El juzgado mercantil número 6 de Barcelona dio por cerrado el pasado viernes el concurso de acreedores con el que se certifica la defunción de Ricardo Albiñana Films, mítica productora audiovisual barcelonesa fundada hace 40 años que cerró y despidió a su plantilla de 10 trabajadores el pasado mes de enero alegando que no hay dinero, tal y como avanzó ON ECONOMIA. Dejó una deuda de 7 millones (inicialmente se contabilizaron 5,5entre los que se cuentan 200.000 euros con Hacienda y cientos de miles de euros a colaboradores y proveedores. 

El concurso, que ha finalizado junto al cierre provisional de la hoja registral de la empresa, se ha cerrado sin responsabilidad para la familia Albiñana, administradores y propietarios de la empresa, si bien la abogada Erika Meseguer ,de Iuris et Sales, prepara una denuncia colectiva de decenas de afectados por impagos de cientos de miles de euros contra ellos "por fraude y alzamiento de bienes". 

Según cuenta Meseguer, esperaban que el concurso se cerrara como culposo y "que se derivaran responsabilidades", pero al no ser así, optarán por la fase "civil y penal". Meseguer ve indicios de mala fe de la empresa al asegurar que pagaría trabajos y servicios que no podría pagar y ve indicios de alzamiento de bienes en el hecho de que algunos de los trabajos cobrados a clientes nunca fueron a parar a la empresa. Se trata, al menos, de anuncios de Scalextric, La Lechera o galletas Cola-Cao, que los clientes abonaron a la empresa "pero la compañía no utilizó para pagar a proveedores".  

Los informes del registro mercantil sobre las hasta 7 empresas vinculadas y participadas por los dueños de Albiñana Films arrojan una situación financiera mejor que la fallida Albiñana Films, lo cual azuza las dudas sobre prácticas ilícitas. 

El concurso de acreedores fue presentado el pasado 21 de marzo, mientras proveedores y extrabajadores se agrupaban para contabilizar cientos de miles de euros en deuda y preparar acciones legales mientras los hermanos Ramsés y Ricard Albiñana Jr. se encontraban desaparecidos y no daban explicaciones ni a los afectados ni a ON ECONOMIA. El Fondo de Garantía Social (FOGASA) deberá hacerse cargo del agujero de una empresa sin activos. 

De facturar 15 millones a una quiebra turbia

Varias voces del sector afectadas contaron a ON ECONOMIA que las malas praxis de la empresa se remontaban a años atrás, sobre todo con retrasos excesivos de los pagos. La muerte, en 2021, del padre de los dueños actuales y fundador de la empresa, Ricardo Albiñana, estaba entre las causas apuntadas de la caída de la empresa.  

Entre los afectados por los impagos contactados por este medio existen actores, directores, empresas de material, empresas de localización o montadores. Además de los centenares de miles de euros que debía a estos proveedores y profesionales, Albiñana debía 200.000 euros a la Seguridad Social, según pudo comprobar este medio con documentos de Hacienda. 

Los hermanos Albiñana "se han negado a colaborar en ningún tipo de gestión documental", cuenta Meseguer, que detalla que ni tan siquiera han facilitado la nómina o el contrato a extrabajadores que lo han solicitado. Una vez se abre el concurso de acreedores, pueden pasar unos 9 meses hasta que finalice y, después de este periodo, podría darse inicio a la acción legal. 

La empresa grabó el año pasado anuncios para clientes como Audi, Idealista o Simyo, si bien varias fuentes creían que lo hacía con "una estructura sobredimensionada". La presencia de Ricardo Albiñana como administrador de dos empresas audiovisuales que nadie conoce ni tienen visibilidad en internet acentúan las sospechas de irregularidades. 

Con sede y plató al lado de la clínica Teknon de Barcelona en el barrio de Sarrià-Sant Gervasi, Albiñana Films fue fundada por el cineasta en el año 82 por Ricardo Albiñana, que vio en la publicidad mayores recursos económicos y tecnológicos para desarrollar el audiovisual lejos aún de la digitalización. Entre sus hitos estuvo grabar en 2014 un anuncio dirigido por Oliver Stone para el Mundial de Brasil y su mayor facturación fue de 15 millones de euros en el año 2008. Sus últimas cuentas disponibles, de 2022, muestran unas pérdidas de 320.000 euros y una facturación de 5,2 millones y detalla unas deudas de 976.037 euros con proveedores y un total de 1,4 millones en deudas.