Joan Font (Bonpreu) y Joaquim Carandell (Benito Urban) ganaron en 2022 más de 2,4 millones de euros con su sociedad de capital riesgo Ona Capital Privat, en el primer ejercicio de los últimos diez años que cierran con beneficios si bien no compensan las pérdidas de 2,9 millones acumuladas en esta década.
Oriol Lobo, director general de Ona, avanza a ON ECONOMIA que en 2023 también han cerrado con beneficios, que no precisa hasta que se aprueben las cuentas, de manera que secarán las pérdidas acumuladas en los últimos años. Los 2,4 millones de 2022 se han destinado precisamente a compensar los resultados de ejercicios anteriores. Pero subraya que lo más importante no son las ganancias, sino el valor de la cartera de activos, que ha ido aumentando hasta llegar cerca de los 20 millones de euros en la actualidad.
Ona está participada a partes iguales por las familias Font y Carandell, naturales de la comarca de Osona. En este momento forma parte del capital de más de una veintena de empresas tecnológicas, casi todas radicadas en Catalunya.
Como ocurre con las sociedades de capital riesgo, los millonarios beneficios de Ona de 2022 proceden de desinversiones efectuadas en este ejercicio. Concretamente, vendieron parte de la participación (todavía conservan el 13,57%) de Sud Energies Renovables, proveedor de servicios de ingeniería; y salieron de NetRivals, empresa que ha desarrollado un software de pricing con un motor de scraping que permite conocer los precios de los competidores al momento. La francesa Lengow fue la compradora.
Una parte de las anteriores operaciones se ingresaron en 2023, ejercicio en el que también vendieron su participación en Wolrdcoo, plataforma que conecta retailers con instituciones que gestionan proyectos sociales. Este sistema permite realizar el llamado "redondeo solidario" en el momento de la compra. En este último proyecto no buscaron el rendimiento, sino ofrecer su colaboración para ponerlo en marcha.
Las posiciones más destacadas de la cartera de Ona están en la operadora de telefonía Parlem (controlan un 10,57% de forma directa, con una valoración en el 2022 de 4,7 millones de euros), la comercializadora de artículos para viajes y excursiones TropicFeel (4,34%), la instaladora de paneles solares Solfy o la plataforma de digitalización del sector del tatuaje Tattoox.
Desde que arrancó este fondo de capital riesgo hace quince años también se han dado aventuras que no han acabado bien como las de Racetick, plataforma para tramitar la inscripción y la obtención de dorsales en acontecimientos deportivos; Arboribus, plataforma de contacto entre empresas e inversores; o Jardinitis, e-commerce dedicado en venta de productos de jardinería y decoración. En esta última empresa, Ona salió del capital mucho antes de que sus fundadores fueran a concurso de acreedores y a la posterior liquidación.
Oriol Lobo destaca que el "rasgo diferencial" de Ona respecto a las otras sociedades de capital riesgo es que solo cuenta dos inversores y, encima, "no tienen prisa al vender, sino al generar valor".
Financiación para mujeres emprendedoras
En enero pasado, Ona Capital puso en marcha D-Ona, una línea para financiar proyectos de emprendeduría liderados por mujeres. Disponen de un presupuesto de 5 millones de euros para ayudar a emprendedoras a tirar adelante iniciativas que estén en fase semilla o presemilla. Priorizan los proyectos escalables y de base tecnológica.
Las responsables de D-Ona son Anna Font, directora comercial de Bonpreu e hija de su presidente; y Andrea Carandell, directora general de Benito Urban (mobiliario urbano) y Novatilu (iluminación).
A mediados del año pasado, Joan Font constituyó otra sociedad de capital riesgo llamada Colldebanyuls. Este nombre hace referencia al paso fronterizo entre Catalunya y Francia. Este nuevo vehículo inversor comparte sede social con Bonpreu en el complejo logístico de Les Masies de Voltregà (Osona). Como administrador único aparece Baloo d'Inversions, patrimonial de Font, y como gestor, Talenta Gestión, la firma de servicios financieros liderada por Jordi Jofre.