La empresa tecnológica Indra obtuvo en el primer trimestre un beneficio neto de 43,7 millones de euros, lo que supone un aumento del 11,1 % respecto a los 39,3 millones obtenidos en el mismo periodo de 2022.
Según ha informado este jueves la tecnológica española a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), su facturación alcanzó los 916,6 millones de euros, un 7,7 % más que el año pasado.
Respecto al resultado bruto de explotación o ebitda, se situó en 91,6 millones de euros en el primer trimestre, un 5,6 % más que en 2021.
Creció la cifra de negocio en la división de Minsait un 13,4 %, hasta 650 millones de euros; pero cayó en la de Defensa y Transporte, un 4,2 %, hasta 267 millones, lastrada, entre otras, por la menor contribución en este periodo del Eurofighter y el proyecto FCAS, una situación que revertirá en el segundo trimestre, ya que la compañía prevé un aumento de ingresos.
La tecnológica marcó un nuevo máximo histórico en su cartera de pedidos en este primer trimestre del año, hasta los 6.772 millones de euros, un 13,1 % más que en el mismo periodo del año pasado.
En este contexto, la cartera de la división de Transporte & Defensa ascendió a 4.802 millones de euros y aumentó un 21 %; mientras que Minsait se situó en 1.970 millones de euros y disminuyó un 2 %.
La contratación neta creció un 4,2 %, hasta los 1.399 millones de euros.
El tipo de cambio aportó 3 millones de euros a los ingresos de Indra principalmente por la apreciación de las divisas latinoamericanas (mayoritariamente por el peso mexicano y el real brasileño).
Indra tiene una plantilla de 56.573 empleados, un 6,2 % más que en 2022, tras registrar un crecimiento especialmente en América, del 8,1 %, hasta los 20.357 trabajadores. En España, la plantilla creció un 5,5 %, hasta las 30.538 personas.
Por regiones, Indra ingresó 464 millones de euros en España, un 6,4 % que el año pasado; en América, 198 millones de euros, un 30,4 % más; en Europa, 168 millones de euros, un 3 % más; mientras que cayó en Asia, Oriente Medio y África hasta los 87 millones de euros, tras descender un 13,7 %.
La deuda neta disminuyó hasta los 26,5 millones de euros en marzo de 2023, frente a los 215 millones que tenía en marzo de 2022; mientras que el flujo de caja libre pasó de los 13,3 millones a los 26,8.
Se trata de los primeros resultados trimestrales desde que el pasado seis de marzo la empresa que preside Marc Murtra anunció el cese de Ignacio Mataix, CEO que conserva por ahora sus funciones mientras se ejecuta la sucesión. . Con ella prosigue en su reconversión a uno de los grandes grupos de defensa y seguridad en todo el mundo, una premisa iniciada con la salida de Abril-Martorell en 2021, secundada con la entrada a la presidencia de la compañía de Marc Murtra y, casi, finalizada con el cese de Mataix como CEO del grupo.
Tal y como en su día indicaron fuentes del Gobierno español a ON ECONOMIA, el Ejecutivo español busca hacer de Indra una de las firmas más potentes en defensa, el que es uno de los sectores estratégicos para el país. Es por ello por lo que desde la salida de Abril-Martorell, la firma, con el Estado español a través de la SEPI como máximo accionista de Indra, ha acelerado en la renovación de la cúpula directiva en los últimos meses. En la junta de accionistas del pasado junio, la empresa española cesó a cinco de los ocho consejeros independientes.
Indra, que cerró 2022 con unas ganancias de 172 millones de euros, un 20% más, sigue inmersa en un periodo de cambios que comenzó hace un año y medio, con la salida de la presidencia de Abril-Martorell. En esta ocasión, la compañía presidida por Marc Murtra ha aprobado el cese como CEO de Indra de Mataix, quien seguirá en la empresa después de dejar su actual cargo.