Las hermanas Godia -Carmen, de 80 años, y Liliana, de 53 años– sacuden a menudo su patrimonio, a golpe de compras y ventas de activos, incluidas millonarias participaciones en compañías del IBEX. Desde hace ocho años, operan por separado, pero, curiosamente, las dos acaban de atravesar por| una fase de ventas: Carmen está a punto de desprenderse del negocio de residencias de ancianos y Liliana completó hace unos meses su salida de un grupo andaluz de energías renovables. Desinvierten e invierten al mismo tiempo, sobre todo en inmobiliario.

Son las hijas de Francisco Godia Sales (1921-1990), acaudalado hombre de negocios, coleccionista de arte y célebre piloto de carreras porque fue el primer español que compitió en la Fórmula 1. De su primer matrimonio con Carmen Bull, de ascendencia noruega, nació Carmen Godia Bull (1944). Y de su segundo matrimonio con Inés Guardiola Amat, empresaria del textil, nació Liliana Godia Guardiola (1971). Estas hermanas son fijas en los rankings de millonarios, siempre situadas entre las 100 grandes fortunas españolas y las 20 catalanas.

Este septiembre, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha autorizado a Caser Residencial, controlada por el grupo asegurador suizo Helvetia, a comprar los geriátricos Novallar, con residencias en Mediona (Barcelona) y Cunit (Tarragona), que desde hace una década son propiedad de G3T, el holding empresarial de la familia de Carmen Godia. Las residencias facturan 5 millones de euros anuales, pero los beneficios se quedan por debajo de los 300.000 euros.

Poco después de que se declarara la pandemia de Covid en 2020, el Ayuntamiento de Mediona (Alt Penedès) reclamó infructuosamente a la Generalitat que interviniera la residencia de esta localidad porque cerca de la mitad de los abuelos y un tercio del personal se había contagiado. En la memoria de G3T, cerrada el 30 de junio del año pasado, se indicaba que en las residencias Novallar habían recuperado los niveles de actividad previos a la pandemia pero ya se apuntaban motivos para la venta: "la inflación de costes que sufre el sector y la falta de ayudas públicas ha provocado que los niveles de rentabilidad deseados no se hayan recuperado". No obstante, añadía que existían "claros síntomas" que se recuperarían en el siguiente ejercicio, momento en el que han optado por la venta de estos activos.

La socia del presidente del Betis

Por su parte, Liliana ha salido de Prodiel, un grupo andaluz promotor de parques fotovoltaicos donde poseía el 45%, en el que invirtió en compañía de Ángel de Haro, presidente del Real Betis Balompié. La suiza SmartEnergy se ha quedado con el 100% de Prodiel, pero la operación no se cerró hasta después de que la banca acreedora –entre la que estaban los cuatro grandes, CaixaBank, Santander, BBVA y Sabadell– prorrogara, a principios de este año, unos créditos por valor de 150 millones de euros. Según informaciones de elconfidencial.com, SmartEnergy pagó 130 millones de euros y, además, Liliana y De Haro han recibido acciones de la matriz de la compañía suiza.

A pesar de estas desinversiones y la deuda bancaria pandiente, Carmen y Liliana mantienen el rumbo tal como ponen en evidencia las cuentas de sus principales holdings –G3T, en el caso de Carmen, y BCN Godia, en el de Liliana- si bien cabe tener en cuenta que en estas sociedades no se incluye la totalidad de sus negocios. Curiosamente, con más patrimonio, Carmen ha perdido ingresos, mientras que Liliana, con menos, los ha aumentado.

Según las cuentas del ejercicio cerrado el 30 de junio del año pasado, que es el último consultable, G3T (el holding de Carmen, pero administrado por sus tres hijos) ingresó 32,78 millones de euros, casi un 10% menos que los 36.40 millones del año anterior. De estos ingresos, 8 millones proceden de dividendos, 1,6 millones de la venta de electricidad, 5,1 de las residencias de ancianos y más de 18 millones de los arrendamientos inmobiliarios. G3T declaró unos beneficios de 17,78 millones, que también son inferiores a los 23,14 millones de un año antes.

Carmen y sus hijos gestionan la mayor parte de los activos inmobiliarios a través de la empresa Diagonal 477 SL, nombre que corresponde a la dirección del edificio del Grupo Godó, en una planta del cual han establecido varios domicilios sociales de las empresas de Carmen y de su hermana. Pero Carmen también invierte en este sector a través de otras sociedades, como Metrópolis, la inmobiliaria de las grandes estirpes empresariales barcelonesas, de la que controla el 6,16%, que está presidida por Oriol Tomàs Carulla, de la familia propietaria de Agrolimen.

En la memoria de G3T, se señala que sus activos inmobiliarios se sitúan en zonas "consolidadas" de Barcelona y Madrid, pero también en el País Vasco, concretamente en el centro histórico de San Sebastián y en el "Gran Bilbao".

En las empresas del IBEX, Carmen ha sido accionista histórica de Abertis –fue vicepresidenta, y participaba conjuntamente con su hermana Liliana-, de Naturgy –donde protagonizó una ruptura de alianzas con Criteria, su aliado desde hacía décadas– y, en la actualidad, lo es de Fluidra. En esta última compañía de piscinas y wellness, ha firmado un acuerdo de socios con Manuel Puig Rocha –vicepresidente de Puig Brands- con el que suman un 12,72%, lo que les permite tener un miembro en su consejo de administración.

Y también es accionista de la cotizada catalana Ecolumber, con un 17,8%, dedicada a actividades forestales, agrícolas y, sobre todo, a los frutos secos. No está en su mejor momento. Un juzgado mercantil de Barcelona autorizó este mismo año el plan de reestructuración presentado por la compañía.

Entre las principales dificultades de G3T está el endeudamiento bancario, que se situaba en más de 67 millones de euros el 30 de junio del año pasado. En la memoria se indica que el fondo de maniobra operativo del grupo, entendido como el valor que mide la capacidad para hacer frente a las deudas a corto plazo, "era negativo al cierre del ejercicio". No obstante, añadía que "la generación de recursos recurrentes, así como los límites de disposición bancaria de los créditos, garantizan el normal cumplimiento de las obligaciones de pago".

El imperio de Liliana

Por su parte, Liliana posee intereses en el sector inmobiliario, en el energético, la seguridad –GlobalSist (Seguro 24 SL), que administra con su esposo, Manuel Torreblanca Ramírez–, participaciones en varias compañías y un importante fondo de arte.

Su principal sociedad holding, BCN Godia, ingresó en el ejercicio finalizado el 30 de junio de 2023 un importe de 11,36 millones de euros, un 4,5% más que los 10,87 millones del periodo anterior. El beneficio se situó en 7,62 millones, muy superior a los 4,47 millones del año antes. La memoria que acompaña las cuentas atribuye este incremento, sobre todo, a la venta de la participación que tenía en el proyecto inmobiliario Caufec, que se desarrolla en Barcelona. La deuda bancaria a largo plazo se situaba cerca de los 57 millones de euros. Controla otras sociedades, como The Reason of Privilege, creada en 2020 y a la que ha traspasado varios activos, pero las cuentas no son consultables.

Preside la Fundación Francisco Godia, que ella misma impulsó y que reúne un importante fondo de arte heredado de su padre que va desde la edad media a la contemporánea. Durante 16 años (1999-2015), exhibió las piezas más destacadas de esta colección al público en los salones de la Casa Garriga Nogués, en la calle de la Diputación de Barcelona, hasta que decidió cerrarla. Allí se instaló después, en régimen de alquiler, la colección Mapfre y, el año pasado, el Museo del Arte Prohibido de Tatxo Benet.

Aunque cerró la exposición, Liliana mantiene activa la fundación. El año pasado donó 90.000 euros al Museu Nacional d'Art de Catalunya (MNAC). Ha formado parte del patronato de fundaciones de carácter filantrópico como la de Sant Joan de Déu. Evita a la prensa, pero es más conocida que su hermana, especialmente por el conflicto por fraude fiscal que el matrimonio Torreblanca Godia mantuvo con Hacienda hace una década. Manuel Torreblanca aceptó en conformidad una condena de prisión de dos años –que no supone el ingreso– y una multa de cerca de 6 millones, pero Liliana se libró de las acusaciones al demostrar que no había intervenido en la administración del dinero. Después de eso, algunos medios informaron que, en marzo del 2017, el entonces ministro de Justicia, el popular Rafael Catalá, fue anfitrión del matrimonio en una fiesta en Baqueira-Beret.

Piloto de Fórmula 1

Francisco Godia dejó a sus dos hijas una gran fortuna, que incluía una participación del 24% de Iberpistas (después integrada a Acesa y, en la actualidad, Abertis) y su fondo de arte. Últimamente, la prensa madrileña, eufórica porque Madrid acogerá la Fórmula 1, ha publicado amplios reportajes sobre Francisco Godia por ser el primer piloto español que disputó la F1. Entre el 1954 y 1958 compitió con un Maserati, que hasta 2015 se exhibió a la entrada de la Casa Garriga Nogués aunque nada tenía que ver con las pinturas que se exhibían en la planta superior.

Nacido en una familia acomodada, en la Guerra Civil, con apenas 16 años, Francisco se alistó en los Nacionales, convirtiéndose en el alférez más joven de las tropas que apoyaban a Franco. Los periodistas Miquel Macià y Pep Martí, autores del libro Els que manen (Saldonar, 2022), describen cómo incrementó la fortuna en las décadas siguientes, sobre todo mediante Iberpistas, que presidió. También fue presidente de Sociedad Anónima Cros, al suceder a José María Bultó –fallecido en un atentado en 1977– y antes de que le apartara Javier de la Rosa, en ese momento al frente de KIO en España.

En la actualidad, la familia está liderada por sus dos hijas si bien éstas no figuran al frente de las empresas. Carmen, separada del empresario y mecenas Rafael Tous, tiene tres hijos: Rafael, Carla y Cristina Tous Godia, que son los que aparecen en los consejos, especialmente el primero. Carmen también estuvo casada con Javier Godó, conde de Godó. Por su parte, Liliana y Manuel Torreblanca son padres de tres hijas, pero todavía están en etapa de formación.