Juan Molins Monteys, hijo del presidente de Cementos Molins, ha liquidado la empresa Industria Circular TNP, creada en 2021 para aprovechar los restos de algas marinas que se acumulan en las playas como materia prima para fabricar paneles aislantes para la construcción.
En el consejo de administración de Industria Circular TNP aparecían Molins Monteys (como presidente y primer accionista con el 25%, si bien a título particular porque Cementos Molins nunca participó), Ferran Marsà (CEO de Inmobiliaría Mar y de la promotora La Llave de Oro), Ana María Rosés (directiva del family Office de Higini Cierco, expresidente de la banca andorrana BPA) y Quim Miró (otro inversor andorrano y expolítico de este país). Con posterioridad a la creación de la empresa, se sumaron como inversores la inmobiliaria Colonial y la constructora Copisa, según apareció en prensa en su momento.
La posibilidad de reaprovechar un residuo como los restos de algas de las playas despertó el interés de inversores como Molins Monteys. Este es miembro de los consejos de Cementos Molins y de la energética Akiles Corporation. Con anterioridad trabajó para Europraxis (consultora que se integró en Indra), Sorea (grupo Agbar), Soluziona (Fenosa) y fue director general de Ros Roca, del sector de la recogida de residuos.
El boletín del Registro Mercantil ha publicado el nombramiento de Molins Monteys como liquidador de la empresa y la disolución voluntaria de esta. Fuentes próximas a la sociedad apuntan que realizaron una inversión inicial, con la intención de participar en la construcción de una fábrica de paneles en Alcora (Castellón), pero que posteriormente desistieron porque consideraron que no sería viable. Otras fuentes señalan que invirtieron 2 millones de euros de los 4,5 que habían presupuestado inicialmente contado ayudas públicas y financiación bancaria.
Su objetivo era levantar una fábrica para aprovechar los restos de algas que se acumulan a las playas –posidonia, sargazo y otras– como materia prima de paneles destinados a la construcción. Estos paneles debían ser aislantes de la temperatura y el ruido, más resistentes a las deformaciones, ignífugos y, además, en el proceso de fabricación absorbían CO2. El mercado al que se dirigían era el de las promotoras y constructoras.
A pesar de la retirada de los inversores catalanes y andorranos, una empresa valenciana ha continuado con este proyecto con la marca Poplac Development. Detrás está la ingeniera química e investigadora Ana Blasco, que es la titular de la patente. El domicilio social de Poplac está situado en el Parque Científico de la Universidad de Valencia, en Paterna. Fuentes de Poplac precisan que son un laboratorio que investiga la utilización de residuos, como pueden ser las algas, para la construcción. Indican que están en contacto con grandes grupos industriales del sector. La próxima semana participarán en un viaje a México organizado por el Centro para el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (CDTI), que depende del Ministerio de Ciencia.