La industria de la alimentación y las bebidas sufre de los cambios geopolíticos mundiales que modifican el contexto comercial en el que debe moverse con un auge del proteccionismo y, en el caso de las empresas españolas y europeas, con un tsunami regulatorio que le resta competitividad y, en definitiva, castigan su rentabilidad. Esta es una de las observaciones que han centrado el debate del encuentro del sector de la alimentación y las bebidas que se ha celebrado este jueves en el IESE, bajo el lema En busca de la creación de valor: Innovar. Elevar. Inspirar. El profesor Miquel Lladó, director académico del encuentro, ha valorado el objetivo de la jornada para profundizar en las complejas facetas de la creación de valor en el sector ante los retos ante la dinámica geopolítica, con los conflictos políticos y las relaciones internacionales. Asimismo, se ha prestado atención al valor de la marca y a las estrategias de gestión del talento, incluida la diversificación y la atracción, retención y motivación del talento.

El nuevo marco mundial exige cambios en las estrategias empresariales, teniendo en cuenta que “la geopolítica va a marcar el desempeño de las economías española, europea y mundial”, ha defendido Ana Aguilar, Chief Economist de Deloitte España. La política monetaria y la geopolítica y sus efectos en la economía mundial están alterando las relaciones comerciales, además del impacto que tienen aspectos como el cambio climático y las políticas de sostenibilidad, según ha comentado Ana Aguilar y ha defendido que el proteccionismo va tomando posiciones en diversas áreas del mundo que son esenciales para mantener los flujos comerciales y la internacionalización de las principales marcas españolas y europeas.

El proteccionismo va tomando posiciones en diversas áreas del mundo que son esenciales para mantener los flujos comerciales y la internacionalización de las principales marcas. La ponente ha expuesto cómo ha cambiado el mapa general desde hace un año, pasando de la incertidumbre y la vulnerabilidad que se tenía en un contexto inflacionista a “un escenario en el que vemos como el proteccionismo va tomando posiciones”, ha dicho Aguilar. Estas decisiones generan cambios en los flujos del comercio mundial y en las inversiones, de manera que ante las fuentes de vulnerabilidad que se abren -suministro de materias primas, alteración en las cadenas de suministro globales, controles de seguridad y restricciones que presionan el precio de determinadas materias y productos…- los países y las empresas “tienden a buscar a sus afines en temas comerciales” para garantizar todos estos aspectos.

En la sesión sobre el Análisis de la geopolítica: un puente entre la realidad mundial y la local, la consultora de Deloitte España ha determinado que “hay cambios en los flujos de inversión y de comercio”, que redundarán en la creación y consolidación de “bloques comerciales afines”, porque las empresas se preguntarán en qué medida deben o pueden fabricar y comerciar con mercados que establecerán sanciones y controles. En este sentido, ha citado que China ha perdido peso mundial como emisor y receptor de flujos de inversión y que, junto a Rusia, se está centrando en el desarrollo de las llamadas zonas del sur global. Mientras que los Estados Unidos y Europa tienden a invertir en los países más avanzados.

Al mismo tiempo, Aguilar ha advertido de las políticas económicas públicas en un contexto de control de los déficits públicos que “seguro que redundarán en modificaciones en la política fiscal con reformas que podrían afectar a las empresas”.

Fortalezas

Ana Aguilar ha mencionado las fortalezas que tienen las empresas españolas para afrontar el futuro, dado que viene de bajas tasas de endeudamiento que les permitirán abordar, con prudencia, nuevas inversiones. También ha asegurado que la internacionalización y la resiliencia que se ha conseguido en la última década favorece disponer de un cierto superávit y ganar competitividad a nivel de precios. Además, moverse en el contexto de la Unión Europea, es una fuente de fortaleza porque más del 50% de la exportación se mueve en el mercado único.

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Diversos representantes de la industria han debatido sus ideas ante más de 500 directivos y empresarios. Foto: Jordi Estruch / Iese 

Una Europa que ha interiorizado un papel de ‘regulador’ que el sector respeta, comparte y “está comprometido con ello”, pero que cuestiona en cuanto a los tiempos y formas de establecer las normas y “la falta de análisis y evaluación de los costes colaterales que su implementación supone para las empresas”, ha defendido Mauricio García de Quevedo, director general de FIAB, en el debate sobre Sinfonía normativa: orquestar la sostenibilidad y la competitividad. García de Quevedo ha insistido que “las normas se meditan poco, se consultan poco, se consensúan poco”. Según el representante de la industria española, “la Unión Europa es consciente de la diarrea reguladora” pero no obvia que, a veces, son normas que “carecen de eficiencia y eficacia” y que “en Europa, las empresas competimos a escala global”. En definitiva, se pone en riesgo la competitividad, según García de Quevedo.

El binomio competitividad-sostenibilidad

A este respecto, el vicepresidente de Ecoembes, Javier Solans, ha remarcado que “la industria no puede dejar de ser competitiva, pero a la vez hay que ser sostenible” y la única opción que tiene es trabajar conjunta y paralelamente en los dos ámbitos. “No es fácil ni barato conseguirlo, pero debemos invertir en innovación, en procesos y en equipos que entiendan las normas, porque el legislador no nos lo está poniendo nada fácil”, ha manifestado. Solans ha advertido a la audiencia de la jornada -más de 500 directivos y empresarios- que “en otras zonas del mundo también hay economías, como la china, que trabajan para y por la sostenibilidad”. A modo de ejemplo, el director general de FIAB ha puesto en consideración de los asistentes que “China se ha convertido en el proveedor mundial para la transición energética”.

Por su parte, el secretario general técnico de la Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados (Asedas), Felipe Medina, celebrado que en Europa se empiece a hablar de "competitividad empresarial" y ha dicho que el próximo mandato de la UE será muy importante porque tocará desarrollar todos los reglamentos y directivas que cuelgan del gran pacto verde, unos 600 actos que está previsto aprobar en temas relacionados con la sostenibilidad y el clima.

El vicepresidente de Ecoembes ha divulgado la receta final: las empresas tienen que dar productos sostenibles a precios aceptables para un consumidor que si no lo encuentra en una marca se pasará a otra, por lo que, a su entender, “aparejar competitividad con sostenibilidad será la manera de seguir teniendo una empresa rentable”.