Durante toda la semana del 8M, Día Internacional de la Mujer, se han publicado muchos estudios sobre la presencia de mujeres en las empresas y, más concretamente, en cargos directivos. En ON ECONOMIA nos hemos hecho eco de algunos, como los de la Cambra de Comerç y el de Atrevia y el IESE. Las cifras de los diferentes estudios no coinciden al 100%, pero sí muestran un punto en común: estamos lejos de la paridad en las cúpulas empresariales y no se avanza lo suficientemente rápido.

Más allá de los datos, algunos estudios señalan causas, como la falta de medidas que en la práctica generen una igualdad de oportunidades que permita a las mujeres optar a los mismos cargos que los hombres, o la tendencia creciente a apostar por sectores muy masculinizados mientras no se hace un trabajo efectivo para feminizarlos. En estos estudios nos hemos detenido, y hemos querido escuchar también las voces que, desde el mundo de la empresa, están luchando para que esto cambie.

La encuesta de la Cambra de Comerç de Barcelona, con respuestas de más de 2.300 empresas, refleja que el porcentaje de mujeres trabajando en el sector privado ha bajado entre 2018 y 2024, del 41,4% al 41,1%, mientras que el de mujeres en puestos de responsabilidad ha crecido, pero solo seis décimas, y no llega ni a una de cada cuatro: el porcentaje es del 24,3%.

Sílvia Bach (Cambra de Comerç): "La igualdad nos interpela a todos, no solo a las mujeres”

Las causas que recoge el informe se encuentran en la escasa implantación de políticas de igualdad. Si bien en los últimos años se ha avanzado, aún están lejos de estar generalizadas. En el ámbito de la igualdad para la promoción interna, solo un 48% de las empresas tiene políticas que fomentan la paridad en los cargos directivos, el mismo porcentaje que admite no tenerlas. El resto no responde.

Un 38,5% de las empresas no ofrece formación en materia de igualdad, mientras que hay un 29% que ni siquiera tiene un plan de igualdad, según la encuesta. La flexibilidad horaria sí está implantada (76%), pero el fomento del teletrabajo (40%) y el horario laboral europeo (44%), medidas de conciliación que, aunque son para todos, ayudarían más a las mujeres, que aún llevan mayoritariamente el peso familiar, no son todavía mayoritarias en la empresa catalana.

Beatriz Fernández-Tubau (Foment): “Los hombres deben entender que la igualdad es un paso adelante"

Sílvia Bach, presidenta del Observatorio Mujer, Empresa, Economía de la Cambra de Comerç de Barcelona, valoró que se necesita un cambio de mentalidad en la sociedad y que “nos falta formación” para lograrlo. “La igualdad nos interpela a todos, no solo a las mujeres”, dijo.

Uno de los principales problemas es que el cambio debe hacerse en doble dirección: para que las mujeres ocupen parcelas hasta ahora destinadas a los hombres, estos deben asumir el trabajo que realizan las mujeres fuera del ámbito profesional. “Las mujeres hemos entrado en el mundo económico y empresarial, y parece que ya está todo hecho. Pero los hombres no han entrado en el mundo del cuidado de las personas”, lamentó Bach.

Crece la masculinización de la economía

La empresaria también hizo referencia a “sectores que no permiten la conciliación”, que hacen que las mujeres terminen desplazándose hacia otros sectores. En este aspecto profundiza otro informe, en este caso de Pimec, que muestra cómo, en algunos ámbitos, la sociedad no está avanzando hacia la paridad, sino que el modelo productivo actual está favoreciendo la masculinización, porque se está apostando por sectores con más presencia masculina.

El estudio de la patronal de pequeñas y medianas empresas asegura que el 63% de los puestos de trabajo proyectados con los fondos Next Generation en España estaban destinados a hombres. Esto se produjo porque los fondos europeos y los PERTE se han centrado en sectores como los semiconductores o el coche eléctrico, donde las mujeres solo representan aproximadamente uno de cada cuatro empleados.

Maria Teixidor (Pimec): "El sistema está perpetuando una desigualdad de género". El 63% del empleo de los NextGen fue masculino

“Hay una brecha sectorial. La mujer está situada en sectores que no son tractores de la economía, como los servicios, que no generan valor añadido”, y esto se sigue perpetuando porque en la modernización de la industria y los sectores tecnológicos no se ha tenido en cuenta a la mujer, asegura Teixidor. “He visto casos incluso ridículos, de empresas industriales donde las mujeres no van porque no hay vestuarios para mujeres, o monos de trabajo para mujeres”.

Este fenómeno con los fondos europeos podría explicar que el porcentaje de mujeres en las empresas haya retrocedido, como recoge el informe de la Cambra. Coincide en ello Beatriz Fernández-Tubau, presidenta de la Comisión de Igualdad de Foment del Treball, que lamenta que los sectores de mayor prestigio y mejor remunerados estén más masculinizados y no se revierta esta situación.

Este fenómeno con los fondos europeos podría explicar que el porcentaje de mujeres en las empresas haya retrocedido, como recoge el informe de la Cambra. Coincide en ello Beatriz Fernández-Tubau, presidenta de la Comisión de Igualdad de Foment del Treball, quien lamenta que los sectores de mayor prestigio y mejor remunerados estén más masculinizados y no se revierta esta situación.

“En el índice europeo de igualdad, España tiene un 76, mientras que la media de la UE es 70, somos cuartos detrás de Suecia, Países Bajos y Alemania. Está bien, pero nos falta bastante”, explica Fernández-Tubau. “Se trata de aprovechar el talento, no puedes dejar al margen a la mitad de la sociedad”, añade en ON ECONOMIA.

El impacto de los planes de igualdad

Para la presidenta de la Comisión de Igualdad de Foment, los planes de igualdad son una herramienta útil, porque ‘son muy ambiciosos’ y se hace un seguimiento, aunque admite que a menudo resultan engorrosos para las empresas, debido a la “proliferación de leyes” y la gran cantidad de burocracia que implican.

En cambio, Teixidor no los considera efectivos: “Los planes de igualdad se han convertido en una check list, que las empresas hacen para cumplir el expediente, pero les da pereza. Hacer un plan de igualdad y guardarlo en un cajón no cambia nada, no transforma la realidad. Se necesitan actuaciones que cambien la realidad”.

Una política posible para cambiar la tendencia que propone la presidenta de la Comisión Mujer y Empresa de Pimec es vincular las ayudas públicas a la paridad: “Es necesario dotar de perspectiva de género las ayudas, que se concedan a empresas que demuestren igualdad y presencia de la mujer en puestos de responsabilidad”.

Un cambio de mentalidad del hombre

Teixidor y Fernández-Tubau coinciden con Bach en que es necesario un cambio de mentalidad y que el hombre entre en el área del cuidado de las personas. “Las mujeres dedican dos tercios del día a trabajos no remunerados y los hombres, solo un tercio. Tenemos que conseguir que el hombre entre en la parte de trabajos no remunerados. Si tenemos que explicar a las mujeres que pueden entrar en sectores industriales, también a los hombres que deben entrar en el cuidado de las personas”, dice Teixidor.

“Muchas veces, las medidas de conciliación nos perjudican, porque la mayoría de personas que las toman somos mujeres. Son cosas que se dan por supuestas y suponen un sesgo de género”, explica Fernández-Tubau. Para combatirlo, es necesario un cambio social. “Los hombres tienen que entender que la igualdad es un paso adelante. Pero no es un tema de enfrentamiento con el hombre, es un tema de complicidad”, concluye.