Francisco Reynés (Palma de Mallorca, 1963) fue reelegido como presidente de Naturgy para los próximos cuatro años en la Junta General de Accionistas celebrada durante la jornada de ayer. El máximo mandatario de la compañía parece haber convencido a los inversores de una empresa que, tras los primeros cinco años de mandato de Reynés, ha experimentado una evolución abrupta desde todos los puntos de vista. Con todas las variaciones llevadas a cabo en Naturgy tanto a nivel estructural, como comercial, y hasta incluso en la imagen de la empresa, Reynés asegura a ON ECONOMIA que “el proyecto que encabezo desde hace cinco años no está acabado y cuento con la ilusión de poder seguir aportando”.
El ejecutivo balear aterrizó en la que, por aquel entonces, seguía siendo Gas Natural Fenosa en febrero de 2018 para sustituir a Isidro Fainé, y le bastaron escasos meses para llevar a cabo su primera gran variación interna. Gas Natural pasó a contar con 12 miembros en el consejo de administración desde los 17 que mantenía hasta antes de la llegada del expresidente de Cellnex. Tras ello, el presidente de la actual Naturgy se puso manos a la obra en la reestructuración y labor de crecimiento de la compañía.
Con Francisco Reynés ‘nació’ Naturgy
De entrada, el primer cambio de puertas hacia fuera fue el cambio de la empresa. Reynés llevó a cabo una nueva variación en la denominación de una firma que cuenta con más de 175 años de historia. El presidente no titubeó y pasó a llamar a Gas Natural Fenosa, Naturgy. Para el máximo mandatario de la compañía, el cambio de nombre responde a una nueva apuesta referida al negocio de la empresa. Reynés explicó la variación justificando que, pese a que el gas natural es la principal apuesta de la compañía con sede en Madrid, Naturgy quiere ser una energética más amplia. Es decir, no quería que la empresa fuese una gasística, sino una compañía de energía.
A finales de julio de 2018, el presidente llevaba a cabo la presentación del primero de los dos planes estratégicos que la firma energética ha presentado en los últimos cinco años. Pese a que el segundo de ellos (comprendido entre 2021 y 2025 se ajusta a la realidad de la empresa), ambos se han fundamentado en la misma idea: hacer de Naturgy una empresa más completa, volcada en la transición ecológica y con presencia en otras tecnologías más allá del gas natural. Pese a que el negocio principal de la firma se sigue forjando sobre el hidrocarburo, es cierto que la compañía mira al futuro con la apuesta por la energía ‘verde’ como premisa principal. De hecho, tal y como anunciaron en la última presentación de resultados anuales, en 2022, el 90% de las inversiones realizadas por Naturgy (unos 1.200 millones de euros) fueron destinadas a proyectos renovables.
Tal y como apuntan desde la compañía, entre 2018 y 2022, Naturgy ha incrementado desde 1,7 GW hasta 5,5 GW la potencia renovable operativa. La firma con sede en Avenida América, pese a mantener al gas como el principal catalizador de ingresos, ha reafirmado su apuesta por la energía ‘verde’ con mayores inversiones, pero también con la venta de activos y la focalización en los mercados de mayor rentabilidad.
En el mandato de Reynés ha habido dos crisis internacionales
Por otro lado, Francisco Reynés ha capitaneado a Naturgy en una doble crisis: primero, en 2020, con el estallido de la pandemia, la cual paralizó la economía internacional por completo; y, segundo, con la crisis energética actual, la cual ha ubicado ha obligado a la compañía a moverse en un terreno marcado por la incertidumbre. Pese a esto, es cierto que la crisis energética originada por el estallido de la guerra de Ucrania ha beneficiado a las firmas volcadas en el negocio del gas, puesto que el hidrocarburo ascendió hasta su nivel máximo catalizado por la menor oferta y una demanda elevada.
Con todo ello, los planes trazados por la Naturgy liderada por Reynés parecen estar funcionando, o al menos eso figura en las cuentas de la compañía. Tal y como indican los resultados de la energética, el ebitda en 2017, año anterior a la entrada del actual presidente, era de 3.975 millones de euros. Cinco años más tarde, el beneficio bruto de explotación asciende hasta los 4.954 millones de euros. Es decir, con Reynés al mando, y atravesando la época de la covid-19, la firma ha logrado incrementar su ebitda en más de un 24%. En línea con el rendimiento comercial positivo, los beneficios de Naturgy en 2022 crecieron en cerca de un 36% con respecto al cierre de 2021, aupados por el momento actual del sector energético.
En cuanto a la deuda, esta ha cedido desde los 15.154 millones de euros que marcaba en 2017 hasta los 12.070 millones de euros, con la que ha cerrado en 2022. Pese a que el monto sigue siendo elevado, la directiva capitaneada por Francisco Reynés ha rebajado la deuda de la energética en 3.000 millones de euros en cinco años.
Naturgy crece cerca de un 40% en el IBEX 35 desde febrero de 2018
Otro de los apartados en los que Naturgy muestra una evolución positiva desde que el ejecutivo balear preside la compañía es la dinámica bursátil en el IBEX 35. Pese a que la energética no ha sido el valor más creciente de los últimos años, sí que muestra un crecimiento cercano al 40% desde febrero de 2018, mes en el que entró Reynés a la presidencia de la compañía energética. Todo ello contando con que, con el estallido de la crisis sanitaria, la acción de Naturgy cedió hasta su valor más bajo de los últimos diez años. Así, desde mediados de abril de 2020, momento en el los títulos se deprecian hasta su punto más bajo desde 2013, la empresa ha crecido en más de un 81%.
Esto responde tanto al buen hacer comercial de la compañía, como a la reactivación económica, pero, sobre todo, a la posición de las empresas del sector energético en un contexto como el actual. Otro de los apartados que también explican la revalorización en el IBEX 35 de la firma es la política de dividendos de Naturgy, la cual ha ido mejorando el pay out año tras año. Para 2023, la energética ha fijado un reparto de dividendo de 1,20 euros por acción, siendo este el “suelo” que se ha puesto la firma para la bonificación a los accionistas.
El ‘Proyecto Géminis’, la tarea pendiente
La tarea pendiente que parece habérsele encasquillado a Francisco Reynés es la escisión de la compañía. Pese a que, para el propio presidente, esta estrategia sigue siendo “correcta”, el bautizado ‘Proyecto Géminis’ todavía no ha prosperado. Además de ello, este ha levantado ampollas en el Gobierno de España, el cual cree que no es una buena estrategia. Por el momento, la división de la empresa de dos compañías está en barbecho. Reynés dejó claro que esta operación se hará “cuando toque” y justificó la paralización del plan debido a la irrupción de la guerra de Ucrania, la cual ha insertado la volatilidad y la incertidumbre en todos los mercados.
Sea como fuere, la reelección de Francisco Reynés como presidente de Naturgy responde a cinco años de crecimiento, estabilidad financiera, rebaja de la deuda, desinversiones en proyectos no tan rentables, reforzamiento de lazos comerciales, entre los que destacan con la argelina Sonatrach, y, por supuesto, posicionamiento en la energía ‘verde’, aunque aún sigue siendo una transición lenta.