La llegada de Ouigo e Iryo ha revolucionado el sector ferroviario español, monopolizado por Renfe hasta hace dos años. La compañía pública era la única operadora de trenes de alta velocidad en el Estado hasta que, en 2021, irrumpió la empresa francesa y en 2022, la italiana. Con su llegada se ha disparado la oferta en algunos corredores, y los tres competidores han tenido que bajar los precios significativamente.
“Vemos que, donde todavía no estamos, como en el corredor Madrid-Andalucía, los precios solo han bajado un 6%, y en donde sí estamos, todo el sector ha bajado las tarifas un 40%”, revelaba este jueves la presidenta de Ouigo, Hélène Valenzuela, en un encuentro. Recientemente, un informe de la CNMC indicaba que en los corredores en los que la competencia se ha incorporado antes y ya hay tres competidores, como en el de Madrid-Barcelona y el de Madrid-València, el precio medio del billete ha bajado unos 25 euros y unos 16 euros, respectivamente, en comparación con antes de la liberalización.
Asimismo, se ha elevado el número de pasajeros que viaja en tren, y las cuotas de mercado se han repartido. Hasta 2021, Renfe concentraba todo el mercado de la alta velocidad, pero ahora ha reducido al 55% su cuota en la ruta Madrid-Barcelona (la más transitada), que opera bajo su marca Ave y Avlo, mientras que Iryo se ha hecho con el 24% y Ouigo, con el 21%.
“Hay mucha demanda, estamos en una competencia dura y luchamos cada día los tres operadores. Pero la noticia positiva es que el tren está creciendo, ganando al avión y al coche”, comentaba el presidente de Renfe, Raül Blanco, en el mismo encuentro. También la CNMC ponía de manifiesto en un estudio reciente que en el corredor más demandado, el que une Madrid y Barcelona, más del 78% de pasajeros ya eligen la alta velocidad, y el resto, el transporte aéreo.
Dicha cuota roza el 90% en el trayecto Madrid-València, y en los que unen Madrid con Sevilla, Málaga y Alacant. Precisamente por eso, la norma que previsiblemente aprobará el nuevo Gobierno para vetar los vuelos cortos cuando haya posibilidad de realizar dicho trayecto en tren, no tendrá un impacto significativo en las aerolíneas, quienes han declarado que muchos de esos vuelos cortos ya se han eliminado ante el impulso de la alta velocidad.
Precisamente de esto habló Carlos Bertomeu, presidente de Iryo, quien defendió que deben ser los ciudadanos quienes elijan el método de transporte según sus necesidades. En este sentido, explicaba que en el corredor Madrid-Barcelona han disminuido en un 72% las frecuencias aéreas en los últimos años. Y que cinco millones de pasajeros han pasado del avión al tren. Pese a ello, el sector aéreo no ha dejado de crecer. De hecho, están en niveles casi récord de pasajeros.
Por este motivo, pedía que no se prohibiera nada “con medidas con poca profundidad”, refiriéndose a la medida anunciada en el acuerdo de gobierno entre PSOE y Sumar. En su opinión, es mejor que haya oferta suficiente y que el pasajero decida.
Por otra parte, la presidenta de Ouigo señalaba otros dos beneficios de la alta velocidad que en España se han acelerado por la presencia de más competidores: la reducción de emisiones, ya que se usa menos el coche y el avión en estos trayectos, y en tren es menos contaminante; y la reducción de la mortalidad, teniendo en cuenta que los accidentes de tráfico por carretera son más numerosos que el resto. “El tren es un transporte verde y seguro”, apuntaba.