La carrera hacia la sostenibilidad completa está llena de obstáculos. Lego, el gigante de piezas de plástico danés, ha admitido que la estrategia para reciclar botellas de plástico y convertirlas en estos cuadrados diminutos no ha funcionado, ya que el tratamiento químico al cual sometían estas botellas provocaba más contaminación que utilizar directamente el plástico a través del petróleo tratado. Además, el resultado final era menor al esperado porque la calidad de las piezas era muy baja y se rompían con facilidad.
Así pues, Lego pide paciencia y asegura que no se puede pasar del 0 al 100 en el reciclaje completo de su producto. La estrategia, a partir de ahora, será enfocarse en la reutilización de piezas antiguas a través de campañas que puedan concienciar a las familias. En Estados Unidos ya ha empezado a promoverse este cambio de mentalidad y, en el próximo 2024, quieren introducirlo en el mercado europeo.
Un proyecto fallido después de tres años
Todo se remonta al año 2020, cuando el fabricante de juguetes más grande del mundo anunció que había probado un prototipo de ladrillo hecho de botellas de plástico recicladas en lugar de ABS a base de aceite, que se utiliza actualmente en aproximadamente el 80 por ciento de los millares de millones de piezas que fabrica cada año. No obstante, Niels Christiansen, consejero delegado del grupo familiar danés, dijo al Financial Times que el uso de tereftalato de polietileno reciclado (RPET) habría provocado más emisiones de carbono a lo largo de la vida útil del producto, ya que habría requerido nuevos equipos. En cambio, Lego ha decidido intentar mejorar la huella de carbono con el tiempo del ABS, que actualmente necesita unos 2 kg de petróleo para hacer 1 kg de plástico.
¿Por qué es tan difícil no contaminar?
El cambio de táctica de Lego pone de manifiesto las difíciles decisiones que afrontan las empresas en materia de sostenibilidad donde diferentes objetivos como la eliminación del uso de combustibles fósiles y la reducción de emisiones de carbono pueden entrar en conflicto. El fabricante de juguetes danés inicialmente tenía el objetivo de eliminar todos los plásticos derivados del petróleo de la veintena de materiales que utiliza en sus juegos para el 2030. Empezó rápidamente en el 2018 cambiando el polietileno a base de aceite por una versión vegetal. El mismo plástico que utiliza en unas 20 piezas diferentes, incluyendo árboles y arbustos.
En paralelo, el reto para conseguir contaminar menos va acompañado del tejido de alianzas de Lego con otras compañías. European Energy, junto con Novo Nordisk, empresa líder en el sector sanitario han anunciado recientemente un acuerdo con Lego que permitirá a las dos empresas sustituir en el futuro parte del plástico de origen fósil por alternativas con menos emisiones de carbono. En virtud de este acuerdo, European Energy producirá metanol a partir de energía renovable y CO₂ biogénico, por lo común denominado e-metanol, que al mismo tiempo se utilizará para la producción de plástico.
El Grupo Lego estudiará la posibilidad de utilizar e-metanol para fabricar elementos seleccionados de su cartera y espera desarrollar prototipos los próximos años con vistas a comercializarlos a más largo plazo. Las dos empresas quieren invertir en tecnologías que favorezcan el intercambio de conocimientos y contribuyan a acelerar los avances en el sector.