El grueso de las industrias exportadoras españolas ha descartado acudir a las ayudas de los fondos europeos Next Generation, en las diversas convocatorias y en los Proyectos Estratégicos para la Recuperación y Transformación Económica (Perte) especialmente porque no han encontrado ninguna propuesta que se ajustara a sus proyectos. Así, dos de cada tres industrias exportadoras (60%) atribuyen a la falta de propuestas con áreas interesantes en las cuales centrarse (38%), a que las condiciones que se exigían no se ajustaban a los proyectos que tenían previstos o que podrían encajar con la mejora de su competitividad (28%), es decir, no reunían las condiciones que las administraciones exigían. Además, más de un tercio (34%) consideró que no podía asumir toda la burocracia que implicaba la presentación de su proyecto o no sabía a ciencia cierta cómo acceder a las diversas convocatorias.

La pequeña y mediana empresa (pyme) “lo ha tenido difícil para beneficiarse de los Next Generation”, ha explicado Joan Tristany, director general de la patronal AMEC, la asociación que agrupa a 350 industrias exportadoras españolas. Su aseveración se basa en los resultados del informe de coyuntura del sector que elabora anualmente la entidad y que, en referencia a 2022, ha puesto de manifiesto que las empresas con una dimensión más ajustada han accedido a programas puntuales -como por ejemplo el del kit digital- para sacar partido de los recursos europeos y mejorar su competitividad. Asimismo, las grandes corporaciones han instrumentalizado alianzas para acudir a los Perte, “pero la mediana empresa no tiene una estructura suficiente como para poner en marcha proyectos nuevos y, si los tiene y no se han ajustado a los requerimientos de acceso a los fondos, no dispone de capacidad para reformularlos y conseguir que encajen con las exigencias de las convocatorias”, ha añadido Tristany.

Otra de las preocupaciones que despierta la forma en que se han ejecutado los planes para distribuir la recepción de los Next Generation es que hay un 7% de empresas que han recibido ayudas en el último año y que no conocen a ciencia cierta de dónde provienen los recursos, pese a que los han vehiculado a través de alguna institución pública.

“Las industrias tienen claro que hay que seguir adelante sin depender de estos fondos”, ha clarificado Tristany, acogiéndose a los datos del informe que evidencian que la industria exportadora española, pese a las dificultades e incertidumbres de 2022, puso cierre al último ejercicio con un incremento del 14,7% de las exportaciones y más de la mitad (57,77%) ha elevado su peso sobre el total de la facturación. A su vez, se registró un dinamismo en el empleo, ya que en el conjunto de las 350 empresas se registró un aumento del 5,26% de las plantillas, hasta la cifra de 44.500 personas. Entre otros datos de su actividad, destaca que nueve de cada diez cerraron el año con beneficios y que el 86,5% aumentaron sus ventas, con un crecimiento medio del 15,43%, además que el 60,2% contrató a más trabajadores y un 27,2% mantuvo la plantilla.

Francia, Estados Unidos y Portugal fueron los principales mercados de destino de las exportaciones de las empresas de Amec, en un contexto en el que el peso de las ventas dirigidas a la UE y al resto de Europa están disminuyendo respecto a las de los Estados Unidos, Canadá y América Latina.