El consejero delegado de CaixaBank no está de acuerdo ni en que se haga permanente el impuesto a la banca y energéticas, ni en reducir la jornada laboral a 37,5 horas por la baja productividad de las empresas españolas. Se trata de dos medidas recogidas en el programa del PSOE y Sumar para formar un nuevo Gobierno. Sobre lo primero, Gonzalo Gortázar asegura "que no es una buena idea gravar a la banca", porque la banca tiene una función importante que cumplir con la sociedad, y este tributo, sea temporal o permanente, penaliza al sector. "Somos quien hace llegar la economía a los hogares, nuestro destino está inevitablemente unido y no es una buena idea", defendía en la presentación de resultados celebrada este viernes en Valencia, donde está la sede.
Su extensión o no dependerá de los acuerdos que se hagan si finalmente hay Gobierno, recordaba. Sin embargo, Gortázar entiende que el debate que se ha generado en la sociedad para imponer este impuesto "se basa en una hipótesis que no cierta", que es, que los resultados obtenidos este año son "elevados y caídos del cielo". "Quién diga que los 3.600 millones que hemos ganado es un resultado extraordinario, dice la verdad a medias", asegura.
El consejero delegado de CaixaBank indica que el banco es de los accionistas y con el impuesto solo se les penaliza a ellos. También defiende que el beneficio no se corresponde con la rentabilidad, que en su caso es del 11% y queda muy lejos del 17% que alcanzaron antes de la crisis financiera de 2008. "Dentro de las 35 empresas que componen el Ibex, por rentabilidad, somos los números 24". Por todo ello, matizaba que, gravar a la banca "es tirarse un tiro en el pie, porque es un sector clave para la economía que va a dar servicio en momentos bajos y altos del ciclo, como los que se viven ahora, que los tipos alcanzan el 4,5%. Al tiempo agregaba que un impuesto "debe hacerse sobre beneficios y no sobre ingresos".
El número dos del banco catalán cree que también que a la banca se le está discriminando de una manera "muy notable" porque, por ejemplo, ya pagan un 30% del impuesto de sociedades, más que otras empresas. Y a su vez considera que "se discrimina a la banca regulada respecto a la banca en la sombra y fondos buitres que están compitiendo con nosotros", porque ellos no pagan este impuesto por el que CaixaBank ha pagado más de 300 millones este año, más que ningún banco en España (dado su tamaño).
Preguntado por el tensionamiento que se está viendo esta semana entre las empresas cotizadas que también se verán afectadas si se alarga el impuesto (como las energéticas) e incluso por las amenazas planteadas por Repsol, que ha deslizado llevarse algunos negocios fuera de España, Gortázar explicaba que las grandes empresas son más productivas que las pequeñas, "lo dicen los datos del INE", comentaba. La productividad en empresas de más de 250 empleados es más del doble que en las de menos de 9 empleados. Y en España, donde el 36% de las empresas son pymes de entre 0 y 9 empleados, "tenemos un problema de productividad que está muy relacionado con el tamaño de las empresas".
Por ello, cree que con estos datos se pueden sacar conclusiones y si lo que el Gobierno quiere es aumentar la productividad "no puede amenazar a las empresas, es de nuevo pegarse un tiro en el pie".
CaixaBank ha ganado de enero a septiembre 3.659 millones, un resultado que supera en un 48% el del mismo periodo del año anterior -que fue de 2.469 millones- pero que incluso supera al que obtuvo en todo 2022, que alcanzó los 3.145 millones. Dicho resultado ha estado apoyado en el margen de intereses, que asciende a 7.364 millones de euros, un 60,7% más respecto al mismo periodo de 2022.
Preguntado por la posibilidad de alcanzar en diciembre los 5.200 millones que ganaron en 2021, cuando se fusionaron con Bankia, Gortázar lo descartaba. "Los analistas consideran que alcanzaremos los 4.200 millones", puntualizaba.
La subida de tipos de interés, que alcanza ya el 4,5%, ha revalorizado los préstamos y todos los bancos están dando a conocer estos días resultados récord y márgenes disparados. Sabadell lo hacía este jueves y Santander, el miércoles. La semana que viene será en turno de BBVA o Unicaja.