La empresa Marie Claire, conocido fabricante de pantis y lencería íntima con más de un siglo de historia, afronta una situación límite que desembocará en el cierre a menos que sea capaz de encontrar un inversor dispuesto a rescatarla. Ese es el sombrío escenario que observa en el horizonte más inmediato a la vista de las medidas de choque que esta centenaria empresa castellonense va a ejecutar en un último intento por sobrevivir. Según ha anunciado a los sindicatos, de entrada aplicará un ERE y solicitará el concurso de acreedores para renegociar la elevada deuda que ha ido acumulando a lo largo de los últimos cinco años. Con todo, la dirección aún apura las posibilidades de evitar el cierre con la búsqueda de inversores dispuestos a recapitalizar la empresa para relanzar su marca.
Esta compleja reestructuración financiera y operativa se ve dificultada además por un contexto en el que la demanda mundial de su principal producto, las medias, se ha reducido a la mitad tras la pandemia, mientras que los costes de fabricación se han disparado por el incremento de los precios de la energía y las materias primas. Con todo, las dificultades que han desembocado en la situación límite en la que ahora se encuentra Marie Claire vienen de lejos, por más que se hayan visto agravadas por la crisis sanitaria y las consecuencias de la guerra.
Un "drama" económico y social para la comarca
La empresa es el auténtico pulmón económico de Villafranca del Cid, la pequeña localidad del interior de Castelló, donde fue fundada en 1907 y donde ha continuado produciendo sin seguir la tendencia mayoritaria en la industria textil de externalizar la producción en otros países para abaratar costes, particularmente al sudeste asiático. Los sindicatos no ocultan que su cierre definitivo supondría todo un "drama económico y social" para una comarca de la que la empresa ha sido el sustento económico para cientos de familias durante más de un siglo.
Ante la importancia de Marie Claire para el Alt Maestrat, la Generalitat Valenciana se ha implicado a fondo para intentar reflotarla a través de dos inyecciones de capital canalizadas a través del Fondo Valenciano de Resiliencia por un importe total de 21,5 millones de euros divididos en varios tramos. La primera de esas inyecciones, por importe de 9,5 millones, se materializó en verano de 2021 para que la empresa pudiera pagar a sus trabajadores y sus proveedores después de haber sobrevivido a duras penas a la pandemia reinventándose como fabricante de batas sanitarias y mascarillas.
La Generalitat Valenciana se ha implicado a fondo para intentar reflotar a Marie Claire con 21,5 millones de euros
El apoyo financiero de la Generalitat Valenciana fue paralelo a la entrada de un nuevo propietario. El grupo textil B2Tex, proveedor de compañías como Inditex, compró la empresa castellonense para integrarla en su grupo de empresas y puso al frente de la gestión al empresario valenciano Álvaro Bordils, copropietario de B2Tex. El nuevo propietario reorganizó la operativa y renovó el equipo directivo. Entre otros hitos, alcanzó un acuerdo con la editorial de la revista de moda Marie Claire tras años de disputa por la marca en virtud del cual Marie Claire podría comenzar a vender sus productos en Europa bajo su propia marca. Las medidas, con todo, no fueron suficiente para enderezar el rumbo y ejecutar su plan de relanzamiento de la marca.
De hecho, la Generalitat Valenciana tuvo que salir de nuevo al rescate en junio de 2022 con la inyección de otros 12 millones de euros en Marie Claire para permitir su continuidad. A cambio, la empresa se comprometía a destinar los fondos a cubrir en parte las pérdidas que arrastraba por la caída de las ventas y la pandemia hasta el final del préstamo y a asegurar y promover el mantenimiento del empleo en la zona. Además, entre los condicionantes que puso el Gobierno de Ximo Puig para la operación estaban el de tener que contar con el visto bueno previo del Instituto Valenciano de Finanzas (IVF) en caso de iniciar un expediente de regulación de empleo o en caso de externalizar parte o totalmente su actividad fuera de la comarca, por lo que los planes de la empresa quedan condicionados a la autorización de la Generalitat Valenciana.
Fuentes de la Generalitat Valenciana consultadas por ON ECONOMIA explican que están dispuestas a aceptar la reestructuración de la plantilla y a refinanciar la deuda, siempre que los actuales propietarios sean capaces de garantizar la entrada de nuevo capital privado.
Los fondos recibidos fueron al pago de deudas pendientes con trabajadores y proveedores y a su restructuración "para adaptarse a la situación del mercado", de forma que solo una "fracción mínima" de ese dinero pudo destinarse al relanzamiento de la marca, según explica la empresa en el último comunicado para informar de su situación.
"La dirección de la empresa ha trabajado en un riguroso plan de viabilidad que ha mejorado los procesos productivos, ajustado las instalaciones a las necesidades reales de producción, optimizado el diseño de la fábrica y adaptado los equipos a la situación actual de la compañía", destaca la firma en ese comunicado. A pesar de los esfuerzos que asegura haber llevado a cabo para "reconectar con su clientela y acercarse a un público más joven", durante los últimos meses Marie Claire se ha visto afectada por diversos factores externos que han dificultado aún más su recuperación.
Costes energéticos disparados
Los efectos de la pandemia provocaron una reducción drástica del consumo de pantis que a día de hoy aún no se ha recuperado. El consumo mundial de medias no ha recuperado ni siquiera el 50% de los niveles precovid. Además, Marie Claire se ha enfrentado a una crisis logística y de materias primas que ha incrementado sus costes de fabricación, agravados aún más por el aumento en los costes energéticos. La luz o el gas han subido en más del 300%, mientras que la materia prima se ha encarecido por encima del 35%. Todo ello acompañado de un colapso en la cadena de suministro que ha afectado a los tiempos de producción y distribución. "Como fabricante español, estos niveles de gasto productivo resultaron casi insostenibles, lo que llevó a Marie Claire a ajustar los horarios de fabricación y reducir la jornada laboral en la fábrica a 4 días, con el fin de optimizar la producción y el lanzamiento de sus productos al mercado", recuerdan los responsables de la planta.
Situación límite
Llegados a este punto, la única salvación posible para Marie Claire es la entrada de un socio privado dispuesto a recapitalizarla. En la actualidad, los dueños de Marie Claire están "explorando activamente" la posibilidad de encontrar inversores interesados en respaldar el proyecto de relanzamiento de la marca, al tiempo que mantienen conversaciones con sus principales acreedores para renegociar su deuda y "garantizar su viabilidad a largo plazo".
La supervivencia depende del éxito de esa operación, pero la firma no oculta que tendrá que externalizar "ciertas líneas de producción" para ser más competitivos "frente al alto coste que supone la fabricación en España". Este cambio de rumbo implica una reestructuración de plantilla que dé viabilidad a la empresa en el largo plazo, por lo que pase lo que pase con la marca lo que parece claro es que la empresa de lencería íntima dejará de bombear recursos a la economía de la comarca.
Por el momento, este próximo lunes se abrirá el periodo de consultas del ERE que le acaba de anunciar al comité de empresa. Marie Claire tiene activo hasta el próximo mes de julio un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) para 130 trabajadores de la planta ubicada en Vilafranca, donde en este momento trabajan unas 90 personas en producción y otras 68 en otras áreas como las oficinas de Castelló. La mayoría ellos se quedarían sin empleo y con escasas alternativas, ya que en las comarcas de Els Ports y L'Alt Maestrat, de donde procede el grueso de la plantilla, no hay ninguna otra industria en la que se pudieran intentar una recolocación.