Santander, BBVA, Sabadell y Kutxabank han coincidido este viernes, en un encuentro del sector financiero, en que los tipos de interés podrían haber tocado techo en Europa y previsiblemente empezarán a bajar en la recta final de 2024, dentro de un año. El Banco Central Europeo pausó las subidas de tipos en el 4,5% el pasado mes de octubre (después de 10 alzas en poco más de un año), tras atisbar que la inflación de la zona euro empezaba a moderarse y la economía, a desacelerarse.
El objetivo de Christine Lagarde, presidenta del BCE, ha sido precisamente ese: enfriar la economía y frenar la subida de precios. Si bien, el objetivo de inflación en Europa es bajarla al 2%, al igual que en Estados Unidos, donde la Reserva Federal también decidió hace dos meses pausar las subidas de tipos en el 5,5%.
En este sentido, Ángel Rivera, consejero delegado del Banco Santander en España indicaba que el mercado americano apunta ya a que la bajada de tipos “será antes de lo previsto”, aunque en Europa habrá que esperar. La inflación está siendo “positiva”, sobre todo la subyacente por los precios de la energía. Si mantiene este ritmo, el BCE podría también anticiparse.
Aunque advertía, bajar la inflación del 3% al 2% es el proceso “más duro”, pese a que no ha sido sencillo bajarla de donde venía, del 9,8% alcanzado en junio de 2022, justo un mes antes de que se iniciara la primera subida de tipos. “Prevemos un 2024 con tipos de interés en entorno actual, pero si los datos macroeconómicos siguen como hasta ahora se podrá ver una bajada en la última parte del año en Europa”. En Estados Unidos, insistía, “puede ser antes”.
El consejero delegado de Banco Sabadell, César González-Bueno, coincidía en que será en la segunda mitad del 2024 cuando se produzca “un ligero repunte de tipos a la baja”. Entre tanto, esperan que se mantengan como hasta ahora y no haya más subidas “a no ser que haya un shock” como los acontecimientos geopolíticos recientes. El ejecutivo comparte que la subida del 0% al 4,5% en poco más de un año, ha sido rápida, pero aseguraba que “estos tipos no son anormales”.
En este sentido, indicaba también que las empresas y las familias son reflejo de ello porque la morosidad está estable y las alertas tempranas (los impagos a corto plazo) no repuntan. Una situación, explicaba, que se produce por las medidas que se tomaron en la pandemia (los ERTE y los ICO) que han permitido a los hogares y pymes a tener liquidez, además del ahorro que se generó en esa época y que ahora les está permitiendo reducir deuda.
"El punto de equilibrio debería estar entre el 2-3%"
En la misma línea, Peio Belausteguigoitia, Country Manager de BBVA España, comentaba que, a pesar de que las reglas de juego han cambiado y tenemos un escenario de subidas de tipos “muy brusco y abrupto”, las tasas de empleo son “históricamente altas” y en este contexto, España compara favorablemente con el resto de países de la Unión Europea. Lo que está haciendo que, pese a que el precio del dinero sea más caro, no se haya disparado la morosidad de los créditos o las hipotecas.
En este sentido, explicaba que la mora está más baja que en 2019, aunque si las comparas con 2022 "lógicamente hay un deterioro”. Belausteguigoitia agregaba que pese al tsunami de cambios de tipos, “la resistencia de las empresas, familias y particulares está siendo muy fuerte”.
Eduardo Ruiz de Gordejuela, consejero delegado de Kutxabank, se ha referido a la reciente declaración del vicepresidente del BCE, quien indicó que la rentabilidad actual de la banca es un espejismo. “Efectivamente, esto ha sido algo excepcional porque el escenario ha cambiado de manera brusca y nos ha permitido coger oxígeno, pero no va a ser sostenible, vemos una moderación”. Recordaba que la banca viene de épocas atípicas u anómalas, donde los tipos han estado en negativo casi 8 años, pero también lo es pasar del 0% a 4% en un año.
En su opinión, el punto de equilibrio debería estar entre el 2-3% porque permitiría a las empresas y familias tener proyectos de inversión a largo plazo, con tipos de interés estables. Porque no hay un problema de oferta de crédito, sino de demanda. Y si los tipos se estabilizan, asegura que se “volverá a reactivar”.