KPMG duda de la capacidad de Eroski para hacer frente al pago de su deuda establecido en la refinanciación cerrada el pasado 2019. La consultora, encargada de revisar los estados financieros de la compañía de distribución, cree que la "incertidumbre" sobre su financiación genera dudas significativas sobre la capacidad del grupo para continuar como empresa en funcionamiento. La cooperativa que dirige Rosa María Carabel ha reducido su pasivo significativamente en la última década, pero aún tiene que hacer frente a 874 millones de euros de deuda sindicada, de los cuales 503 millones vencen el próximo año.
Para poder afrontar esta situación y obtener financiación, Eroski ha aprobado este martes la emisión de bonos por un importe límite de 600 millones de euros. En una Asamblea General Extraordinaria celebrada en la sede de Elorrio (Vizcaya), los socios trabajadores han votado a favor de la propuesta del Consejo Rector de la compañía para emitir deuda a través de bonos y así poder obtener financiación que contribuya a cumplir las obligaciones financieras del grupo.
Previamente a la celebración de la asamblea, Eroski publicó los resultados correspondientes al primer semestre de su año fiscal, que reflejan unas ganancias de 69,9 millones de euros, impulsadas en un contexto de escalada de precios en el sector alimenticio. Y es en el informe financiero remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) donde el auditor de las cuentas llama la atención a Eroski por la incertidumbre en torno a su financiación para hacer frente al pago de buena parte de la deuda que la compañía tiene contraída con diferentes entidades de crédito.
De este modo, en un párrafo de énfasis dentro del informe semestral se destaca que el importe total del pasivo corriente excede del total del activo corriente en 813,74 millones, debido principalmente al vencimiento en julio de 2024 de una parte significativa de las deudas de Eroski. Si bien la dirección del grupo alega que está trabajando para obtener financiación suficiente y cumplir sus compromisos, KPMG advierte que "estos hechos indican la existencia de una incertidumbre material que puede generar dudas significativas sobre la capacidad del grupo para continuar como empresa en funcionamiento".
Eroski confía en obtener la financiación
"Nuestra conclusión no ha sido modificada en relación con esta cuestión", añade la consultora. Puesto que se trata de unas cuentas intermedias y no anuales, KPMG explica que "no incluyen toda la información que requerirían unos estados financieros consolidados completos preparados de acuerdo con las Normas Internacionales de Información Financiera, adoptadas por la Unión Europea". Es por ello que recomienda leer estos estados financieros junto con las cuentas anuales consolidadas del grupo correspondientes al ejercicio pasado.
Por su parte, Eroski ha estado trabajando en diferentes alternativas para poder financiar la abultada deuda que aún pesa sobre la compañía. "Se están concretando las referidas alternativas que, probablemente, se materializarán en una combinación de préstamos bancarios y recursos captados en el mercado de capitales", explicaba el grupo en referencia a la emisión de bonos que posteriormente aprobó la asamblea.
En este sentido, resta importancia al aviso del auditor, pues asegura que las cuentas presentadas han sido formuladas por los administradores de Eroski estimando que "en los próximos meses se culminarán las actuaciones en curso y se formalizarán los acuerdos necesarios que permitan al grupo obtener la financiación que posibilite atender el pago de sus deudas y continuar con su actividad".
Las subidas de tipos encarecen el coste de la deuda
Pese a que la empresa ha reducido considerablemente su deuda en los últimos diez años, habiendo amortizado 2.000 millones de euros, aún cuenta con un importante lastre para su negocio. Además, las subidas de los tipos de interés por parte del Banco Central Europeo (BCE) han encarecido el coste de su deuda, que ha pasado del 2,5% en el año 2019 al 6% en el primer semestre de 2023, según recogen los estados financieros de mitad de ejercicio de Eroski.
A cierre del 31 de julio, el grupo cuenta con una deuda sindicada de 874 millones de euros, tras haber amortizado 35 millones de euros durante los primeros seis meses de 2023. De este pasivo, el primer pago se corresponde a 503 millones y vence el próximo julio de 2024, y el segundo, de 200 millones, vence el próximo 31 de julio de 2027. Los principales acreedores del grupo de distribución son los fondos que representan a Bank of America, Laboral Kutxa, Kutxabank y la pública SEPI (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales).
Expansión de Caprabo con 18 nuevas franquicias
Por otro lado, la compañía ha seguido con su estrategia expansiva en el primer semestre. La enseña ha invertido 36,7 millones de euros para la apertura de 53 nuevas tiendas, 4 supermercados propios y 49 establecimientos franquiciados, así como a la remodelación de puntos de venta. Del total de franquicias abiertas, 18 son de la catalana Caprabo, compañía controlada por Eroski en un 50% tras vender la otra mitad al fondo el grupo checo EP Corporate Group en 2021.
No obstante, a estas nuevas aperturas hay que restar la venta de otra decena de supermercados en Guipúzkoa, Navarra, Álava y Bizkaia por 18,5 millones de euros. Unas ventas que, según explica Eroski, no tendrán un impacto significativo en las cuentas que presentará el grupo al finalizar el ejercicio, el próximo 31 de enero de 2024.
Asimismo, la compañía ha dado a conocer la cifra por la cual formalizó la venta el pasado febrero de su negocio de viajes a la sociedad World2meet (W2M), división del grupo Iberostar. El beneficio obtenido por la operación es de 7,6 millones de euros, aunque el grupo precisa que "no se ha considerado que se cumplan los criterios para considerarse una actividad interrumpida al no ser una línea de negocio significativa".