio Goirigolzarri, no podrá trabajar en el sector financiero durante al menos un año, un compromiso de no competencia por el que recibirá una compensación de 1,784 millones de euros. Su contrato establece que cobrará una anualidad de los componentes fijos de su retribución como contraprestación a esa cláusula anticompentencia, según detalla el último informe anual de remuneraciones de la entidad.
La compensación de Goirigolzarri será satisfecha en doce mensualidades iguales, a partir del mes natural en el que se extinga el contrato. Esos componentes fijos de remuneración incluyen en 2024 el sueldo (1,59 millones), la remuneración por pertenencia al consejo (97.000 euros), por pertenencia a comisiones del consejo (82.000 euros) y por pertenencia a consejos fuera del grupo (15.000 euros).
Al ser un cese voluntario, el expresidente de Bankia no tiene derecho a otras indemnizaciones y tampoco a un plan de pensiones. Goirigolzarri, de 70 años, presentó el miércoles su renuncia como presidente ejecutivo y consejero de CaixaBank, y será sustituido el 1 de enero por Tomás Muniesa, hasta ahora vicepresidente.