La antigua sede de Convergència (CDC) de la calle Córcega de Barcelona todavía está en obras siete años después de que la comprara una filial del fondo hongkonés Platinum Estates para transformarla en viviendas de lujo. El edificio de la calle Nicaragua que acogió el histórico cuartel general del PSC todavía tiene pisos en venta. Y las ultimas sedes de Iniciativa por Catalunya (ICV), en el pasaje del Reloj, y de Unió, en la calle Nápoles, continúan cerradas a cal y canto a la espera de que culmine la liquidación al no superar los concursos de acreedores. Los grandes actores de la política catalana durante más de treinta años se vieron obligados a marcharse de casa. Pero, con la excepción del de los socialistas, sorprende las dificultades para hacer negocio con estas inmuebles.

En el edificio de la calle Córcega 331-333, que fue sede de los convergentes durante 18 años (1998-2016), se reanudaron los trabajos de construcción en noviembre pasado. En los últimos siete años, se han sucedido las empresas comercializadoras y las que ejecutan las obras. Constructora del Cardoner las inició, sin embargo, desde hace unos meses, es visible el cartel del grupo madrileño Avintia. Un portavoz de esta compañía indicó que no podía facilitar datos del proyecto porque se lo impide un contrato de confidencialidad suscrito con los propietarios.

Convergència vendió este inmueble por cerca de 7 millones de euros en Sinergy Inversiones 2014 SL, empresa con sede en Madrid propiedad de Sparkland Limited Hong Kong que, a la vez, está controlada por el fondo de inversión inmobiliaria Platinum Estates. Al frente de Sinergy aparece Mohinani Harry Hasomai, un millonario de origen indio que también es CEO de Platinum y esposo de la presidenta y primera accionista.

El portfolio que muestra la web de Platium Estetes menciona inversiones en Londres, Manchester, Marbella, Madrid y, también, dos en Barcelona: esta de la calle Córcega y la del edificio Estel, la antigua sede de Telefónica en Barcelona, en la avenida de Roma, adquirida en el 2014 por 56,4 millones de euros, que también acumula demoras en la ejecución de las obras. Platinum reconoce en la web que son especialistas en propiedades con "dificultades".

En el caso de la antigua sede convergente, cuando ya habían iniciado las obras tramitaron, en 2019, una modificación del proyecto técnico inicial para incrementar el número de viviendas de 11 a 19. Y el entonces gobierno municipal de Ada Colau no les dio facilidades. La primera empresa que se encargó de la promoción, Coldwell Banker, confirma que ya no está en este proyecto. Y la agencia Lucas Fox señala que solo facilitarán información cuando reanuden la comercialización en unos meses. Ni Platinum ni las empreses que que ha contratado dan ningún dato. Los comercios vecinos la comparan con las obras de la Sagrada Familia por sus retrasos.

El PSC vendió la sede de la calle Nicaragua, donde permanecieron 38 años (1980-2018), por 10 millones de euros al grupo Stoneweg. Este edificio se transformó en 35 viviendas, de las que, en estos momentos, quedan ocho en venta. Curiosamente, quedan los pisos de menor precio, que se ofertan entre 595.000 y 645.000 euros, porque los más caros, por importes que llegaron a superar 1,6 millones de euros, se colocaron hace tiempo. Se trata de viviendas de techos altos, todas con altillos.

Las sedes de Unió y de Iniciativa siguen acumulando polvo. La formación democristiana presentó concurso de acreedores en 2016 por un pasivo de más de 19 millones de euros. En realidad, la deuda se elevaba a 23 millones de euros por solo 3,8 millones de activos, que era la valoración de la sede del número 35 de la calle Nápoles de Barcelona y de otro local en comarcas. Todavía no se ha encontrado comprador en el marco del proceso de liquidación. Quien pase por delantera verá una disuasiva puerta metálica antiocupas.

El último cuartel general de ICV ha seguido el mismo camino. Antes de que estallara la crisis inmobiliaria, esta formación se gastó 7,5 millones de euros en la adquisición de un inmueble en el pasaje del Reloj, junto a la plaza Orwell y del Ayuntamiento de Barcelona. Pero en 2019 solicitaron concurso de acreedores con un pasivo de 9,2 millones de euros, si bien declararon activos por 8,2 millones, básicamente esta sede y media docena de locales. No obstante, en la liquidación posterior tampoco ha aparecido un comprador. Una tasación rebajaba su valor a menos de 2,5 millones de euros. Quien pase por delante, en un pasaje actualmente tomado por los turistas, verá la reja siempre bajada y pilas de cajas detrás de los cristales.

El PP llegó a poner a la venta su sede central de la calle Urgell. Incluso, en 2021, rebajó el precio inicial de salida a 1,8 millones de euros (200.000 euros menos) y encargó a Engel&Völkers que le encontrara un comprador. Estas oficinas tienen algo más de 1.000 metros cuadrados repartidos en dos plantas. Sin embargo, abortaron la venta tras refinanciar la deuda de la hipoteca con CaixaBank, según confirman fuentes del partido.

Ciudadanos nunca ha tenido una sede en propiedad en Barcelona. La formación naranja abandonó las oficinas centrales de la calle Balmes a finales de 2021 y, en su lugar, se instaló una tienda y servicios del RCD Español.