La firma catalana de alta joyería y distribuidora de marcas relojeras Rabat asegura que debe su rumbo de crucero al cliente español que genera el 72% de las ventas anuales que, en el 2022, han alcanzado los 132 millones de euros. "El negocio vuelve a crecer a dos dígitos y esperamos que se repita en el 2023, aunque somos realistas y apuntamos a un discreto 10% de mejora para el presente año", ha asegurado Jordi Rabat, el director ejecutivo de la empresa, de capital familiar, que fundó a su padre Esteban Rabat.

La cifra de ventas de 2022 supone un incremento anual del 25% sobre el año precedente y del 12% respecto de 2019. "En el 2022 nos hemos focalizado, una vez más, en el cliente local, y sin perder nuestra vocación representar en las principales marcas relojeras, nos hemos focalizado en las más estratégicas", ha concretado Jordi Rabat durante la presentación de resultados. En este sentido, ha explicado que las firmas internacionales de lujo que distribuye la cadena han aportado el 80% del negocio total, aunque se han reducido el número de marcas en un 30% respecto de las que representaban en 2019. La compañía venía de un 2021 en que se dejaron atrás los números rojos y se facturó un negocio de 106 millones de euros. El año pasado el ebitda (beneficio bruto de explotación) se situó en los 12 millones de euros, con un crecimiento del 50%.

La disminución del número de marcas representadas ha servido para poder potenciar aquellas que sí se han quedado en las estanterías de la cadena de tiendas Rabat, reforzando su imagen y apostando por las tiendas monomarca. Por eso, en 2022, el grupo se expansionó en Madrid con la apertura de tres boutiques, en la calle Serrano, para las marcas Breitling, Hublot y Vacheron Constantin. En la capital española la firma catalana ya tenía una tienda Rabat.

La expansión continuará este 2023, con una inversión de 15 millones de euros, por ampliar o adecuar las boutiques de Barcelona, Valencia, Tarragona y Madrid, continuar con la apertura de boutiques monomarca así como ampliar sus servicios corporativos para continuar con su política de excelencia en el servicio y el cliente, según confirmó Jordi Rabat, presidente y consejero delegado. Actualmente, el grupo tiene seis tiendas de relojería monomarca -Ibiza, Barcelona, Valencia y tres más en Madrid- y otras seis bajo la marca propia Rabat -dos en el Paseo de Gracia de Barcelona, e Ibiza, Valencia y Tarragona, con una cada una.

Con Breitling, Hublot o Vacheron Constantin -la empresa no puede confirmarlo, todavía- abrirá su tercer establecimiento en el Paseo de Gracia de Barcelona, antes del verano. El local ya está escogido, se trata del espacio que ocupaba la vinoteca Torres. En la capital catalana, su emblemática tienda situada en el edificio modernista Casa Codina -desde 2015, con seis plantas de exposición y venta- "se remodelará, especialmente, para exponer menos y buscar más espacios de atención personalizada por un cliente que nos muestra fidelidad y que nos tiene en cuenta en sus momentos más entrañables, bodas, comuniones, celebraciones, aniversarios....", explica Jordi Rabat. La clientela está formada, en poco más de un 50% por mujeres y la joyería es el principal reclamo; mientras que los hombres en un 98% van a Rabat a comprar un reloj. De hecho, la compra de joyería fue importante el año pasado, con un crecimiento de la demanda del 32% sobre 2021 y del 56% respecto de 2019.

Con respecto a la tienda de Valencia, la tienda que tienen en la calle Colón pasará de 200 a 700 metros cuadrados; y por Tarragona, "también tenemos proyectos, los estamos definiendo", apuntan desde la joyería.

Con respecto al equipo humano, "el motor de la compañía, según su director," ha crecido en 32 personas el año pasado, un 17% con respecto al año anterior, sumando la cifra total de 216 empleados en todo el grupo.

Los establecimientos de Rabat y las marcas relojeras seguirán acogiendo a los clientes foráneos, el 13% provenientes de Europa y un 15% del resto del mundo. "En Madrid nos visita al turista americano, sobre todo, y en Barcelona más europeos", concreta Jordi Rabat y destaca que también los pueden fidelizar porque "hay profesionales que vienen|venden a la ciudad por tema de negocios y que nos visitan a menudo".