La morosidad bancaria ha roto su buena racha de los últimos cuatro meses y ha repuntado hasta el 3,56% en enero, tal y como constatan los datos del Banco de España. Pese a que la mora de la banca, hasta ahora, no estaba siendo un problema, el nuevo curso ha comenzado con el repunte del que es uno de los aspectos más importantes a la hora de valorar el negocio de las entidades bancarias. Aunque el nuevo dato se mantiene dentro de unos márgenes bajos, el repunte de la morosidad sí responde al endurecimiento monetario y a las condiciones crediticias más duras. Tal y como indican los datos del Banco de España, el repunte hasta el 3,56% se produce pese a que se redujo el saldo de préstamos impagados.

La explicación que dan a esta subida reside en que la cartera crediticia en vigor al finalizar enero era de más de 1.000 millones de euros, por debajo de los 1,219 billones de euros del mes anterior. Esto se debe a que los créditos morosos se habían reducido a 42.922 millones de euros, unos 237 millones menos.

La morosidad en la banca responde al endurecimiento monetario

Además de ello, cabe destacar que la coyuntura económica sigue siendo compleja, marcada por las progresivas subidas de tipos de interés, las cuales, se han mantenido desde julio del pasado ejercicio, que han estado destinadas a rebajar la incesante inflación de la eurozona. La banca, pese al endurecimiento monetario, no ha tenido problemas de morosidad durante 2022, ni tampoco en los primeros compases de 2023. De hecho, todas las entidades bancarias españolas registran unos niveles de morosidad ínfimos, y más teniendo en cuenta el momento en el que la económica se encuentra.

Pese a que la morosidad crece hasta el 3,56% en enero, la realidad es que esta sube apenas un 0,2% desde el pasado diciembre. Es decir, la banca ha visto crecer la morosidad, pero esta sigue ubicada en unos márgenes que no deberían suponer ningún problema a los bancos españoles, y menos contando con que vienen siendo las empresas más favorecidas por las continuas alzas de tipos de interés, las cuales han llegado en un momento en el que la demanda bancaria ha sido estable.

La morosidad decrece en un 0,76% desde enero de 2022

Tal y como indican los datos del Banco de España, la morosidad en enero de 2023 es un 0,76% inferior a la marcada en el mismo periodo en el año anterior. En enero de 2022, la mora de la banca superaba el 4,30, reduciendo hasta la tasa actual. Por su parte, el saldo de dudosos ha mermado casi 9.500 millones de euros.

Atendiendo a la evolución anual de la morosidad bancaria, parece claro que este no ha sido un problema para las entidades bancarias españolas, las cuales se han nutrido de las subidas de tipos de interés, aprovechando un momento en el que la clientela de la banca cuenta con liquidez para acometer operaciones bancarias, como la contratación de una hipoteca, entre otras.

Las financieras de consumo, las que cuentan con la tasa más elevada

Además del dato total del sector, el Banco de España publica cada mes la morosidad agregada de bancos, cajas y cooperativas. Por otra parte, el ente público también publica la tasa de mora de las financieras de consumo.

En lo que respecta a las primeras, en enero, la morosidad pasó del 3,45% que manejaban en diciembre de 2022 hasta el 3,48% con el que han cerrado el primer mes del ejercicio. Desde el Banco de España explican este aumento a que la cartera crediticia se redujo hasta los 1,153 billones de euros, ya que el saldo agregado de impagados siguió cediendo hasta los 40.097 millones de euros.

Por su parte, la morosidad de las financieras de consumo subió hasta el 6,02%, con un volumen de dudosos de 2.637 millones de euros, por debajo de los 2.695 millones al cierre de 2022, y una cartera crediticia que cayó hasta los 43.842 millones de euros.