La multinacional catalana de medicamentos plasmáticos Grifols ha procedido al cierre de su filial en Argentina, al inicio de este mes de abril. La compañía, que se estableció en el país sudamericano en 1991, ha tomado la decisión de acuerdo con el plan de mejora de eficiencias en toda la organización, que permitirá reducir los costes operativos relacionados, entre otros, con compras globales, logística e instalaciones, ya que se prevé la optimización de algunos espacios no industriales. Con esta medida, Grifols deja en manos de un distribuidor el suministro del producto para Argentina, un mercado desde el cual también cubre Uruguay y Paraguay, según fuentes cercanas a la compañía. El cierre de la delegación se comunicó el pasado viernes a los empleados de la filial, según avanzó el medio digital local Pharmabiz, especializado en la industria farmacéutica. Grifols disponía de unas oficinas en el Complejo Mitre, ubicado en Munro, en el partido de Vicente López, en los que ubicaba los servicios de las áreas comercial, administrativa y técnica, para la importación y comercialización de productos como expansor plasmático Albutein, el factor IX Grinine, el factor VIII Fanhdi, o las inmunoglobulinas Flebogamma, Igantibe e Igantid y el inhibidor enzimático Prolastin-C.
Fuentes cercanas al grupo de la familia Grífols han asegurado que, pese al cierre de la filial, está garantizado el suministro de los productos al mercado argentino y su área de influencia. Argumentan que no se trata de un cese de la actividad, sino de una medida de ahorro de costes, como ya anunció dentro de un plan integral de mejoras operativas diseñado para reforzar su competitividad y crear una organización más ágil y eficiente tanto en costes como en gestión operativa. Grifols espera alcanzar con diversas medidas un ahorro de costes anualizado de, aproximadamente, 400 millones de euros, en relación con los costes comparables del año 2022, con todas las medidas de este plan que se implementaran a lo largo de 2023, y que se centran en tres áreas principales: optimización de costes y operaciones de plasma, racionalización de funciones corporativas y otras mejoras de la eficiencia en la organización.
El digital argentino Pharmabiz sostiene que la facturación de la filial argentina de Grifols se sitúa en unos 4,6 millones de dólares anuales (4,2 millones de euros), y que en el abandono de la multinacional también han influenciado los años de crisis de la covid, la situación actual de depreciación del peso argentino y la competencia de marcas internacionales y locales en el mismo mercado.
Igualmente, la propia compañía catalana atraviesa una situación económicamente compleja. Además de la reconsideración de la funcionalidad de algunas filiales, Grifols se está centrando en la optimización de su red de centros de plasma mediante el cierre o la consolidación de centros con bajo rendimiento, habiendo cerrado 18 centros en el cuarto trimestre de 2022 y con varios centros adicionales que se espera cerrar o consolidar en el primer semestre de 2023.
La estrategia de la multinacional lleva aparejada, como ya anunció, un plan de ajuste laboral mundial que cifraba en 2.300 las salidas de trabajadores, un 8% de la plantilla global. En el caso de España, Grifols ya ha cerrado un acuerdo con los sindicatos para que el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) afecte finalmente a 51 trabajadores, frente a los 92 empleados previstos inicialmente. El resto de los despidos se efectuará principalmente en los Estados Unidos, donde la multinacional quiere recortar 2.000 empleos.