Gotham City vuelve a la carga contra Grifols. El fondo bajista ha publicado un nuevo informe este martes en el que reitera sus acusaciones sobre presuntas irregularidades en movimientos de capital entre una de sus filiales y Scranton, la sociedad inversora con vinculación a la familia fundadora y uno de los máximos accionistas de la compañía. El nuevo ataque llega justo el día en que Grifols presentará sus cuentas del primer trimestre, aunque esta vez al cierre de mercado.

El fondo liderado por Daniel Yu asegura que BPC Plasma, filial de la farmacéutica catalana, prestó "a lo largo de los años" fondos que "recibió de un tercero, muy probablemente Grifols", al 'family office' Scranton. Se trata de la segunda parte de su anterior informe sobre el tema en cuestión y se basa en su comprensión y análisis para afirmar que ha visto en el caso de BPC Plasma las mismas acciones que con Haema (su otra filial).

"Sin embargo, a diferencia de Haema, BPC ha declarado desde entonces un dividendo a Scranton. En lugar de pagar este dividendo en efectivo, BPC ha cancelado préstamos por valor de unos 266 millones de euros que había concedido a Scranton. Esto nos lleva a pensar que Scranton nunca tuvo la intención de reembolsar estos préstamos", ha explicado Gotham.

En este sentido, el fondo bajista señala que "casi toda esta suma ha sido transferida sospechosamente de los accionistas de Grifols a los accionistas de Scranton, dando la apariencia de haber sido transferida incorrectamente". Es por ello que, en su opinión, "el hecho de que haya accionistas de Scranton en el consejo de Grifols, mientras se realizaba esta transacción, parece un fracaso total del gobierno corporativo".

Tras conocerse el nuevo informe de Gotham, las acciones de Grifols han reaccionado con una caída que ha llegado hasta el 4%, por debajo de los 9,5 euros.

Los 266 millones declarados suponen más de lo que Scranton pagó por BPC

BPC y Haema son propiedad de Scranton, tras su venta por parte de Grifols en 2018, aunque la cotizada catalana sigue manteniendo el control de ambas sociedades. En el caso de la primera filial, cuestionada por Gotham, Grifols la transfirió por 245 millones a Scranton el mismo año en que la compró. Una cifra que Gotham compara con el movimiento de 266 millones de euros de BPC a Scranton hecho público recientemente en las cuentas anuales de la farmacéutica.

"Dado que BPC es una empresa controlada por Grifols, que Grifols es casi su único cliente y que tiene una opción para recomprar BPC a Scranton, sería razonable esperar que BPC generara un rendimiento positivo limitado para Scranton", expone Gotham. No obstante, señala que, tras cinco años de propiedad, los préstamos de 266 millones declarados suponen "más de lo que Scranton pagó por BPC" inicialmente. 

Este "dividendo", continúa el fondo, "se liquida mediante la cancelación por parte de BPC de los préstamos que había hecho previamente a Scranton, ya que el efectivo ya había fluido hacia Scranton como parte del "acuerdo financiero de cash pooling (tesorería compartida)".

De este modo, Gotham acusa a Scranton de haberse apoderado de "más del importe de toda su base de costes no apalancada de la transacción en cinco años", mientras que "Grifols aún debe pagar el precio total de la opción de compra a Scranton para recuperar la propiedad económica de BPC". Así, el fondo estima  que la rentabilidad implícita de esta venta es de "aproximadamente un 22% anual sin apalancamiento".

Gotham pone el foco en Tomás Dagá

En el nuevo informe, Gotham tira de ironía para acusar a los accionistas de Scranton, entre los que se encuentran algunos miembros de la familia Grífols y otros directivos del grupo, de haberse beneficiado de esta operación que considera irregular. Además, pone el foco el Tomás Dagá, abogado del despacho Osborne Clarke vinculado a la familia y miembro del consejo de administración de Grifols.

"Felicitamos a los accionistas de Scranton por esta fantástica transacción, en particular a Tomás Daga Gelabert, accionista de Scranton y miembro del consejo de administración de Grifols. Es realmente un resultado extraordinario comprar una empresa a una parte vinculada, en la que esa parte vinculada es casi su único cliente, y, aun así, conseguir generar una rentabilidad anualizada no apalancada del 22% y, al final, seguir poseyendo el 100% del capital", ha señalado la firma.

En este sentido, Gotham apunta que Dagá "parece estar en conflicto como miembro del consejo de Grifols" por ser simultáneamente consejero de Grifols, accionista de Scranton, fundador de Osborne Clarke España, (bufete de abogados que trabaja frecuentemente para Grifols) y porque Osborne Clarke también ha sido prestamista de Scranton históricamente. Recientemente, el abogado ha dimitido como secretario no miembro de la Comisión de Auditoría, aunque continúa como consejero del máximo órgano de decisión del grupo.