Deutsche Bank está en el centro de todas las miradas. Cuando el viernes llegó a caer en bolsa más de un 10% arrastrando a todo el sector bancario europeo, el mercado se puso en lo peor. ¿Será el nuevo Credit Suisse? ¿Estamos ante una nueva crisis financiera como la del 2008? Los acontecimientos de las últimas dos semanas, desde luego, no ayudan. La quiebra de Silicon Valley Bank y de Signature Bank, junto al rescate de First Republic Bank en Estados Unidos, han desatado el pánico.
El banco alemán anunció el jueves la amortización de 1.500 millones de dólares de bonos subordinados de nivel 2, que vencían en 2028. A priori, debería ser una noticia positiva, pero ocurrió todo lo contrario, los seguros de impago (CDS) de la entidad se dispararon a su mayor nivel en 4 años y la compañía se desplomaba en bolsa. “El movimiento de la entidad tenía como objetivo dar a los inversores confianza en la solidez del balance, pero la reacción del mercado no ha sido la esperada”, indica Joaquín Robles de XTB.
En el mercado hay desconfianza, apunta el analista, los inversores no saben lo que va a pasar y empiezan a ceder posiciones. “Es el claro ejemplo de vende primero y pregunta después”. Además, Deutsche Bank arrastra muchas dificultades, en 2019 tuvo que hacer una fuerte reestructuración y despedir a 18.000 trabajadores, cosechó seis años de pérdidas y no volvió a beneficios hasta 2021.
Los inversores están mostrando sus cartas, hay incertidumbre hacia el sector financiero porque saben que hay entidades vulnerables, lo que recuerda a 2012 donde todo el mundo se preguntaba ¿quién será la siguiente en caer? Hace solo unas semanas, la banca era el sector que mejor se comportaba este año en bolsa, venían de beneficios récord en 2022 y tenían a favor las subidas de tipos de interés, ahora, solo se ven sus debilidades.
“Es la particularidad negativa del sector financiero, el efecto cascada” y aunque la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, diga que hay herramientas de liquidez y se utilizarán si es necesario, no es suficiente para calmar al mercado, “tiene que pasar tiempo”. El de XTB alerta de que el mayor problema ahora mismo es que se siga señalando al banco, a Deutsche Bank, pues puede llevar a los clientes a retirar depósitos y entonces es cuando quiebra.
La analista de Renta 4, Nuria Álvarez, tiene claro que hay una crisis de confianza sobre la estabilidad del sector financiero en Europa. Ha quedado demostrado con la fuerte subida de los CDS (Credit Default Swaps) de Deutsche Bank, que miden el riesgo de quiebra de una entidad -y cuanto más alto, es peor-. Tras conocerse la amortización de deuda de la entidad, sus CDS se dispararon por encima de los 200 puntos básicos, aunque a niveles muy lejanos a los alcanzados por Credit Suisse, que llegaron a superar los 880 puntos básicos la semana pasada.
“Credit Suisse arrastraba problemas, el año pasado ya presentó un plan estratégico donde anunció que no daría beneficios hasta 2027 y el despido de 9.000 trabajadores, la guinda fue la salida de depósitos. Pero Deutsche Bank también tuvo una situación complicada y la incertidumbre ahora está en si puede llegar a tener un problema real, que desde luego el mercado ya le está generando”.
Si los clientes se lanzan en masa a sacar depósitos, como ocurrió en el banco suizo, caerá. “Lo que echará más leña al fuego y generará dudas sobre la estabilidad del sector y hará más complicado revertir la confianza”. Al respecto, la analista de Renta 4 recuerda que los CDS no dejan de ser ratios indicativos y que en las anteriores crisis financieras también se dispararon, pero no por eso llevó a determinados bancos a la quiebra. “Lo que te dice es que el mercado tiene más dudas que hace una semana sobre la viabilidad y el banco cotiza con una mayor probabilidad de default, pero no significa que vaya a quebrar, no es un riesgo real”.
Los bancos europeos, que en las últimas dos semanas han perdido en bolsa más de 120.000 millones, no encontraron calma el viernes pese a que el canciller de Alemania, Olaf Scholz, salió a defender a Deutsche Bank asegurando que es una entidad "rentable" y que "no hay razón" para estar preocupados. La banca española, de hecho, ha sido de las más castigadas.
El Impacto en la banca española
Todos los bancos están registrando fuertes caídas en bolsa porque los inversores están transmitiendo el miedo hacia el sector, explica Nuria Álvarez. "No tiene nada que ver con sus resultados, sus niveles de capital o liquidez, es el miedo a más quiebras y casos como el de Credit Suisse". Y en estos casos, la banca doméstica, la que tiene su negocio mayoritariamente en un país, es la que más sufre.
Sabadell, por ejemplo, se ha dejado en bolsa un 20% en dos semanas, pero estaba subiendo un 50% hasta la caída de Silicon Valley Bank, recuerda la de Renta 4. En los bancos españoles, además, se están recogiendo beneficios tras el buen comportamiento de 2022. Además, ahora se enfrentan a un escenario diferente, donde la cuenta de resultados puede no ir tan bien como se esperaba y “seguiremos teniendo mucha volatilidad en el sector”.
El de XTB destaca también el caso concreto de Sabadell, que arrastraba una subida del 180% en los últimos 20 meses, y pese a la caída de los últimos días mantiene una revalorización del 10%. Los inversores, asegura, "siempre castigan más a los de menor tamaño".