Casa Tarradellas lleva décadas de crecimiento ininterrumpido. Sus pizzas, espetecs y otros productos llenan los lineales de los supermercados y sus anuncios publicitarios, siempre por televisión, llegan a todos los hogares. El matrimonio fundador, Josep Terradellas Arcarons y Anna Falgueras Masramon, ha incorporado a sus tres hijos —Josep, Anna y Núria Terradellas Falgueras— en el consejo de administración y con responsabilidades de dirección en las empresas del grupo si bien su padre, de 73 años, todavía continúa al frente en el día a día. Y sin ganas de retirarse.
Josep Terradellas siempre ha sido discreto, evita la escena pública todo lo que puede, pero todavía lo son más sus hijos. Entran en la categoría de ricos sin cara, que han conseguido esquivar a los fotógrafos y que viven al margen de las redes sociales. Un empresario de Vic confirma que conoce "a Josep" desde que eran jóvenes, pero que no sabe "ni que cara tienen" sus hijos.
Respecto al mayor, Josep Terradellas Falgueras, ejerce de director general y ha heredado dos de las pasiones de su padre: la bolsa y el golf. Fuentes próximas al grupo explican que el padre acostumbra a seguir la bolsa desde el ordenador de su despacho, pero el hijo se ha montado un "centro de operaciones" bursátiles en el mismo complejo de Casa Tarradellas de Gurb. Y cuando pueden, juegan al golf. Hace años, el padre se convirtió en el accionista mayoritario del Club de Golf Osona-Montanyà, cuando atravesaba por una crisis, y en la actualidad su hijo figura como consejero de Alzinars del Montseny SL, la sociedad propietaria de este club.
Anna Terradellas Falgueras tiene responsabilidades en el área de marketing. Es licenciada en publicidad por la Universitat Autònoma de Barcelona y con un MBA por Esade. Se formó durante dos años en Sara Lee antes de aterrizar, en 2004, en la empresa familiar. Está casada con Pere Font Juanola, propietario de Congelats Font (Font Gastronomic Global Service SL), un distribuidor de congelados y productos gourmet que, desde 2010, es el importador en exclusiva para España de Mövenpick, la marca de helados suizos de alta gama propiedad de Nestlé. Hace cuatro años, Font estableció una alianza con Pau Santamaria —hijo del difunto y célebre cocinero Santi Santamaria— para la comercialización de hortalizas.
Núria Terradellas es la hermana más reservada. Está casada con un hijo de Josep Ramisa Salada, uno de los grandes –y más controvertidos– empresarios del sector porcino. Hasta 2016 estuvo al frente de Cárnicas Toni Josep.
La aristocárnia
Los cabezas de familia Terradellas y Ramisa, que han sido socios en un matadero, son exponentes de una clase empresarial que el periodista Miquel Macià (coautor del libro Els que manen, Saldonar) definió como "aristocárnia", un concepto que describe a los nuevos ricos de la comarca de Osona que, partiendo desde cero, se habían hecho millonarios con el negocio del cerdo. No tienen nada que ver con las tradicionales estirpes burguesas del metal, del textil o de los curtidores de Vic. Pero, a diferencia de los otros miembros de esta aristocárnia, Terradellas ha sobresalido porque ha sido capaz de llegar al consumidor final con su propia marca: Casa Tarradellas.
En la actualidad, son un ejemplo de empresa vertical: fincas de cultivo, granjas porcinas, mataderos y salas de despiece, harinera, elaboradores de producto final, empresa de transporte, generación energética y, también, departamento de I+D. Pero hay otro factor que explica el crecimiento de la facturación, que la ha llevado a situarse más allá de los 1.000 millones de euros en los últimos años: son el principal o uno de los principales proveedores de Mercadona, ya sea con la marca propia Casa Tarradellas o con la marca blanca Hacendado. Pero ni la compañía de la familia Terradellas ni la de Juan Roig concretan las magnitudes económicas de esta alianza.
Más facturación, menos beneficios
En el ejercicio de 2022, el último del que han presentado cuentas, Casa Tarradellas facturó 1.161 millones de euros, una cifra récord, que supone un 8,5% más que en el 2021. Llevan más de veinte años encadenando crecimientos. Sin embargo, cuando anunciaron estos resultados en agosto pasado mediante un comunicado, solo señalaron que, por primera vez, habían reducido los beneficios, si bien no concretaron el importe. Una vez hechas públicas las cuentas, se puede comprobar que los beneficios cayeron de los 27,1 millones del 2021 a 13,6 millones el año siguiente. En el informe de gestión atribuyen este retroceso al "contexto inflacionario" que ha afectado "de una manera significativa" a los precios de las materias primas y a la energía. Indican que "estos costes no se han podido repercutir en los precios de venta" y, por lo tanto, los beneficios se han reducido a la mitad. Por cierto, anuncian que estas ganancias y las que obtengan en un futuro se destinarán a "capitalizar la empresa" y a "nuevas inversiones que aseguren la competitividad a largo plazo".
Casa Tarradellas no consolida en sus cuentas a la empresa francesa de charcutería y masas culinarias Herta Foods —poseen el 60% y el otro 40% es de Nestlé— adquirida en el 2020. Esta facturó 758 millones en el 2022. También tienen fuera del perímetro pequeñas empresas cárnicas y porcinas.
El grupo Casa Tarradellas cerró 2022 con una plantilla de 2.683 trabajadores, el 90% de los cuales residen en la comarca de Osona, según especifica la memoria no financiera. El 56% son mujeres y un 44%, hombres. Más del 50% superan los 40 años y el 95% tienen contrato fijo.
Todo empieza en el Hostal Osona
El año pasado cumplieron 40 años de la constitución de la empresa, si bien nacieron con el nombre de Frigoríficos Osona SA porque no fue hasta 1987 que cambiaron la denominación a la actual Casa Tarradellas. Pero, en realidad, su origen se remonta a 1976, cuando el matrimonio Terradellas-Falgueras abrieron el Hostal Osona, al pie de la antigua carretera N-152, que tenía restaurando, tienda y un pequeño obrador, donde empezaron a producir espetecs y otros embutidos siguiendo la receta familiar.
En la memoria destacan que "un momento determinante en la historia de la empresa" fue en 1996 cuando lanzaron la primera pizza fresca del mercado. Recuerdan que, con este producto, dieron "los primeros pasos" en el segmento de los platos refrigerados, una categoría que siguen "liderando" en la actualidad.
Casa Tarradellas realiza un esfuerzo inversor por estar al día en producto y tecnología. La inversión en I+D –tecnología, innovación y sostenibilidad– alcanzó los 32,60 millones de euros en el 2022. En los últimos años, sobre todo en 2022 y 2023, han convertido sus instalaciones industriales de Gurb en un gran parque de energía fotovoltaica.
El consejo de administración de la matriz está integrado por Josep Terradellas Arcarons (presidente), Anna Falgueras (vicepresidenta) y sus tres hijos (consejeros), a los que se suma Conrad Blanch como consejero y secretario, que es como de la familia porque durante décadas dirigió el grupo. Conrad Blanch, conocido por sus hitos como alpinista, siempre ha mantenido una estrecha relación de amistad con el fundador. A preguntas de ON ECONOMIA, los servicios de comunicación de Casa Tarradellas indicaron que no era posible aportar información sobre la segunda generación de la familia.