El fabricante de hemoderivados Grifols abrirá una nueva etapa este lunes, 1 de abril, cuando el nuevo consejero delegado, Nacho Abia, un directivo procedente de la compañía médica japonesa Olympus Corporation, tomará las riendas de la multinacional tras casi tres meses de tsunami bursátil.
Abia, cuyo nombramiento se anunció el pasado 5 de febrero, asume la máxima responsabilidad de gestión de una compañía que ha visto cómo el mercado le penalizaba algunas prácticas contables y financieras a raíz de las dudas sembradas por el fondo estadounidense Gotham City Research.
En concreto, este inversor bajista puso a principios de enero bajo la lupa las relaciones de Grifols con Scranton, vehículo inversor vinculado a la familia fundadora Grifols que controla un 8,67% de la farmacéutica, recuerda EFE.
Gotham acusó a la compañía de reducir artificialmente su endeudamiento con mecanismos como la consolidación completa en sus cuentas de Haema y BPC, filiales de Scranton, adquiridas a Grifols en 2018.
De esta forma, Gotham ponía el acento en la falta de separación en algunos aspectos entre la propiedad de la compañía -controlada en un 30% por la familia Grifols- y la gestión de la multinacional.
La compañía se ha comprometido ya a "mejorar su transparencia y ampliar los desgloses de su información financiera siguiendo las recomendaciones" de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Tras unos últimos años de continuos cambios en la cúpula de Grifols, Abia llega con la misión de enfocarse en la mejora de la gestión y de la rentabilidad.
Reducir el endeudamiento y aumentar la liquidez
Fundada como un pequeño laboratorio familiar en 1909, Grifols empezó su expansión internacional a finales de la década de los ochenta y emprendió una intensa estrategia de adquisiciones a principios de este siglo que disparó su endeudamiento.
A cierre de 2023, la deuda alcanzó los 9.420 millones de euros, lo que supone una ratio de apalancamiento de 6,3 veces el Ebitda, una losa que lleva penalizando a Grifols en bolsa durante los últimos años.
La firma se ha marcado como objetivo llegar a alcanzar una ratio de cuatro veces Ebitda, al tiempo que busca aumentar su liquidez, que era de 1.141 millones de euros a 31 de diciembre pasado, con una posición de tesorería de 526 millones de euros.
En las últimas semanas, Grifols también ha admitido que el pago que tenía comprometido con la compañía estadounidense Inmunotek para promover centros de donación de plasma comprometería temporalmente su flujo de caja este año, pero subrayó que entre 2025 y 2027 esperaba situar el flujo de caja libre en el rango de 2.000 a 2.500 millones de euros.
Cerrar la transacción por la venta de Shanghai Raas
Para reducir su apalancamiento, Grifols ha reconocido que es clave el cierre definitivo de la venta del 20% de Shanghai Raas al Grupo Haier por unos 1.600 millones de euros, que se destinará íntegramente a este objetivo.
El fabricante de hemoderivados espera que la alianza con el grupo Haier permita además impulsar sinergias y "capitalizar el potencial de China", un mercado de futuro en los sectores del plasma y el diagnóstico.
Hacer frente a los vencimientos de la deuda
En el camino para rebajar la deuda, Grifols debe hacer frente a dos emisiones de deuda de 1.800 millones, que vencen en 2025. Además, en noviembre del año que viene afronta la renovación de una línea de liquidez bancaria de 1.000 millones de euros.
Las dudas sobre la liquidez de la compañía han llevado a las agencias de rating S&P y Fitch a rebajar sus calificaciones de la deuda a largo plazo. Ambas han dejado además abierta la puerta a otro recorte más adelante.
Impulsar el crecimiento y la excelencia operativa
Cuando se comunicó el nombramiento de Abia como nuevo consejero delegado, la multinacional aseguró que el cometido del ejecutivo será "potenciar la actual estrategia de crecimiento de Grifols, impulsar la excelencia operativa y continuar ejecutando el plan de desapalancamiento".
Todo ello forma parte, según señaló la firma, "de una estrategia de evolución del gobierno corporativo planificada desde hace tiempo y cuidadosamente diseñada".
Cumplir con las peticiones de la CNMV
Pese a que la CNMV no ha encontrado errores significativos en las cuentas de Grifols, el supervisor bursátil le pide que publique en los próximos días un detalle del Ebitda y de las deudas financieras netas al cierre de 2022 y 2023 de las entidades más relevantes en las que tenga participaciones no controladas.
En el caso de ImmunoTek, considera "probable" que sea necesario reexpresar la cuenta de pérdidas y ganancias de 2022 y 2023 por el eventual impacto de la revisión de la operación, para que los inversores puedan calcular el apalancamiento real de la compañía.
Este organismo también insta a Grifols a detallar los compromisos que asumirá para adecuar el uso de las medidas alternativas de rendimiento (APM), entre ellas el ebitda, a los criterios fijados en el escrito de conclusiones.
Consolidar una nueva gobernanza sin la familia Grifols
La crisis Grifols ha coincidido en el tiempo con el abandono de la primera línea de Víctor Grífols Roura, el artífice de la expansión de la compañía, y la cesión, en un primer momento, de todo el poder ejecutivo en las manos del suizo Thomas Glanzmann.
Después llegó la salida de los dos únicos miembros de la familia que formaban parte de la cúpula, Víctor Grifols Déu y Raimon Grífols Roura, para trasladar todo el poder ejecutivo en Nacho Abia.
Con este último movimiento, la familia Grifols consuma definitivamente su salida de la gestión para centrarse en su rol de accionistas.
Raimon Grifols y Víctor Grífols Déu continuarán formando parte del consejo, como dominicales, y el suizo Thomas Glanzmann, hasta ahora consejero delegado y presidente, mantendrá este segundo cargo.
¿Podrá Abia recuperar la cotización de Grifols?
La compañía tocó máximos históricos de valoración en bolsa en febrero de 2020, cuando superó los 34 euros por acción, pero el estallido de la Covid recortó el abastecimiento de plasma, lo que hundió su cotización.
La tormenta bursátil en la que la multinacional lleva inmersa desde la publicación del primer informe de Gotham (el pasado 9 de enero) ha hecho caer aún más su valor en bolsa hasta mínimos históricos, por lo que Abia también tiene el reto de que Grifols remonte el vuelo en bolsa.