De fondo, el amago de opa de Taqa sobre Naturgy y su renuncia al final, e incluso la puerta abierta del Gobierno a entrar en la gasística a través de la SEPI. Sobre el papel, unos resultados satisfactorios, con 1.043 millones de beneficios que deben ser 1.800 a final de año, casi idénticos a los de 2023, y un plan estratégico hasta 2030 que se presentará a finales de año con tal de “convencer” a los accionistas actuales y atraer a otros nuevos.
Buenos resultados, plan estratégico y un acuerdo con Sonatrach (accionista de Naturgy) para fijar ya el precio de compra del gas procedente de Argelia, 5 Bcms equivalente a una sexta parte de la demanda total de gas española. Tres mensajes de fortaleza que los mercados recibieron de manera positiva, con una subida del 1,28% en la sesión al cierre del IBEX.
El presidente ejecutivo de Naturgy, Francisco Reynés, puso en valor ayer en la rueda de prensa de presentación de resultados semestrales el trabajo de la empresa para que se hayan cumplido objetivos, pese a que “no es fácil mantener la moral cuando cada día pasa algo” y aludió a las "turbulencias" de mercado que agitaron el precio de las acciones. Pero no quiso entrometerse en los movimientos de los accionistas.
La gráfica con los altibajos de los precios de la acción demostraba el efecto en los mercados de tres momentos distintos: la exclusión de los índices MSCI en enero, la opa reconocida en abril por Taqa a petición de Criteria y la ruptura de las negociaciones en junio. “El buen desempeño de la empresa no tiene un reflejo directo en la cotización, que ha vivido tres turbulencias importantes”, reconoció Reynés.
Cuestión de dividendos
Ante tal reflexión, y ante la pérdida a lo largo del año del valor de la acción de Naturgy (27 euros a inicios de año, 22.22 ahora), un periodista de Expansión preguntó a Reynés si creía que la evolución de su cotización era más bien una cuestión “divina” o bien respondía a que se arrancó el plan estratégico con previsión de pagar un dividendo de 1,59 euros por acción a estas alturas y actualmente está en 1,40 y que la inversión ha sido también muy inferior a lo que se esperaba hasta 2024.
“Hemos cumplido a medias”, reconoció Reynés al respecto sobre el dividendo y la inversión, pero recordó también que el plan estratégico fue modificado en 2021, y también que se han dado situaciones como los cambios regulatorios, el covid o la guerra de Ucrania y su efecto en los precios que han ido forzando a la empresa a adaptarse a cada momento. “Hay inversiones que se retrasan, otras que se avanzan”, añadió.
Pero ante los altibajos de la empresa, Reynés insistía en “unos resultados suficientemente sólidos como para mantener la línea de actuación”. Y convenció al mercado. El desempeño industrial como antídoto al ruido del mercado. “Seguiremos con la inversión en dos focos: la generación renovable y las redes de distribución”, defendía Reynés, confiado en “cambios regulatorios” que eliminen el tope del Gobierno a la inversión en redes, con “un nuevo Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) sobre la mesa” que condicionará los objetivos empresariales sobre todo en descarbonización.
Mayor "estabilidad accionarial"
Sobre la recomendación de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) de ampliar capital o vender acciones para tener más liquidez y ampliar el free float (acciones libres que se venden a diario en el mercado), Reynés respondió que es una cuestión trasladada a los accionistas, que no se ha manifestado aún al respecto.
El amago de opa de Taqa con el beneplácito de Criteria, máximo accionista, las recomendaciones de la CNMV o el Gobierno abriendo la puerta a entrar en Naturgy a través de la SEPI como hiciera en Telefónica son movimientos de ficha en los mercados encaminados, en general, a dotar de una “mayor estabilidad accionarial” a Naturgy, necesidad esa sobre la que Reynés tampoco quiso posicionarse. “Nuestros accionistas son todos iguales, cada uno con los poderes políticos que le corresponden por alícuota, y el que quiera entrar es bienvenido”, sentenció.
Reynés, pese a las insistentes preguntas, no desveló detalles del plan estratégico, que se debe presentar a finales de año y aún tiene que votarse en el consejo de administración. Tan solo quedó claro que irá en la misma línea que el último, con el acento puesto en las energías y gases renovables que irán entrando paulatinamente en el mix eléctrico, en la mejora de las redes y todo ello sin perder el lugar de dominio en la comercialización de gas tradicional gracias a contratos como el argelino, pero sin ninguno nuevo con Rusia, que por ahora sigue enviando Gas Natural Licuado a España por contratos firmados antes de la guerra que, si no se cumplen, se deben pagar por partida doble.
Por ahora, no hay plan Géminis
Los resultados del primer semestre, aparte de calcar beneficios, sirven para constatar una “normalización o caída de los precios energéticos, sobre todo del gas”, explicó y arrojan una mejora de la deuda neta, que pasa de los 12.090 a los 11.838 millones de euros.
Con un ebitda semestral de 2.846 millones repartido casi a partes iguales en mercados de energía (1.415 millones) y redes de distribución (1.454), Naturgy invirtió un 17,3% más en generación renovable, 386 millones, y 157 millones más en redes de distribución, entre las cuales la eléctrica española se llevó la mayor partida, 67 millones a la postre también relacionados con las renovables y apuntando una dirección clara hacia las energías limpias.
Estas vehicularán también parte del plan estratégico hasta 2030 que se presentará a finales de año, “ambicioso y atractivo”, centrado en el crecimiento y en la creación de valor y “comprometido con la descarbonización responsable” como tres líneas a seguir, únicos detalles avanzados en la presentación de este martes.
El plan Géminis de escisión de negocios no entrará en este plan estratégico, dejó claro Reynés, si bien no quiso enterrarlo. “Ahora no se cumplen las condiciones”, sentenció, y aludió después al contexto “político” como uno de los motivos para no tirarlo adelante.
Si sus planes de negocio irán o no de la mano de importantes cambios accionariales es algo que escapa, al menos en parte, al control de Naturgy, si bien Reynés sí que dejó claro que no hay contactos con el Gobierno para la entrada de la SEPI. Criteria, máximo accionista con un 26,7%, tendrá mucho que decir al respecto.