Catalunya vive un fenómeno a nivel empresarial y económico que es como el Cometa Halley: pasa periódicamente, pocas veces y, cuando sucede, vale la pena prestarle atención. Los jóvenes están tomando la voz, y lo están haciendo a su manera, organizándose por su lado, en muchos casos sin ataduras con las instituciones clásicas, y con maneras propias de los 25 y no de los 50. En lo que sí se parecen a las patronales clásicas es en que el liderazgo está monopolizado por los hombres, pero las mujeres sí que tienen más protagonismo.
En pocos años, han surgido movimientos como Lideremos, como el Institut Ostrom o como el Cercle Obert, que se suman a asociaciones que ya existían, que si bien son distintos en fondo y forma, sí tienen un claro punto en común: responden a la voluntad de jóvenes economistas, ingenieros, emprendedores –o la etiqueta que sea– con ganas de mostrar su punto de vista y de lograr avances para la sociedad y sus coetáneos.
Las instituciones empresariales y económicas, como Foment del Treball y Pimec, el Cercle d’Economia o el Círculo Ecuestre, suelen tener medias de edad altas y poca presencia de jóvenes, si bien las patronales han incorporado grupos de empresarios de menos de 50 años y, de hecho, Josep Sánchez Llibre dio una vicepresidencia de Foment a la AIJEC. Aún así, hay jóvenes que no se sienten suficientemente representados por dirigentes que podrían ser sus padres o abuelos –en algunos casos, lo son–, por lo que se han organizado.
Es el caso de Lideremos, que si bien es una organización bien vista por las mencionadas –Sánchez Llibre y Enrique Lacalle, presidente del Círculo Ecuestre, apadrinaron su puesta de largo–, rehúye cualquier tipo de vinculación con estas y otras entidades. “Nosotros no somos de Foment, pero tenemos buena relación con Foment, pero también con la CEOE y con todo el mundo, nos estamos reuniendo con todo el mundo que nos quiera recibir”, explica su presidente y cofundador, Tomàs Güell, que tiene 25 años.
Lideremos nació en marzo de 2021 como Liderem, en un gran acto en Barcelona, ante Lacalle, Sánchez Llibre y Maria Eugènia Gay, que acababa de ser nombrada delegada del Gobierno en Catalunya. Por tanto, desde sus inicios, no solo tocaron vinculaciones empresariales sino que ya tenían el punto de mira elevado en lo político, algo imprescindible para lo que quieren conseguir: cambiar leyes en favor de los jóvenes. Están centrados en dos, que son la salud mental y la burocracia.
La presencia de Sánchez Llibre y el hecho de que Güell fuera entonces becario de Foment provocó que se les vinculara a la gran patronal catalana, pero su presidente niega dicha vinculación y, de hecho, no forman parte de la estructura de Foment.
Puede que tengan padrinos, pero Güell asegura que todos los contactos que han conseguido lo han hecho picando piedra, echándole horas por amor al arte. Pero vayamos a los inicios. El presidente de Lideremos estaba en las juventudes de un partido político, Units per Avançar –formación nacida de la antigua Unió Democràtica y que va a las elecciones en coalición con el PSC–, pero lo dejó. Era verano de 2021 y muchos conocidos le preguntaban por qué lo había dejado y le instaban a montar otro partido u organización. Entonces, con Xavi García y otros amigos y conocidos que se van sumando a la causa, entre los que destaca Clàudia Tarinas, la secretaria general, fundan Liderem, que termina saliendo a la luz en el mencionado acto.
Esta organización tiene un doble objetivo, aunque no se entiende el uno sin el otro: incidir en la sociedad consiguiendo cambios legislativos a favor de los jóvenes, y crecer, expandiéndose por toda España. Primero lo hacen por Catalunya y el siguiente paso lógico era Madrid. Güell explica cómo fue: “En enero de 2023, me alquilé un piso en Madrid, compartido con un amigo, y me pasé seis meses yendo a actos cada día, haciendo relaciones públicas, para preparar la presentación en Madrid”.
De esta manera, logró por un lado recabar socios y un equipo en la capital española y, por el otro, hacer un lanzamiento a nivel estatal que pocos vieron venir. Asistieron al evento, en primera fila, las ministras Raquel Sánchez y Reyes Maroto, Begoña Gómez, esposa de Pedro Sánchez, Borja Sémper (PP), Albert Rivera y empresarios como Enrique Cerezo.
Después de eso, ha ido haciendo presentaciones por varias CCAA, con un gran éxito. Por ejemplo, en Valencia congregaron a la alcaldesa de la ciudad, María José Catalá, y al presidente de la comunidad, Carlos Mazón, éxito que esperan repetir en Sevilla próximamente. A nivel político, su lista de invitados a actos o reuniones es larga y va de los ministros José Manuel Albares y Jordi Hereu a Dolors Montserrat, pasando por Jaume Collboni, José Luis Martínez-Almeida, Xavier Trias, Carmen Calvo, Manuela Carmena, Xavier García-Albiol y Fátima Báñez.
Paralelamente, han tenido actos o reuniones con empresarios como Antonio Garamendi (CEOE), Francisco Reynés (Naturgy), Maurici Lucena (Aena), Josep Ametller (Ametller Origen), Josep Arcas (Gallina Blanca), Enrique Tomás, Anna Gener (Savills), Rosa Tous (Tous), Josep Pont (Borges), Juan Galo Macía (Engel & Volkers), Emili Rousaud (Factor Energia) i Tatxo Benet (Mediapro). También se han reunido con Pepe Álvarez, secretario general de la UGT.
Lideremos se ha visto, pues, con empresarios y políticos de todos los colores, o casi, pues llaman la atención la ausencia de dos: a nivel catalán, en el partido del Govern estos años, ERC, solo Carles Campuzano se ha querido reunir con ellos, y a nivel español, Sumar. Este último es la espina clavada de la organización, pues el partido hasta ahora liderado por Yolanda Díaz es el responsable de las políticas de juventud. Pero van a seguir insistiendo porque tienen claro que la voz de los más de 7.500 jóvenes asociados a Lideremos se tiene que oír y tienen que influir en la sociedad.
El Institut Ostrom, más que un lobby
El Institut Ostrom comparte con Lideremos su vocación por influir. Pero es otro tipo de organización, que se define como un lobby liberal. Sus miembros trabajan para generar opinión por una regulación más eficiente y a favor de la libertad económica y social, pese a que dicho concepto se esté denostando por las formas y el mal uso de algunos gobernantes de todo el mundo.
Ostrom sí que se limita al ámbito catalán, pero ha hecho informes para administraciones de otras zonas de España y, de hecho, obtuvo cierta notoriedad por uno para la Comunidad de Madrid de Isabel Díaz Ayuso, lo que les valió un encasillamiento que aun tratan de romper. Su presidente, Pau Vila, de 29 años, explica que no tienen vinculación con ningún partido y, de hecho, también el Govern, cuando Pere Aragonès era conseller d’Economia, les pidió otro informe.
Esta organización tiene un origen bien extraño. Sus fundadores no se conocían, pero empezaron a entrar en contacto en redes sociales, principalmente Twitter (ahora, X) porque defendían los mismos postulados, y también a coincidir en actos públicos cercanos a los mismos o de economistas y personalidades que les interesaban. Así empezaron a conocerse y decidieron quedar todos para comer. De ahí salió la idea de crear el Institut Ostrom, que es una fundación, con Eric Herrera como su primer presidente.
Es por ello que no se trata de una organización de jóvenes, pero se da el hecho de que todos los miembros de su ejecutiva lo son. Vila explica que es en parte casualidad y en parte porque no hay una tradición liberal en España y Catalunya. “No tenemos vinculaciones políticas y, de hecho, tenemos personas muy independentistas y otras que no lo son”, dice.
El presidente del Institut Ostrom asegura que “ser liberal en Catalunya implica una incomodidad permanente”, pues son incómodos para todos los partidos. “Gente de Junts y del PP nos citan, hasta que defendemos postulados liberales en lo social, como el aborto libre. Pero el PSC también nos ha mencionado en el Parlament cinco o seis veces”, explica. Ramon Tremosa (Junts) y Alícia Romero (PSC) son algunos de los políticos próximos a ellos, pero eso no se hace extensivo a la totalidad de sus respectivos partidos. De nuevo, quien no puede ni verles es ERC y, evidentemente, los Comuns y la CUP.
A nivel empresarial, se distancian de patronales porque no lo son, pero Vila asegura que las grandes, como Foment i Pimec, también se distancian de ellos porque creen que las puede penalizar que se les asocie a la organización liberal –y eso que su padre, Joan Vila, ha estado en la estructura de Pimec muchos años–. En cambio, sí que tienen buenas relaciones con Femcat y la Cecot.
Las relaciones son importantes para ellos, pero lo más importante es difundir su opinión en temas como la regulación de vivienda, las trabas a las renovables y las restricciones a las VTC, entre muchos otros campos. Lo hacen con informes y con una presencia creciente en los espacios de opinión de los medios. Además, acaban de presentar un documental en el que denuncian la situación de las renovables en Catalunya.
Cercle Obert, la no asociación que influye en el Cercle d'Economia
A punto de cumplir los 30 años, Gerard Garcia es el artífice y portavoz del Cercle Obert, que integra unos sesenta jóvenes del Cercle d’Economia. Se interesó por este lobby cuando, con 19 años, estudiaba administración de empresas en la Universitat de Barcelona y tenía como profesor a Antón Costas, antes de que este llegara a la presidencia. Después fue a actos del Cercle, a las jornadas que entonces se celebraban en Sitges, se reunió con algunos de sus miembros como Jordi Alberich y Marta Angerri, pero estuvo años “a pico y pala” antes de lanzar el Cercle Obert.
En realidad, precisa que la marca Cercle Obert ya existía, pero fue Javier Faus, cuando llegó a la presidencia del Cercle d’Economia, en 2019, quien le pidió que impulsara una iniciativa con los jóvenes. No le fue difícil, pues hacía años que mantenía contactos con jóvenes del Cercle, y en las últimas elecciones ya había presencia de jóvenes en las listas. Fue entonces cuando ganaron cierta relevancia, al decantarse por la candidatura alternativa, la de Rosa Cañadas –el mismo Gerard Garcia iba en su lista–.
Cercle Obert no es una asociación como tal, no tiene presidente ni organigrama. Además de Gerard Garcia, en su núcleo destacan Josep Franch Bellmunt (sector financiero e inmobiliario), Pere Padrosa Sayeras (del gerundense Grupo Padrosa) y la abogada Cristina Serrate Pietx. Aseguran que no son ningún contrapoder interno porque su “misión es la de acercar a los jóvenes al Cercle, de manera natural, nada forzada”. Gracias a la presión que han ejercido, los más jóvenes de 30 años han conseguido cuotas reducidas de socio o por asistencia a las sesiones anuales.
Sobre si el actual presidente, Jaume Guardiola, les tiene la cuenta, Gerard Garcia apunta sutilmente que “me gusta pensar que hace cosas por los jóvenes, pero las hay que se han quedado en stand by, no avanzamos tan deprisa como querríamos”. Recuerda que el Cercle tiene una máxima: “No se va a buscar nada sino a aportar. Pero si aportas, el Cercle te da conocimiento, cultura, amistades, contactos... pero no se tiene que entrar para buscar eso sino para aportar”.
El julio del año pasado surgió el Grupo Eulàlia, un grupo impulsado desde los jóvenes de Colegio de la Abogacía de Barcelona (concretamente, Alexandre Salvador ) y de Pimec (Albert Jané) al cual se han integrado los del Círculo Ecuestre, Cercle del Liceu, Ateneu Barcelonès, Col·legi d’Economistes, Col·legi de Procuradors y también los jóvenes del Cercle d’Economia.
Hacen un acto en cada una de estas casas para hablar de las cuestiones que les interesan. Las últimas se han hecho en el Ecuestre, para tratar de seguridad ciudadana, y hace unas semanas en el Cercle del Liceu, sobre la cultura y los jóvenes. Es un colectivo transversal creado con la intención de que las organizaciones de jóvenes “no se canibalicen sino que se ayuden entre ellas”, según precisa Gerard Garcia.
La AIJEC, no tan jóvenes y con sillón en Foment
Dentro de todo este universo, la entidad más veterana es AIJEC, que a diferencia del resto, sí que es una patronal, que además, tiene vínculos con Foment del Treball: es socia de esta organización y su presidente, Ruben Sans, de 42 años, es vicepresidente de Foment –uno de los 16 vicepresidentes, hay que decir–. AIJEC nació en 1985 para dar representación a los empresarios de menos de 45 años, por lo que el concepto de joven es, en este caso, más amplio.
“Trabajamos para dar voz en los jóvenes empresarios y representamos el emprendimiento ante la sociedad y las administraciones”, define Sans, que explica que AIJEC se mueve en tres grandes ejes: representatividad y lobby; poner en valor los empresarios, y hacer comunidad. Dan el premio al joven empresario de Catalunya. Su presidente asegura que la asociación es independiente “y fruto de esta independencia siempre tiene voz propia”.
Una de las fortalezas de AIJEC, como patronal que es, es que tiene voz ante la administración. Está en las comisión de Políticas de Juventud y de Empresa y Trabajo del Parlament de Catalunya; en la Confederación Española de Asociaciones de Jóvenes Empresarios (CEAJE); en la Confederación Europea de Jóvenes Empresarios–Yes for Europe; en la Academia de Políticas de Emprendimiento Juvenil (YEPA), una red creada por la UE y la OCDE para fomentar el emprendimiento joven en Europa; en la Federación Iberoamericana de Jóvenes Empresarios (FIJE) y tiene presencia en el G20 joven.
“Queremos que los jóvenes tengan presencia allá donde se tomen decisiones y en cualquier espacio donde podamos aprender, intercambiar ideas y colaborar con jóvenes empresarios de todo el mundo para conseguir un futuro próspero y equitativo. Lo que nos interesa es que los gobiernos y las administraciones en general nos escuchen”, relata Sans.
El presidente de AIJEC explica que una de sus prioridades es dar visibilidad a los empresarios para que la gente joven quiera montar una empresa: “Creemos que la mejor manera es enseñando ejemplos de empresas creadas aquí, y que son en lo referente a escala mundial”. En este sentido, creen que los empresarios merecen mayor reconocimiento: “Tenemos unos datos de paro juvenil muy preocupantes, las más altos de la UE, y en este contexto fomentar el emprendimiento tendría que ser una obligación”.