El fabricante de papel tisú y kraft sostenible LC Paper, que comercializa los productos de la marca Dalia, llevará a cabo una inversión de 4,3 millones para mejorar la circularidad del papel reciclado de determinados residuos de papel y cartón procedentes de la recogida selectiva y reconvertirlos en nuevas bobinas para los mercados de higiene doméstica y profesional. El proyecto sale adelante en el marco de los recursos de los fondos europeos Next Generation, después de que la medida de LC Paper haya sido seleccionada dentro del Perte de circularidad, de manera que la compañía obtendrá el 50% de los recursos con los Next Generation y el 50% será autofinanciación, según ha confirmado a ON ECONOMIA el consejero delegado, Pau Vila.
La inversión de la compañía con sede en Besalú y factoría en Fornells de la Selva -con una plantilla de 140 personas- consiste en la instalación de nueva maquinaria de alta tecnología y última generación que permite llevar a cabo un proceso de selección de materiales, donde se separan las fibras de papel y cartón de otros elementos como plásticos, adhesivos o trazas de metal. La innovación constante dentro de la compañía LC Paper se ha impulsado esta vez en colaboración con dos ingenierías, una alemana y una india, para obtener un proceso muy concreto que hace una identificación esmerada de los materiales y que maximiza el aprovechamiento de la materia prima reciclada. De hecho, LC Paper ha trabajado con varios proveedores de maquinaria internacionales y de tecnología avanzada. "La sofisticación tecnológica del planteamiento de reciclaje es lo que justifica que sea un proyecto merecedor de un Perte, dado que generalmente los fondos Next Generation dan apoyo a tecnologías innovadoras o maneras de hacer más atrevidas que lo que se hace habitualmente en el sector", explica Vila.
Actualmente, LC Paper fabrica 50.000 toneladas anuales, de las cuales 20.000 son recicladas. Estas cifras se mantendrán estable durante este año, pero con la inversión realizada se conseguirá que haya un mayor aprovechamiento de la materia prima reciclada, es decir, que "por cada camión de papel reciclado procedente de la recogida selectiva (contenedor azul) podremos convertir un porcentaje más elevado en nuevas bobinas de papel, gracias al hecho de que la selección será con tecnología más avanzada y más esmerada", manifiesta Pau Vila. Por lo tanto, "podremos mantener la misma producción utilizando menos recursos y dar salida a residuos de menor pureza", añade.
Retorno a los beneficios y a niveles precovid
La inversión de mejora de la selección de materia prima reciclada se enmarca en el programa de inversiones de la empresa para la mejora de la sostenibilidad. El pasado 2023 destinó 5 millones de euros -fundamentalmente en maquinaria y adecuación de obra civil- para la apertura de un nuevo centro productivo de manipulaciones de papel en Fornells de la Selva, de 5.500 m², que ha creado 15 puestos de trabajo y ya funciona a plena capacidad en la fabricación de derivados de tisú bajo la marca Dalia y también produce para marca blanca y de distribuidor. Es el tercer centro productivo del grupo, que se suma a los ya existentes de Besalú y Sarrià de Ter.
La compañía, de capital familiar y con 135 años de historia, facturó más de 53 millones de euros en el 2023, y obtuvo un resultado operativo (ebitda) de 6 millones de euros. La firma de la familia Villa ha conseguido dejar de lado las pérdidas registradas durante los años 2021 y 2022 a causa de la crisis energética debida al conflicto de Ucrania y los sobrecostes del gas natural y electricidad, que afectó a todo el sector papelero de manera mucho determinante. Además, ha conseguido superar los niveles anteriores a la pandemia, ya que en el 2019 el negocio había llegado a los 47 millones de euros, con un 55% de las ventas por exportación. Actualmente, los productos al por mayor y al detalle de LC Paper se encuentran en 28 países de cuatro continentes.