Entre reuniones con el IBEX 35, con Siemens Gamesa para garantizar su futuro en España y con el mismísimo Bill Gates, Pedro Sánchez ha llamado la atención con una imagen que rompe radicalmente con el glamour de las elites mundiales en pleno Foro de Davos. En un paseo rodeado de nieve junto al ministro de Transformación Digital, José Luis Escrivá, el presidente del Gobierno vestía un abrigo negro, básico, de la marca Joma, una de las principales firmas deportivas de España y que vende sus productos muy por debajo de los precios de las punteras Adidas, Nike o Puma, por poner un ejemplo.
El plumón largo en cuestión, con un forro polar importante para protegerse ante el frío de los 4 grados que hay actualmente en la ciudad Suiza, es el Islandia III y se vende en la página web de la firma por 88 euros, aunque muchas tallas ya están agotadas.
Joma es una empresa pequeña si la comparamos con los gigantes de la moda deportiva mundial, puesto que Nike llegó a facturar 45.000 millones y a ganar 4.500 en el 2023. Pero Joma su imagen de marca humilde se diluye si atendemos a los 200 millones de euros facturados en 2023 o a los 24 millones invertidos en su expansión de cara a este año, tal y como publicó el medio especializado en negocios deportivos 2 PLaybook. Tampoco es de pequeña empresa el hecho de haber sido marca oficial del Comité Olímpico en los Juegos de Río 2016 y los de Tokio 2020.
Esta reciente inversión apunta a ser un momento clave para una empresa que emplea a 500 personas en todo el mundo, la mayoría en España, y vende en más de 100 países, consolidada como la mayor firma deportiva española del mercado.
El pasado miércoles 10 de enero, Joma celebró un evento para dar a conocer la marca a la prensa, con lo que el acto gratuito de márquetin de Sánchez llega en un momento idóneo para esta marca especialmente conocida por sus botas de pádel, fútbol sala y balonmano.
Fundada en los años 60, Joma es la mayor empresa no financiera de la provincia de Toledo, donde compite con Eurocaja Rural como firma más destacada.
La anécdota más curiosa y repetida sobre esta marca y manchega está en el origen de su nombre. Fructuoso López fundó esta empresa en el año 1965 con tan solo ocho empleados, tal y como cuenta en su página web. El nombre de Joma se lo dio por el nombre de su hijo, Jose Manuel López, que es el director general de la empresa desde el año 2001.
En el año 69, la empresa se constituyó de forma oficial y construyó una fábrica de 500 metros cuadrados que le permitió ampliar la plantilla a 20 empleados con la primera cadena de montaje manual. En el año 80, la plantilla se amplió a 70 y la segunda fábrica contó con 2.000 metros cuadrados.
Las primeras firmas de patrocinio a jugadores fueron con Martín Vázquez, en el Real Madrid y Francisco, del Sevilla, en el año 1987, cuando el desarrollo tecnológico de la empresa le permitió mejorar sus botas de fútbol. La tercera fábrica abierta ese año ya contaba con 65.000 metros cuadrados y los empleados llegaban a 300.
Los futbolistas Emilio Butragueño y Txiki Begiristain se sumaron a la plantilla de patrocinados en el año 1988 y en el 09 el récordman de 1.500 metros José Luis González sumó puntos para la vertiente de atletismo de Joma, que fichó también a Alfonso Pérez, quien popularizó de la mano de la marca aquellas botas blancas con las que tantos goles marcó con el Betis y tan pocos con el Barça.
En los años 90 Joma se expandió creando filiales en México y en Estados Unidos y en 2000 llega a China. Reino Unido y otros países van sumándose a la lista de filiales de la marca durante los primeros años de los 2000, en los que llega a patrocinar a equipos importantes de España como Sevilla y Valencia y se expande con selecciones como la de Costa Rica u Honduras.
La firma de Juani Mieres, número 1 del pádel, en 2013 impulsa a Joma en este deporte y la visita de los Reyes a la sede central de Portillo de Toledo en 2018 acaban de darle prestigio a esta marca, que con el spot voluntario o no de Pedro Sánchez puede dar otro pequeño salto en cuanto a visibilidad.