Barcelona cerró 2022 con una inversión hotelera de 229 millones, frente a los 721 millones registrados en el ejercicio anterior, lo que supone una caída del 68%, que se ha debido a que el año 2021 fue "excepcional" por la crisis ocasionada por la pandemia y a que muchas operaciones han quedado a la espera de que suban los precios ante la mejora de las expectativas. No obstante, con un turismo al alza y la vuelta de los visitantes internacionales, 2023 empieza con buenas expectativas de inversión hotelera en la ciudad, debido a las operaciones que quedaron pendientes en 2022 y que podrían firmarse en los primeros meses del año.

Según explican a EFE los socios de la promotora y consultora inmobiliaria 3Capital, Juan Gallardo y Roger Serrallonga, la llegada de la pandemia supuso problemas de tesorería para muchos hoteleros, que se vieron obligados a vender sus establecimientos. De ahí que 2021 fuera un año "atípico" en cuanto a inversión hotelera y que 2022 se haya acercado mucho más a ejercicios como el de 2020, en el que la inversión alcanzó los 153,7 millones; 2019, con 264 millones, o 2018, 192 millones.

Ventas de hoteles en 2021

Pese a los dos primeros meses de 2022 marcados por la variante ómicron y el inicio de la invasión de Ucrania, el sector turístico tuvo un importante impulso durante el resto del año. Esta mejora conllevó la retirada del mercado de varios activos en proceso de venta "a la espera de una mejor ocasión para poder negociar al alza", según ha resaltado Gallardo.

Respecto al total de inversión hotelera en España, en 2022 Barcelona perdió posiciones a favor de Madrid, que tuvo un ejercicio récord, Baleares o Málaga, ya que la capital catalana solo captó el 7% del total. "Madrid empezó a ganar posicionamiento internacional hace unos años", ha explicado Gallardo, para añadir que lo aumentó durante la pandemia, ya que fue una de las ciudades con menores restricciones en los locales de ocio.

Límites a la creación de hoteles

Además, también ha ayudado el hecho de que algunas grandes marcas internacionales, como Four Seasons, aterrizaran en Madrid, tras no poderlo hacer en Barcelona. Los directivos de 3Capital han recordado que Barcelona no puede crear nueva oferta hotelera en las zonas más turísticas de la ciudad con la entrada en vigor del Plan Especial Urbanístico de Alojamientos Turísticos (Peuat).

"Se pueden construir hoteles en zonas no turísticas, que pueden ser cómodas y estar bien comunicadas, pero donde no suelen ir los visitantes", ha apuntado Serrallonga. Algunas de las operaciones más destacadas de 2022 en la capital catalana fueron la venta del Hotel 1882, el Hotel Occidental 1929 o Casa Lit, que se llevaron alrededor de 150 millones del total de la inversión del ejercicio.

Ventas del Hotel 1882, el Hotel Occidental 1929 o Casa Lit en 2022 que se llevaron alrededor de 150 millones del total de la inversión del año

Según los directivos de 3Capital, en lo que se refiere al precio por habitación, las operaciones efectuadas en 2022 tuvieron una "apreciación relativa" respecto a las cerradas en ejercicios anteriores, con 402.000 euros de media en los 4 estrellas y unos 340.000 por unidad los de tres estrellas, ya que la mayoría de los establecimientos estaban recién renovados.

Según Gallardo, los precios de los hoteles de Barcelona se incrementaron de media un 15% respecto al récord que ya supuso la temporada de 2019, porcentaje que alcanzó el 20% en los establecimientos de alta gama. Esta subida vino acompañada de una importante subida de los costes por el alza de los precios en general y de la energía en particular. Con un turismo al alza y la vuelta de los visitantes internacionales, 2023 empieza con buenas expectativas de inversión hotelera en la ciudad, debido a las operaciones que quedaron pendientes en 2022 y que podrían firmarse en los primeros meses del año.

Hotel Juan Carlos

De hecho, hace unos días, el 13 de enero, el grupo Meliá se hizo con la gestión del antiguo hotel Rey Juan Carlos de la ciudad tras cerrar un acuerdo con los anteriores propietarios para comercializar el inmueble a largo plazo. La intención de la empresa de Gabriel Escarrer es sumar el establecimiento barcelonés a Gran Meliá -la marca de lujo de la cadena hotelera de origen mallorquín- bajo el nuevo nombre de Miranda de Pedralbes, en referencia al área residencial donde se ubica. El establecimiento, explotado desde 2014 por Fairmont -del grupo francés Accor- cerró en 2020, cuando tuvo que suspender las operaciones a consecuencia de la pandemia.

Pero ante unas mejores perspectivas, los antiguos propietarios reactivaron las negociaciones con el principal inversor de Meliá (el fondo Tyrus Capital) para que el hotel y el palacio de congresos anexo inicien una nueva etapa. El antiguo hotel Rey Juan Carlos se encuentra junto a una de las arterias vertebradoras de Barcelona, la Avenida Diagonal, y de la ronda de circunvalación que lo conecta en menos de 15 minutos con el puerto, el aeropuerto y los principales atractivos de la ciudad.

Una posición privilegiada en la que se sustenta la nueva gestión que busca convertir el hotel en el mejor “resort urbano" de Barcelona, y uno de los mejores hoteles vacacionales del sur de Europa, según señaló el pasado enero el CEO de Meliá, Gabriel Escarrer.