El grupo inmobiliario y de logística Goodman ha acordado el proyecto final que dará viabilidad para la instalación del D-Hub de electromovilidad, impulsado por las empresas catalanas QEV Technologies y BTech, en los antiguos terrenos de Nissan, en Zona Franca. El acuerdo establece los requisitos necesarios para que la remodelación y distribución de los 500.000 metros cuadrados puedan albergar la actividad industrial y la operativa logística que quiere promocionar el grupo australiano Goodman.
El Consorci de la Zona Franca de Barcelona cerrará la adjudicación de la explotación de los terrenos que son de su propiedad, con toda probabilidad, esta semana y algunas fuentes vinculadas a las negociaciones apuntan a este miércoles, según ha podido saber ON ECONOMIA. Así se desbloqueará un proceso que se inició hace meses, dentro del plan de reindustrialización de Nissan, que prevé la recuperación de la actividad industrial con nuevos proyectos vinculados a la fabricación de vehículos eléctricos.
Los flecos que aún quedaban pendientes se han resuelto en una reunión preliminar que ha tenido lugar en las últimas horas con la participación de todas las partes implicadas en el proceso de reindustrialización y en la que ha pesado el papel y la presión de los sindicatos que fían a los nuevos proyectos industriales la reincorporación al mercado de trabajo de la mayoría de los 1.400 empleados de Nissan, para lo cuales la prestación por desempleo se extinguirá el mes de diciembre de 2023. A esta reunión también han acudido los máximos responsables del Departament d'Empresa i Treball. Tras el acuerdo, durante los próximos días, se procederá a la firma de los correspondientes contratos entre todas las partes para, finalmente, proceder al anuncio oficial por parte de la ministra de Industria, Comercio y Turismo del Gobierno, Reyes Maroto, en un acto previsto inicialmente para el 28 de febrero.
El acuerdo que han suscrito el D-Hub de electromovilidad y el operador Goodman respetará las prioridades establecidas en el concurso de adjudicación, de manera que la prioridad será el espacio destinado a la actividad industrial, según fuentes conocedoras del pacto ultimado este martes. Fue en diciembre de 2021 cuando la inmobiliaria australiana desveló públicamente su interés por reconvertir la antigua fábrica de Nissan y gestionar los terrenos para levantar también una plataforma logística y ha sido justamente la coordinación entre los intereses productivos y los logísticos la razón del retraso, según avanzó recientemente La Tribuna de la Automoción.
La ingeniería especializada con electromovilidad QEV usará las instalaciones de la Zona Franca para producir la marca de vehículos comerciales eléctricos Zeroid, compuesta por una gama de cinco modelos de furgonetas eléctricas destinados a empresas de reparto de última milla y, también, un autobús urbano. Su socio industrial, Barcelona Technical Center (Btech) se encargará de relanzar la marca Ebro, inicialmente con la fabricación de un modelo eléctrico de pick up. En concreto, Zeroid preveía alcanzar los 60.000 vehículos anuales en tres años, mientras que la ingeniería Btech añadiría unos 40.000 vehículos restantes.
En la actualidad, una parte de la superficie la ha ocupado la marca de motocicletas eléctricas Silence para desarrollar y producir su primer coche eléctrico en la nave Powetrain de Nissan, que ha sido reacondicionada para tal efecto. La compañía participada por Acciona prevé estar totalmente operativa en la Zona Franca a partir de septiembre de este año.
Por su parte, Goodman llevará a cabo una inversión de entorno a 500 millones de euros para remodelar el complejo fabril que el grupo japonés Nissan abandonó en diciembre de 2021, tras 40 años al frente de la marca en España. El operador propone el desarrollo de instalaciones para logística y distribución urbana, industria, espacios flexibles y centros de datos que reforzarán la posición de Barcelona como ciudad de referencia en el ámbito de la industria 4.0. El diseño y la ejecución, según manifestó en su momento el gerente de Goodman en España, Ignacio García, tiene en cuenta las necesidades de todas las partes interesadas actuales y futuras, y su desarrollo se ajustará a los más altos requerimientos de la edificación y rehabilitación sostenible.