La cadena de distribución española Mercadona prevé una inversión de 280 millones de euros en Portugal y abrir una decena de nuevos establecimientos con el objetivo de llegar a los 49 supermercados este año. La compañía ha anunciado las localidades donde se ubicarán los nuevos establecimientos, desde Marco de Canaveses (en el distrito de Oporto), en mayo, hasta Sintra, Braga y Figueira da Foz, entre otros puntos de las regiones centro y norte del país.
Las aperturas irán acompañadas de la creación de cerca de 650 puestos de trabajo a lo largo del año, estables y de calidad, con contratos indefinidos desde el primer día, según ha informado la compañía. “Mercadona duplicará su inversión a los 280 millones de euros en 2023 que se destinan a la construcción del futuro bloque logístico de Almeirim (centro del país) y a la apertura de nuevas tiendas”, han añadido desde la empresa valenciana. El bloque logístico de Aleirim, presentado en febrero, está en proceso de construcción y ha requerido una inversión de 225 millones de euros.
Mercadona pone rumbo a las 49 tiendas en Portugal
La empresa abrió su primer supermercado en suelo portugués en 2019 en el norte del país y desde entonces se ha expandido hasta la región de Lisboa. En total, Mercadona cuenta con 39 tiendas en el mercado luso y tres centros de coinnovación. En total, la empresa de Juan Roig cuenta con 3.500 empleados en el país.
En 2022, Mercadona registró en Portugal unas pérdidas de 50 millones de euros, con ventas por 737 millones de euros e inversiones de 140 millones de euros para abrir 10 tiendas y un bloque logístico.
Beneficios récord en España
En España, Mercadona facturó 31.041 millones de euros en 2022 y ganó 718 millones de euros, un 5,58% más. En un año marcado por el aumento generalizado en el precio de los alimentos, la cadena de supermercados que preside Juan Roig alcanzó el año pasado la mayor cifra de ingresos de su historia al aumentar un 11% por el efecto de la inflación, pero su margen se ha reducido en 140 millones de euros (0,6 puntos menos) parea evitar trasladar a los clientes todo el incremento de los precios.
Según explicó Roig en la presentación de los resultados económicos, la cadena actuó como "dique de contención" al soportar un incremento en los costes de sus proveedores del 12% y haber trasladado a los clientes un 10%, una medida que tuvo un coste de 600 millones de euros para la empresa. "Nunca había vivido estas subidas de precio, estamos muy preocupados por la inflación", declaró Juan Roig.
Además de los 718 millones de euros que ganó la empresa, de los que Juan Roig recibe 88 millones como dividendo, Mercadona repartió 405 millones de euros entre el 98% de los trabajadores por cumplimiento de objetivos y pagó 390 millones en impuestos, un 13% más que en 2021.
Para minimizar el impacto de esta inflación en los precios, Mercadona trató de reducir los costes y aumentar la productividad tanto de sus procesos como de los de sus proveedores. La productividad incrementó un 7% frente a 2021 gracias a una herramienta propia que supuso una inversión de cinco millones de euros y que permite conocer exactamente los costes en los que incurre cada producto en cada uno de sus procesos y su rentabilidad.