Italia acaba de anunciar un impuesto a la banca parecido al de España. En el país trasalpino se pretende gravar el resultado y aquí se aplica sobre los ingresos. No son casos aislados, en Europa hay otros dos países más que también ‘han castigado’ a los bancos por tener resultados extraordinarios con un impuesto desde que los tipos de interés empezaron a subir: República Checa y Hungría.

De hecho, el país húngaro fue el primero en dar el paso en mayo de 2022, cuando anunció un gravamen extraordinario diseñado para recaudar 250.000 millones de forints (más de 600 millones de euros) equivalentes a un tercio de las ganancias del sector bancario húngaro el año pasado. El impuesto se aplica sobre los resultados de 2022 y 2023, como en España, donde se grava el 4,8% del margen de intereses más comisiones. A estos dos países siguió República Checa, que ya aplica un recargo fiscal del 60% sobre las ganancias excesivas y ha anunciado que extenderá el impuesto hasta 2025.

En todos los casos el tributo ha sido muy criticado, tanto por las propias entidades como por los economistas y analistas. La banca denuncia (sobre todo en España) que ya paga muchos impuestos y, que si en los tiempos que los tipos eran negativos no recibieron ayudas, tampoco con los tipos altos deberían pagar una tasa. Asimismo, han advertido de que afectaría a su rentabilidad.

Los expertos, por su parte, alertaron de que impactaría en el empleo del sector (aquí se llegó a hablar de que se perderían 72.000 empleos, algo que no ha ocurrido) y se frenaría la concesión de crédito. También se comentó que las ganancias serían menores.

A estas alturas, cuando estos países ya han pagado el impuesto de 2022, hay algunas cosas claras. La primera es que el resultado no se ha visto afectado en España, obviamente los bancos han ganado de enero a junio menos de lo que ganarían sin el impuesto, pero el resultado de este 2023 ya es superior al del 2022 e incluso al del 2019, un año sin pandemia, sin tipos y sin impuestos. En concreto, los seis grandes bancos ha ganado unos 12.400 millones en el primer semestre, un 20% más que el año pasado y un 65% más que hace cuatro.

Pero esto no está ocurriendo en otros países, los bancos checos, por ejemplo, si están ganando menos. Los ingresos no son tan altos por el frenazo del crédito y por la desaceleración de la economía (algo que aquí no está ocurriendo todavía). También porque las subidas de tipos empezaron allí mucho antes, en 2021, por lo que sus ciudadanos llevan asfixiados más tiempo.

La agencia de calificación Moody's cree que los bancos de España, Italia y Portugal son algunos de los que más se beneficiarán de los tipos altos porque tienen en cartera más préstamos a tasa variable. De momento, aquí lo único que se mantiene en pie es la concesión de crédito, pues las hipotecas se han desplomado por la propia subida de tipos.

Otras de estas conclusiones es que, de momento, no ha afectado al empleo. De hecho, la banca española ha creado empleo este año en contra de lo que hizo en los últimos, los de la pandemia, cuando destruyó unos 20.000. Este ejercicio, BBVA y Sabadell están a la cabeza, siendo los que más crecen en plantilla. En cuanto a la rentabilidad, más de lo mismo, todos los bancos están viendo como su ROTE mejora este 2023 al calor de los tipos, algunos, incluso, han mejorado sus objetivos para el año que viene, como Sabadell.

¿Italia será el último?

La subida de tipos ha disparado los beneficios de la banca, de manera que los gobiernos de Europa ven cada vez más plausible introducir este impuesto. Ante esto cabe preguntarse si Italia será el último país. Los analistas de S&P Global Market Intelligence ya advirtieron en un informe previo que, la mala fama que tienen los bancos entre gran parte de la sociedad podría acentuar que más gobiernos decidieran replicar este impuesto.

Particularmente en países con una elevada inflación y una alta relación entre la deuda y el PIB. Si se tiene en cuenta esto último, Grecia e Italia eran los principales candidatos y en el segundo caso ya ha ocurrido. Sin embargo, no se espera que Reino Unido, que ya tiene dos impuestos al sector bancario, haga movimientos similares.

Allí, sin embargo, las autoridades están apretando con los depósitos tras las continuas subidas de tipos. De hecho, la Autoridad de Conducta Financiera ha amenazado con tomar "medidas" contra los bancos que no remuneren el ahorro de aquí a final de año.

Italia suaviza el impuesto

El movimiento de Italia ha dejado claro que no se trata de una medida de derechas ni de izquierdas, sino de una medida de castigo por los resultados récord del sector. De hecho, el anuncio se producía, precisamente, una semana después de que Intesa Sanpaolo (el mayor banco del país) elevara sus previsiones de ganancias para el año tras un semestre récord.

Aunque, tras la debacle bursátil del martes, que llevó a la banca italiana a perder casi 9.000 millones y contagió a la española, hizo que el Gobierno suavizara el impuesto al precisar por la noche que ya no sería sobre el 40% de los beneficios extraordinarios, sino que tendrá un techo y no podrá superar el 0,1% del activo total del banco. De momento, será solo durante un año.