Grifols ha anunciado este jueves que su terapia de inmunoglobulinas ha dado efectos positivos en pacientes con síndrome pospolio en un ensayo de fase 2/3. La multinacional de hemoderivados explica que el ensayo ha demostrado "una mejora significativa en la distancia andada en la prueba de marcha de dos minutos, en comparación con el placebo, tras un año de infusiones con inmunoglobulina intravenosa (IgIV)", según ha destacado en un comunicado.
El tratamiento fue "seguro y bien tolerado", con un perfil de seguridad similar al de la administración de IgIV para otras indicaciones, ha añadido. El síndrome pospolio no cuenta con medicamentos específicos para su tratamiento en estos momentos y las terapias se limitan a medidas de apoyo.
El síndrome de postpoliomielitis es una condición de fatiga muscular y debilidad que se desarrolla años o décadas después de una infección de poliomielitis. Algunas personas que han tenido poliomielitis (polio) desarrollan este síndrome que tiene como síntomas la fatiga crónica, el dolor en articulaciones y músculos, la debilidad muscular persistente y progresiva o la atrofia. Suelen desarrollarse entre 30 y 40 años después y tienden a empeorar con el tiempo. La degeneración muscular puede provocar deterioro funcional y movilidad reducida, lo que limita la autonomía del paciente y afecta significativamente su calidad de vida.
A nivel mundial, se estima que entre 12 y 20 millones de supervivientes a la polio tienen riesgo de desarrollar síntomas del SPP2. Entre el 25% y el 40%3 de ellos probablemente desarrollarán la enfermedad con el tiempo, lo que representa una importante necesidad médica no cubierta. El SPP sigue siendo poco estudiado. No existen medicamentos específicos para el síndrome, y las terapias actuales se limitan a medidas de apoyo, como ortesis y otros dispositivos asistenciales, además del manejo de los síntomas.
Por ello, este estudio "es una gran noticia, ya que demuestra que el deterioro continuo de la función física debido al síndrome pospolio, que hasta ahora se consideraba inevitable, puede detenerse e incluso mejorarse", señala el doctor Frans Nollet, del Centro Médico de la Universidad de Ámsterdam (Amsterdam UMC) y uno de los investigadores principales del estudio.