Grifols sigue viviendo semanas agitadas tanto a nivel bursátil como en su propio accionariado. La compañía de hemoderivados ha vuelto a atraer a grandes entidades de inversión a su capital, con la irrupción de Goldman Sachs este viernes. El gigante norteamericano ha adquirido el 6,2% de las acciones de la compañía, siendo el 1,6% de forma directa y el restante 4,6% en instrumentos financieros. Según la notificación enviada a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el 1,8% de estos derivados, cerca de 8 millones de acciones, ha ido destinado a préstamos a terceros.
El movimiento de Goldman Sachs llega en un momento marcado por la volatilidad de la cotización de la farmacéutica catalana, todavía afectada por las consecuencias de las acusaciones de Gotham City Research. Si bien Grifols ha ajustado las cifras que la CNMV le pidió, aún está por ver si el supervisor incoará algún expediente sancionador contra la cotizada.
Por otro lado, el mercado aún desconfía de su capacidad de hacer frente a la elevada deuda y los bajistas permanecen en el capital de la compañía, presionando su cotización. Es por ello que no es descabellado pensar que las acciones que Goldman Sachs ha destinado a préstamos a otros inversores no vayan a parar a manos de bajistas.
"Las intenciones del banco se desconocen, y es que como hizo JP Morgan recientemente, se espera que estos títulos sean prestados a los inversores en corto", explican desde XTB en un reciente análisis sobre la operación. No obstante, el bróker señala que estas entidades "tienen que ver potencial" de la firma, puesto que, sino "sería complicado que los intereses recibidos por los cortos no compensarán las pérdidas que puedan acumular con las caídas de Grifols".
Grifols acumula grandes accionistas que prestan a especuladores
En este sentido, se observa que la gran mayoría de instrumentos financieros que ha adquirido están atribuidos a 'equity swap' un tipo de contrato mediante el cual dos partes se intercambian los rendimientos de una cartera por tipos de interés. Antes de Goldman Sachs, otros grandes fondos que han entrado en el capital de Grifols han realizado operaciones similares, como es el caso de JP Morgan, BlackRock, Europacific Growth Fund o Capital Research.
Firmas que han comprado más de 32 millones de acciones para préstamos a otros inversores que especulan con los vaivenes de la compañía, siendo así a la vez un apoyo y un castigo para la cotizada del IBEX 35. A pesar de que las posiciones cortas que pesan sobre Grifols se han reducido en las últimas semanas, la farmacéutica aún cuenta con un importante porcentaje de su capital en manos de fondos oportunistas que buscan lucrarse con las caídas en bolsa de este tipo de compañías.
De este modo, la empresa que dirige ahora Nacho Abia y que preside todavía Thomas Glanzmann, cuenta con un 2,35% de sus acciones en manos de bajistas. Entre ellos, se encuentran Marshall Wace (0,61%), Janus Henderson (0,53%), Millenium International Management (0,61%) y AKO Capital (0,6%). Se trata de aquellas entidades con posiciones cortas declaradas por encima del 0,5%, el mínimo exigido por la CNMV, para que la operación sea pública al mercado.
Grifols se deja el 44% de su valor en lo que va de año
Cabe destacar que el primer bajista que afloró una posición tras el informe acusatorio del pasado enero fue la propia Gotham a través del fondo General Industrial Partners. En más de una ocasión, el fondo norteamericano capitaneado por Daniel Yu ha manifestado seguir manteniendo sus cortos en Grifols, por lo que es posible que aún siga apostando por la caída del valor de las acciones de la empresa catalana,
En cualquier caso, Grifols sigue sufriendo la inestabilidad bursátil en la que lleva inmersa desde principios de 2024 a raíz de las acusaciones de maquillaje contable. De hecho, los títulos de la compañía se dejan un 44% de su valor en lo que va de año. Todo ello, pese al respaldo del organismo que preside Rodrigo Buenaventura a las cuentas de la empresa. La CNMV publicó el informe donde analizaba el caso y, pese a las "deficiencias relevantes" encontradas en las cuentas de Grifols, respaldó los informes financieros.
Un "tirón de orejas" que obligó a Grifols a realizar las correcciones que el supervisor le pidió, elevando su deuda en más de 1.000 millones, si bien no se trata de deuda nueva sino de alquileres futuros. Por su parte, la CNMV sigue investigando y no descarta sanciones, al mismo tiempo que investiga si las informaciones de Gotham eran falsas intencionadamente y se reserva actuaciones que puedan derivar en sanciones al fondo fantasma.