Grupo Gallo ha destinado 15 millones de euros en la construcción de una nueva planta de caldos naturales en Granollers (Barcelona), en el marco de su estrategia de especialización industrial. La nueva planta permitirá elaborar caldos de pollo, pollo con jamón, verduras y cocido a través de un proceso industrial eficiente y sostenible con una capacidad de producción de 140.000 litros al día, sin desperdiciar nada de materia prima, según ha comunicado la marca. La directora de la nueva planta, Montserrat Tort, ha explicado que la factoría es la "punta de lanza dentro de la estrategia de crecimiento de la compañía, liderando su primer proyecto de digitalización". Con este proyecto, la compañía entra en esta categoría de producto, en la que quiere conseguir una posición relevante por su alto potencial de crecimiento dada la tendencia creciente en los hogares de sustituir el caldo elaborado en casa por el caldo envasado. La categoría está controlada por la marca Gallina Blanca (del grupo BGfoods), según datos Nielsen con una 60% del mercado, y otras marcas como Aneto y la más reciente El Pavo (también de GBfoods) que ha entrado en el segmento de caldos este mismo año con envases de plàstico sostenibles.
Con esta inversión, Grupo Gallo también culmina los cambios en la estructura fabril del grupo, que queda configurada por el centro de producción de pasta seca de El Carpio (Córdoba), pasta fresca y caldos en Granollers (Barcelona), pasta y productos sin glútenes y legumbres, en Esparreguera (Barcelona) y las especialidades orientales Ta-Tung, que se elaboran en Sant Vicenç dels Horts (Barcelona) en una planta en la que se invirtieron 3 millones de euros en 2019, después de adquirir la marca a su fundadora Kav Ly que se posicionó en el mercado con los rollitos de primavera y fideos Yakisoba.
La reordenación industrial se inició a finales de 2019, después de la entrada en el capital de la entidad de capital riesgo (private equity) ProA Capital, que adquirió la compañía a la familia Espona, en una operación de 230 millones de euros, con el reto de incrementar el tamaño de la empresa y posicionarla en nuevos segmentos de mercado de rápido crecimiento. Según datos facilitados por la misma compañía, actualmente, la marca controla una cuota de mercado cercana al 35% en pasta seca, un 29% en salsas y un 16% en harinas; siendo el único fabricante español.
La digitalización, cambio estratégico
La digitalización que la compañía ha incorporado a las nuevas instalaciones para la elaboración de los caldos líquidos ha sido desarrollada por el equipo de I+D de la empresa con tecnología industrial propia y exclusiva, con la que pretende "transformar el mercado de los caldos en España y situará el rol de la compañía como a motor de cambio de éste", asegura la firma.
En este sentido, destaca la propuesta de valor que la marca aporta con sus caldos. "Estamos ante el caldo más natural del mercado y un exquisito sabor gracias a sus ingredientes frescos y naturales que tienen con el 33% de pollo fresco su máximo exponente. Este caldo subirá el estándar de calidad de toda la categoría. Es, además, un caldo honesto y sostenible: desde el punto de vista de los ingredientes, todos ellos frescos y procedentes de productores de proximidad, que suministran producto recién cosechado y carne fresca; y desde el punto de vista del envase, con el que Grupo Gallo aporta un brick totalmente reciclable con un 87% del material de origen vegetal que cuenta con tapón de caña de azúcar". Sobre su ubicación en Granollers, la compañía valora que "la nueva fábrica de caldos permite desarrollar un proyecto basado en la proximidad de las materias primas, la sostenibilidad y la eficiencia industrial".
Según datos publicados, la facturación del grupo en 2021 alcanzó los 183,75 millones de euros -dato confirmado por la compañía- y el resultado operativo sería positivo de 15 millones de euros, con información del mercado. Produce más de 180 millones de toneladas el año de trigo y vende 143 millones de toneladas de pasta, y las ventas provienen en un 80% del mercado español.
La compañía Gallo celebró el pasado año el 75 aniversario de su fundación, fruto del empresario José Espona. Él fue el artífice de la llegada del trigo duro a España y puso todo su empeño en convencer a los agricultores del cultivo de esta variedad. El fabricante ha mantenido en estos años la producción de un producto con un índice glucémico muy bajo y con una muy buena conservación.