De las ciudades que no son capital de Estado, Barcelona es la tercera del mundo con más consulados extranjeros, solo superada por Nueva York y Hong Kong. En estos momentos, cuenta con 90 cónsules acreditados. Los últimos en llegar a este selecto club son el abogado Javier Medina Ortiz, que lo es de Eslovaquia desde el pasado mayo; el lobista José Daniel Barquero, de Armenia, desde enero; y el hotelero Jordi Clos, de Lituania, desde finales del pasado año, si bien su designación había pasado desapercibido.
De estos 90 representantes de países extranjeros, una cifra que se ha mantenido estable en los últimos cinco años, 40 ejercen como cónsules generales y 50 como honorarios. Los primeros suelen ser funcionarios de los países que representan, con más prerrogativas que los honorarios, que son ciudadanos locales que se limitan a determinadas funciones, sin sueldo, aunque suelen cobrar dietas o compensaciones.
La mayoría de los cónsules honorarios acreditados en Barcelona son abogados, aunque también hay destacados empresarios. Jordi Clos, presidente del Gremio de Hoteles y de la cadena Derby, es el cónsul de Lituania, una plaza que estaba vacante desde que Jordi Sumarroca Claverol, otro empresario con intereses hoteleros, la dejó hace ocho años. Y aún hay más hoteleros: Joan Gaspart lo es de Seychelles, desde hace precisamente 40 años, y Pau Guardans Cambó, propietario de Único Hotels, de Vietnam desde hace poco más de tres años.
Respecto a las incorporaciones de este año, José Daniel Barquero es el primer cónsul de Armenia en Barcelona, un país clave en las relaciones con Rusia, que hasta ahora nunca había tenido una delegación en la ciudad. Barcelonés de nacimiento, pero residente en Madrid, está al frente de Strategic Economic Relations, consultora especializada en gestiones empresariales y de lobby. Anteriormente, fue CEO -y fundador– de los centros universitarios ESERP. En el caso de Javier Medina Ortiz, abogado inmobiliario y de inversiones, se trata de un relevo en la delegación de Eslovaquia.
Ranking de las trayectorias más largas
Los cónsules honorarios con más años de ejercicio son el nonagenario Luis Valeriano González Pérez, empresario que se dedicó a la importación de azafrán, que lo es de la India desde 1968; el hotelero Joan Gaspart (Seychelles, 1983); el exalpinista Lluís Belvis del Río (Nepal, 1986); el jurista Eduard Bajet Royo (Togo, 1987); el empresario inmobiliario Agustí Llanas Armet (Sri Lanka, 1990); o el abogado Juan Antonio del Moral Vizcaíno (Gambia, 1990).
Sol Daurella, presidenta de Coca-Cola Europacific Partnerts, sería la séptima cónsul honoraria más longeva si, en agosto de 2019, no hubiera dejado la representación de Islandia que ostentaba desde 1992. Curiosamente, en la base de datos de la Generalitat todavía sigue figurando como cónsul, pero no así en la del gobierno islandés y la del Ministerio de Asuntos Exteriores de España. El actual titular es Astrid Helgadottir.
También existen diversas relaciones familiares dentro de este colectivo. El empresario y financiero Jorge Campins Figueras, cónsul de Madagascar desde 1998, es el esposo de Elena Daurella de Aguilera, prima de Sol Daurella. Es administrador de diversas sociedades de Inversión y preside Poble Espanyol de Montjuic SA, la sociedad que gestiona este conocido recinto turístico. Y también hay consulados que pasan entre miembros de la misma familia. Por ejemplo, Claude Vila de Font Riera ejerce de cónsul del Senegal desde la muerte de su marido en 2006, que fue quien puso en marcha esta delegación en 1973.
Empresarios destacados
Respecto a otros cónsules con currículum empresarial o político, destacan Josep Manuel Basáñez Villaluenga (cónsul honorario de Singapur, desde 2003), exconseller de Economía de la Generalitat en la década de los ochenta y expresidente de compañías como Acesa o Caprabo; Andrés Carasso Vendrell (Costa de Marfil, 1998), delegado en Catalunya de Iberdrola y secretario general de la Asociación de Fabricantes de Material Eléctrico (AFME); Javier Pérez Farguell (Etiopía, 2020), exfinancero i ex director general del Barça; o el editor Pere Vicens Rahola (Uzbekistán, 2002), fundador de Editorial Vicens Vives.
Pero hay muchos más nombres: Josep Lluís Rovira Escubós (Estonia, 2000), ex directivo de Pimec, de la Cámara de Barcelona, Fira de Barcelona y Foment del Treball. José María Bové Montero (Austria, desde 2006), presidente de la firma de auditoría que lleva su nombre; Joaquim Borràs Ferré (Nueva Zelanda, 2019), directivo del sector de los servicios sociales; Francisco Adolfo Granero Jiménez (Mónaco, 2015), empresario del sector de los perfumes; o los promotores inmobiliarios Joan-Enric Juncà Varias (Costa Rica, 1995) y Ramón Pedró Bernaus (Bangladesh, 2003).
Los miembros del cuerpo consolar de Barcelona suelen mantenerse durante décadas en el mismo cargo, aunque, en los últimos años, se han producido varias dimisiones voluntarias y también retiradas del exequatur, que es el permiso de representación oficial que se concede a quien -sin ser diplomático- ostenta la representación honoraria de otro Estado.
Lista de bajas
En la última Lista Consular del Ministerio de Asuntos Exteriores español, fechada en mayo pasado, aparecen vacíos los consulados en Barcelona de Albania, Mali y Croacia. Quienes eran titulares de los dos primeros, Josep Maria Calmet Iglesias y José Luis López Fernánez, están procesados por una presunta colaboración con un caso de blanqueo de capitales del clan de los Jodorovich. Calmet fue alto cargo de la Generalitat en la etapa de Jordi Pujol, vicepresidente de la Diputación de Barcelona y consejero delegado –y posterior presidente– de Petrocat. Respecto al consulado de Croacia, el empresario Juli Bàrcena San José quedó fuera del anterior caso judicial, al ser exculpado hace tan sólo unas semanas por la juez instructora. Su nombre no aparece en la “Lista” del Ministerio, pero todavía se mantiene en la de la Generalitat.
En los meses anteriores y posteriores al referéndum del 1 de octubre de 2017, desde el Ministerio de Exteriores se forzó la retirada de cuatro cónsules honorarios por sus posiciones políticas o declaraciones públicas: Xavier Vinyals Capdepon (Letonia), Albert Ginjaume Egido (Finlandia), Jordi Puig Roches (Filipinas) y del exfutbolista del Barça Hristo Stoichkov (Bulgaria). Los cuatro fueron reemplazados con posterioridad.
La figura de los cónsules, ya sean generales u honorarios, se rige por el Convenio de Viena de Relaciones Consulares. Si pierden la confianza del país que representan o del Estado anfitrión, se quedan sin el exequatur y, por tanto, sin la posibilidad de ejercer. Respecto a los honorarios, uno de ellos precisa que cada caso es diferente y las funciones pueden ser más o menos amplias en función de lo acordado con la embajada del país que representan. Muchos se limitan a un desempeño institucional o relaciones comerciales sin entrar en la gestión de asuntos de ciudadanos particulares.