Tras presentar resultados de récord con beneficios de 5.470 millones en los primeros 9 meses del año, más que en todo el 2023, Iberdrola ha eludido un ataque frontal al Gobierno por la posibilidad de que haga permanente y amplíe el impuesto extra a las energéticas, que grava un 1,2% sobre las ventas de aquellas que facturan más de 1.000 millones. 

El Congreso extendió ayer el periodo de enmiendas del proyecto de ley para hacer permanente este impuesto, que fue incluido en el plan fiscal enviado por el Gobierno español a la Comisión Europea pese a la oposición frontal de patronales como Foment y CEOE y del sector energético, que ve peligrar parte de sus inversiones por este gravamen. Concretamente, los 1.100 millones de la ecoplanta y el electrolizador de Tarragona proyectados por Repsol están en riesgo si se perpetua. 

El CEO de Iberdrola, Ignacio Galán, ha asegurado en su llamada de análisis con inversores que el impacto del impuesto "debería ser algo muy menor" sobre la cifra de negocios y además ha señalado que "no está claro que vaya a aprobar". "Es un proceso largo y tenemos que prestar atención a lo que suceda", ha dicho Galán, imponiendo un perfil más bajo que cuando se sumó a las críticas al impuesto cuando el Gobierno lo creó en 2022. "Solamente son rumores, es ruido, no hay nada concreto", ha añadido. 

Galán, que ha insistido en su idea de que este será "el siglo de la electricidad como el siglo XX fue el del petróleo", ha defendido también la ampliación de vida de las nucleares si se concluye que son viables y en función del análisis económico al respecto. "No hay ninguna razón por la que no se puedan ampliar la vida de las nucleares, pero esto depende de un análisis económico", ha dicho. 

Galán ha resaltado la importancia de la inversión en redes para adaptarse a un escenario con más renovables y más demanda eléctrica a medida que se electrifiquen los sectores, punto que la Agencia Internacional de la Energía ha señalado en su última prospectiva. 

Redes y energías renovables acaparan de hecho la mayor parte de las inversiones de Iberdrola, que ha aumentado su capex en redes un 25% y alcanzan los 4.294 millones de euros en los primeros 9 meses del año para alcanzar los 47.600 de base de activos de redes, 9.100 de ellos en España y 3.500 procedentes de la compra de ENW sobre el total de 14.600 en Reino Unido. España fue destino del 8% de inversiones en redes, por debajo del 41% en Estados Unidos, el 24% en Reino Unido y el 27% de Brasil. 

Las inversiones renovables son de 3.500 millones, el 45% de ellas a eólica marina, un 23% en eólica terrestre y un 32% en energía fotovoltaica. 

Iberdrola alcanza su récord de beneficios con 5.470 millones en los primeros 9 meses del año, un 50% más que en el mismo periodo del año pasado y superando los 4.800 millones de beneficios de todo el 2023. Y eso que sus ingresos, de 33.116 millones, fueron un 11% inferiores a los 37.194 facturados hasta septiembre de 2023. La venta de 13 plantas eléctricas al gobierno mexicano por 5.700 millones de euros es una de las principales responsables de estos resultados. 

La empresa atribuye la mejora de márgenes al aumento de la base de activos tras años de inversiones, expansión y compras, a mejores resultados en producción de eólica marina y una mayor contribución ibérica a resultados, así como a la mejora de cuota de negocios regulados. 

La empresa aumenta la remuneración al accionista un 14% hasta alcanzar 0,23 euros por acción. 

Durante los primeros nueve meses del año, Iberdrola aumentó un 82% su ebitda en países con rating A y su flujo de caja ha mejorado un 69% hasta alcanzar los 13.821 millones de euros, con una liquidez actual de 22.100 millones que le cubriría al menos 20 meses de necesidades financieras. 

Iberdrola se adelanta a sus planes a medio plazo y ha aumentado las inversiones un 13% hasta llegar a los 8.600, con una mayor cuota de negocios regulados tras la compra de ENW y nuevos proyectos de eólica marina adjudicados en Reino Unido (1 GW) y Estados Unidos (800 MW).