CaixaBank carga contra el impuesto a la banca, que el gobierno español quiere prorrogar tres años más. El banco, que es el más grande del país y, por tanto, el que más ha pagado en los últimos dos años (unos 870 millones) dice que se puede llamar "tasa CaixaBank"; asegura también que es discriminatorio y más ahora que se ha decidido acabar con el impuesto a las energéticas. Defiende que les deja en desventaja respecto al resto de bancos europeos, sobre todo los que operan en España y no tienen que pagarlo.
Además, reprocha al Estado (que es su segundo mayor accionista) de "tirar piedras en su propio tejado" y advierte del riesgo de que algunas entidades lleven fuera sus negocios si tienen oportunidad. Pese a todo, confía en poder convencer a los parlamentarios de que no salga adelante o se plantee de otra manera, antes de su aprobación definitiva.
Así lo ponía de relieve este jueves el consejero delegado, Gonzalo Gortázar, en la presentación de resultados del tercer trimestre celebrada en Valencia, donde está la sede social de CaixaBank y de la que, por cierto, aclaraba que no se está estudiando su traslado. "Lo que me parece más grave es que exagera la discriminación entre entidades. El anterior dejaba fuera a entidades extranjeras que operan en España o algunas más pequeñas que son competencia nuestra en determinados territorios y ahora el impuesto se hace progresivo", explicaba.
"Nosotros somos la entidad más grande de España y, por lo tanto, el que más paga. Entonces es un impuesto que puede llamarse la tasa CaixaBank, no tiene sentido", agregaba. Gortázar señalaba también que el impuesto a la banca "suena como algo abstracto" pero, en realidad, lo pagan los accionistas, no los empleados o directivos. Y su principal accionista es la Fundación La Caixa, recordaba, a quien este año han pagado 500 millones vía dividendos. Y si son menos, se reduce la inversión de la obra social. Es aquí cuando el CEO destacaba que su segundo mayor accionista es el Estado, que tiene un 17% del capital y también se vería afectado. "Nos estamos tirando piedras al propio tejado".
Asimismo, el número dos de CaixaBank advertía del riesgo de que la banca traslade fuera de España parte de su negocio. "Los cinco primeros grupos que cotizan en España tienen negocio internacional" y podrían deslocalizar el negocio. Pero iba a más, y preguntaba, en el momento que llegue la posibilidad de que una entidad española participe en una operación transfronteriza, "¿dónde creéis que van a poner la sede social?". Gortázar cree que no nos debería sorprender si los centros principales no está en España si eso ocurre.
Se puede frenar el impuesto
Preguntado sobre si cree que la banca puede frenar el impuesto, que todavía tiene que pasar por la tramitación parlamentaria, el consejero delegado comentaba que les gustaría "que se reconsidere".
Explicaba que ahora se abre el debate de las enmiendas y les encantará que se reconsidere y si no, "lo acataremos". Si este fuera el caso, lo volverán a estudiar (como el anterior) para ver si está ajustado a derecho y si no, "tendremos la opción de recurrirlo".
En cualquier caso, criticaba que es un caso de doble imposición y los abogados tendrán que estudiarlo. Entre tanto, CaixaBank va a seguir tratando de explicar a los parlamentarios cómo afecta al crédito y a la economía, pero cuando se vean los efectos, "será tarde".
El consejero delegado cree que debería debatirse y espera que no se apruebe. "Desde luego no en esos términos".