La industria de alimentación y bebidas frenó su crecimiento en 2022 debido al impacto de la presión inflacionista en el aumento de los costes productivos del 18,6% en un año, en especial los energéticos, de transporte y de las materias primas. Ello ha truncado la evolución positiva del sector, que ha contenido su facturación con un alza del 1,5% en 2022, unos 144.955 millones de euros. Esta tasa muestra la contención de la actividad de la industria, si se compara con el promedio de la tasa de crecimiento de la producción real entre 2015 y 2019, (obviando los años 2020 y 2021, excepcionales por la situación de la covid-19) que se situó en el 4,5%.
Desde la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB) se destaca el esfuerzo realizado por la industria para absorber parte de los costes, se advierte de que hay dificultades para captar fondos para la innovación y se urge al gobierno español a que resuelva “con urgencia” las convocatorias de los planes de recuperación, transformación y resiliencia (Perte) para el sector agroalimentario. "Es urgente la resolución de las convocatorias del Perte agroalimentario para permitir dotar a esas pequeñas y medianas empresas de los recursos necesarios para adoptar las inversiones necesarias en innovación y mejorar así su competitividad”, ha alertado el presidente de la federación Mauricio García de Quevedo. Según sus palabras, la industria del sector de la alimentación y las bebidas sigue teniendo “dificultades para captar fondos para la innovación y esperamos que el Perte sea un revulsivo para captar fondos", ha reiterado.
El sector vislumbra el acceso a los Perte como una medida para recuperar competitividad, y además reclama un ámbito regulatorio y fiscal que tenga en cuenta el difícil contexto económico actual para proteger a “un sector estratégico para España y Europa de la vulnerabilidad económica”. “Durante 2022 hemos sufrido una crisis global, en parte como consecuencia de la invasión de Ucrania, que ha generado incertidumbre, inestabilidad y la grave situación de inflación que todos padecemos. Los resultados presentados por muchas empresas del sector demuestran cómo han reducido sus márgenes para no trasladar al consumidor las subidas que han sufrido”, en un intento de no generar mayores desajustes entre oferta y demanda, afirmó García Quevedo, durante la presentación de las magnitudes del sector durante 2022, a la que asistió el secretario general de Agricultura y Alimentación, Fernando Miranda.
Actualmente, el Perte para la industria del sector agroalimentario ha recibido solicitudes de 22 proyectos tractores, por valor de 755 millones de euros de inversión movilizada, según el gobierno español. El total de ayudas públicas solicitadas asciende a 394,4 millones de euros. Los proyectos tractores implican la realización de 454 proyectos primarios que involucran a 356 entidades participantes. Del total de proyectos primarios, 156 pertenecen a la línea de innovación en sostenibilidad y eficiencia energética, y 298 proyectos a la línea de I+D+i. El secretario de Agricultura, Fernando Miranda, ha reconocido que el gobierno central está evaluando las solicitudes recibidas de esta primera convocatoria para ultimar la segunda convocatoria. "Es una oportunidad única que hay que aprovechar para aprender y para que redunde en el beneficio de la industria", ha subrayado, destacando el "gran esfuerzo" que están haciendo las empresas.
El informe económico de la Fiab también recoge cómo además del aumento de los costes, la industria alimentaria ha padecido las consecuencias de las medidas adoptadas para la contención de la inflación, como la subida de los tipos de interés, que ha llevado a los hogares españoles a contener sus gastos y a modificar sus patrones de consumo. El informe muestra que el volumen del consumo se ha retraído hasta los 66.294 millones de euros, lo que supone un 1,1% menos, mientras que el gasto medio por persona en el hogar cae el 1,8%, hasta los 1.427 euros con relación al mismo periodo de 2021.
La industria alimentaria, el 2,5% de la economía
García Quevedo ha destacado que la industria de alimentación y bebidas continúa siendo el sector industrial con mayor fortaleza en España, ya que el Valor Añadido Bruto se ha cifrado en 29.786 millones de euros, lo que supone un crecimiento del 13,9% que, una vez ajustado el efecto de los precios, quedaría en un 4,1%. De esta forma, el peso del sector representa el 19,3% de la industria manufacturera y cerca del 2,5% del total de la economía española.
Por otro lado, el número de empresas que conforman la industria de la alimentación y las bebidas se ha logrado mantenerse en 2022 por encima de las 30.000 empresas (30.159), lo que supone un ligero descenso del 0,3%, ya que se vieron obligada a cerrar 101 compañías, la mayoría pymes. De nuevo, las pequeñas empresas son las que más acusan la crisis ya que no pueden seguir produciendo por los costes que tienen que afrontar. En 2022, más de 150 pequeñas empresas, de menos de 50 asalariados, desaparecieron. Como elemento positivo, y en línea con la trayectoria de años anteriores, las empresas de mayor tamaño han experimentado un avance del 11,4%, continuando en la mejora de la dimensión del sector para acabar con la alta atomización de la industria, según Fiab.
El sector sigue siendo un motor de empleo, ya que hay un avance en el número de afiliados a la Seguridad Social del 3,2%, es decir, 454.800 empleos directos, y lo hace con ritmos superiores al crecimiento de la industria manufacturera, que situó en el 2,4%.