La multinacional Grifols, especializada en la fabricación de hemoderivados, afronta este viernes a la primera junta general de accionistas con una dirección profesionalizada, que capitanea al suizo Thomas Glanzmann, que asumió todo el poder ejecutivo el pasado mes de mayo. La farmacéutica cotizada, pero mayoritariamente en manos de la familia Grifols (30%), tiene en el orden del día la reelección de Raimon Grifols Roura, Tomàs Dagà Gelabert, Carina Szpilka Lázaro, Íñigo Sánchez-Asiaín Mardones y Enriqueta Felipe Fuente como miembros del consejo de administración, y mantendrá una vacante en el máximo órgano de dirección del grupo, aunque recientemente Glanzmann se mostró partidario de incorporar a un nuevo consejero independiente.

La compañía está en pleno proceso de reestructuración directivo, pero también empresarial -no con respecto al negocio en sí- para reducir el nivel de endeudamiento y devolver la confianza en los inversores, después de uno 2022 en que el mercado bursátil le pasó factura por la compra de la alemana Biotest que disparó la deuda y el apalancamiento, en un contexto de incertidumbre económica y geopolítica. El grupo es un fabricante mundial de medicamentos esenciales derivados del plasma -que realiza también a través de centros especializados repartidos por todo el mundo- y medicina transfusional. De hecho, la compañía desarrolla, produce y proporciona servicios y soluciones sanitarias innovadoras, en más de 110 países.

La Junta se celebra en un contexto de recuperación del negocio para Grifols, que está aplicando una política de reducción de costes y de personal, además de una cierta reordenación de los negocios. Este mismo miércoles, ha dado a conocer que ultima una operación para desprenderse de parte de su participación en Shanghai Raas, de la cual controla un 26,2%, con el objetivo de ingresar unos 1.500 millones de dólares. El grupo registró pérdidas el primer trimestre del año, pero mejoró tanto en ingresos como en márgenes. Las pérdidas las ocasionó el plan de reestructuración que aprobó recientemente de 2.300 bajas laborales y que ha afectado especialmente a su plantilla en los Estados Unidos, mientras que en España solo ha afectado a 51 personas.

La junta de este viernes también someterá a votación la aprobación de un plan de incentivos basado en la concesión de opciones sobre acciones para un total de 220 directivos, entre los cuales hay Víctor Grifols Déu y Raimon Grifols Roura. En este plan no participa el nuevo consejero delegado, Thomas Glanzmann, que tiene uno propio. Aprobado por el consejo de administración, el plan se implantará mediante la concesión de un máximo de 4 millones de opciones sobre acciones, que se distribuirán entre la totalidad de los beneficiarios, que representan el derecho a adquirir 4 millones de acciones de clase A con un precio de 8,96 euros por título.

El suizo Thomas Glanzmann, que asumió todo el poder ejecutivo el pasado mes de mayo, fue nombrado entonces consejero delegado, después de haber sustituido febrero en Steven F. Mayer como presidente del grupo. Los hasta entonces coconsejeros delegados, Víctor Grifols Diez y Raimon Grifols Roura (hijo y hermano del presidente de honor de la compañía, Víctor Grifols Roura) pasaron a ocupar otros cargos en la cúpula directiva: director de operaciones y director general corporativo, respectivamente.