Inés Miró-Sans Gabarró, de 39 años, está al frente de Casa Bonay, un singular hotel boutique barcelonés, así como de nuevas iniciativas turísticas y de un proyecto para comercializar cócteles enlatados. Forma parte de una familia de hoteleros emparentada con Francesc Miró-Sans Casacuberta, su tío abuelo, que fue el presidente del FC Barcelona que construyó el Camp Nou; y con Enric Gabarró Samsó, su abuelo materno, que presidió la sociedad de aparcamientos Saba hasta su venta a La Caixa a finales de los ochenta.
En la actualidad, Inés participa en la promoción de un hotel en Begur, en el Baix Empordà, junto a otros socios entre los que se encuentran los hermanos Harry y Toni Serra Moreno, del fondo de inversión Salomon 1965. Será un hotel pequeño, pero glamuroso y vinculado a la cultura. El buque insignia, Casa Bonay, en la Gran Via, entró en el TOP 100 de los mejores hoteles de la revista Monocle. Efectivamente, es un hotel distinto, que en su planta baja cuenta con restaurante, bares y la coctelería Libertine.
Precisamente, este verano constituyeron la sociedad Libertine Barcelona SL para entrar en el negocio de la elaboración, envasado –que incluye el enlatado– y comercialización de cócteles, aunque Inés precisa que esta actividad no tendrá nada que ver con el hotel. El propósito es producir cócteles, tanto alcohólicos como no alcohólicos, que comercializarán en lata a otros establecimientos de hostelería y también por el canal online. Serán cócteles enlatados ready to drink, a punto para tomar. Han sido ideados por Eric Stephenson, jefe de barra del Libertine. Inés avanza que planean estar en el mercado la próxima primavera. Al frente de esta nueva actividad estará su hermana, Sofía Miró-Sans.
Aunque al frente de estos negocios aparece el padre, en calidad de inversor –Francisco Miró-Sans Balcells, casado con la conocida notaria y consejera de grandes empresas Isabel Gabarró Miquel–, es su hija Inés la que dirige Casa Bonay. Tiene dos hermanos más que también están en la empresa familiar. Inés conoce muy bien el negocio no solo por su formación académica, sino porque antes de inaugurar Casa Bonay, en 2016, trabajó en otros establecimientos como el barcelonés Omm y los ACE Hotel de Palm Springs, Portland y Nueva York. Recientemente, ha creado la sociedad Bonay Hotel Group SL, de la que es socia y administradora única, para canalizar sus inversiones.
Uno de sus primeros socios para el negocio hotelero fue Lluís Rullán Colom, que fue director general de Port Aventura y, hasta su jubilación en 2017, presidente de Mediterránea Beach & Golf Community, la empresa propietaria de los terrenos de alrededor del parque donde se proyectó el complejo de casinos y ocio que en sus inicios se denominó BCN World. Ostentó estos cargos en representación de La Caixa, de la que fue director general adjunto.
Relaciones familiares
Respecto a la familia paterna, la figura más destacada es la de Francesc Miró-Sans Casacuberta (1916-1989), importante empresario del textil, heredero del imperio Hijos de Francisco Sans SA, que presidió el FC Barcelona entre 1953 y 1961. Murió sin descendencia. Tres de sus sobrinos –Francisco, Antonio y Reyes Miró-Sans Balcells– se centraron en el sector hotelero con distinta suerte. Hace un par de años, a consecuencia de la pandemia, la rama Borrell Miró-Sans se desprendió del hotel Alexandra.
Miró-Sans ha pasado a la historia por ser el presidente del Barça que construyó el Camp Nou –que ahora se está reformado– y por alcanzar el cargo mediante unas elecciones en pleno franquismo. No obstante, según las investigaciones del periodista Xavier García Luque, a principios de la década de los cincuenta estaban autorizadas las elecciones en clubs deportivos, pero las mujeres no podían votar y los candidatos debían ser adeptos al régimen. Tampoco fue el primer presidente de un club de primera división elegido a través de las urnas, en el franquismo, porque se le adelantaron Luis Benítez de Lugo, marqués de la Florida, en el Atlético de Madrid y el bético Ramón Sánchez Pizjuán.
El escritor Roger Vinton apunta en sus libros que uno de los arquitectos del Camp Nou, Francesc Mitjans Miró, primo del presidente Miró-Sans, fue el suegro de Josep Vilarasau Salat, que durante casi tres décadas estuvo al frente de La Caixa (1976-2003). Vilarasau se casó con Dolors ‘Lola’ Mitjans. Aquí no acaban las relaciones con La Caixa.
Por parte de la familia materna, el notario Enrique Gabarró Samsó fue un histórico presidente de Saba que, a finales de los ochenta, estuvo inmerso en la pugna entre La Caixa, entonces encabezada por Vilarasau, y Banco Santander, de Emilio Botín, por tomar el control de este gigante de los aparcamientos. Se impuso La Caixa.
Una de sus hijas, la también notaria Isabel Gabarro Miquel –madre de Inés– ha tenido una especial relación con La Caixa. Hasta 2017 fue miembro del consejo de administración Repsol y en la actualidad forma parte del patronato de la Fundació La Caixa que preside Isidre Fainé.