Grifols ha cerrado probablemente el primer semestre más complicado desde que cotiza en bolsa. La empresa de hemoderivados comenzó el año las acusaciones de Gotham City Research sobre irregularidades contables y, desde entonces, no ha logrado levantar cabeza en el mercado. Si bien los bajistas han ido retirando sus apuestas contra la farmacéutica catalana, aún siguen ejerciendo presión en el comportamiento de sus acciones, que se han visto afectadas recientemente por el revés de las agencias de calificación crediticia por su deuda y liquidez.
La compañía que lidera Nacho Abia ha perdido cerca del 50% de su capitalización bursátil desde el 1 de enero en una primera mitad de año marcada por la crisis reputacional a raíz del caso Gotham y los vaivenes por las dudas financieras que todavía arrastra. Las acusaciones sobre maquillaje contable respecto a las cifras de deuda y ebitda, así como las operaciones vinculadas con sociedades como Scranton Enterprises, son cuestiones que la CNMV resolvió en favor de Grifols, con "tirón de orejas" incluido, y están judicializadas en Estados Unidos.
No obstante, la elevada deuda es aún uno de los principales escollos para que la cotización de la compañía despegue y recupere el nivel perdido. En este sentido, agencias crediticias como Moody's han rebajado recientemente su calificación poniendo en duda su estabilidad financiera. La firma destaca la incertidumbre sobre su apalancamiento y cuestiona que Grifols pueda generar una liquidez adecuada en el medio y largo plazo, algo que pasará por conseguir una generación positiva de flujo de caja libre.
El problema de liquidez y la deuda
La venta de una participación del 20% en Shanghai RAAS, con la que obtuvo 1.600 millones de euros, así como la emisión de deuda por valor de más de 1.000 millones, servirán para paliar esta situación a corto plazo, si bien los analistas no creen que sea suficiente. "Pensamos que las ventas de activos o las emisiones de deuda tienen muy poco recorrido si no es capaz de generar flujo de caja libre positivo a medio y largo plazo", explicaban desde la firma XTB al conocer la decisión de la agencia.
De hecho, los analistas creen que si la empresa sigue con esa senda, lo más probable es que el mercado desconfíe de la estrategia de la empresa y la acción pueda sufrir aún más. Por su parte, Grifols ha salido al paso para tratar de apaciguar la desconfianza del mercado, asegurando que podrá satisfacer los vencimientos de deuda más próximos con los ingresos de la venta de su filial china.
"En consecuencia, la empresa pagará totalmente los vencimientos de deuda de 2025, sin tener ningún vencimiento adicional hasta 2027", aseguró la empresa. De igual modo, Grifols ha asegurado que cuenta con una "sólida posición de liquidez", con más de 2.400 millones de euros a cierre de junio y un ratio de apalancamiento de 5,4 veces frente a 6,8 veces en marzo. La compañía espera generar flujo de caja positivo de 5 millones al cierre de este ejercicio y prevé aumentarlo significativamente en año que viene.
Asimismo, Grifols confía en su estrategia de expansión en Estados Unidos para lograr la posición financiera deseada en el grupo. Este lunes anunció que, a través de su filial Biotest, comenzará a comercializar el fármaco Yimmugo por primera vez en el país norteamericano en el primer trimestre de 2025, donde espera generar 1.000 millones de dólares (930 millones de euros) en ventas en siete años. Noticia que ha sido recogida con optimismo en el parqué.
La presión de los bajistas
Con todo ello, Grifols ha ido viviendo una montaña rusa en el mercado en los últimos meses y, a pesar de las subidas puntuales cuando ha dado a conocer al público noticias positivas, todavía está lejos del valor con el que comenzó el año. Desde los cerca de 15 euros con los que comenzó el ejercicio, actualmente sus títulos se encuentran por debajo de los 8 euros. Una situación en la que también ha influido la presión de los bajistas.
Estos fondos de inversión oportunistas, entre los que se encuentra también Gotham City, llevan meses apostando en corto contra Gruifols, ganando dinero con cada caída en bolsa que la compañía ha sufrido. Si bien es cierto que la cifra de bajistas ha disminuido considerablemente, aún hay firmas apostadas en el capital de la farmacéutica haciendo caja con sus pérdidas.
De este modo, Marshall Wace, con un 0,6% y AKO Capital, con un 0,59% de las acciones, son las firmas que mantienen sus cortos contra Grifols actualmente. Además, es posible que otras entidades también sigan teniendo participaciones bajistas contra la cotizada por debajo del límite que marca la CNMV para que sean públicas.