El gobierno de Pedro Sánchez quiere vetar la OPA del BBVA sobre el Sabadell. La vicepresidenta, María Jesús Montero, advierte que si sale adelante y acaba en fusión, habrá “una excesiva concentración de riesgo” en España, ya que cada vez hay menos bancos y más grandes. A Economía, directamente, no le gusta cómo se ha planteado esta operación “ni en la forma, ni en el fondo”. Y, además, considera que tendría efectos “lesivos” en el sistema financiero español.
En esta operación la última palabra la tendrá Moncloa, según ha dicho el ministro Carlos Cuerpo. Primero debe recibir autorización de otras muchas instituciones y puede pasar un año hasta que el Gobierno central la tenga que analizar. Antes deben pronunciarse reguladores y supervisores como la CNMV, el Banco Central Europeo, Competencia o El Banco de España. Y precisamente este último podría ser un aliado.
Hay que recordar que el mandato del actual gobernador, Pablo Hernández de Cos, acaba el próximo 11 de junio, ya que solo puede estar seis años en el cargo. Y que es el Gobierno español el que elige al sucesor o sucesora. El nombre del nuevo gobernador o gobernadora, de hecho, se dará a conocer una semana antes de que venza este mandato (entre finales de mayo, principios de junio) según distintas fuentes consultadas, por lo que ya será este quien estudie la OPA del BBVA.
Entre los candidatos suenan nombres como José Luis Escrivá, exministro de Seguridad Social y actual ministro de la Transformación Digital y de la Función Pública, o el de la actual subgobernadora, Margarita Delgado. Pero también el de Soledad Núñez, que es consejera en el Banco de España, o el de Fernando Restoy, que fue subgobernador y también vicepresidente de la CNMV. Las mismas fuentes indican que, aunque todos están alineados con el gobierno socialista, Escrivá es el candidato favorito y tenerlo de aliado en el Banco de España puede ser muy conveniente para poner trabas a la operación.
“Lo sensato sería que el BBVA, en paralelo, abriera conversaciones con el gobierno porque va a cambiar el gobernador y lo nombran ellos, así que puede tomar parte”, señalan. “Hacerlo después de las elecciones catalanas también tendrá menos riesgo”, añaden. Y es que los expertos señalan que el momento de anunciarse la OPA, a solo tres días de las elecciones catalanas que se celebran este domingo, no ha sido nada favorable para el BBVA.
El Sabadell es un banco catalán, el cuarto más grande del país, y si acaba en manos de otro más grande terminaría desapareciendo, algo que rechaza el empresariado y la política catalana. También la corriente PSOE del actual gobierno central, “a la que le perjudicaría haber dicho lo contrario” y no vetar la operación, apuntan estas fuentes.
Aunque las mismas señalan que, más adelante, después de las elecciones, el Gobierno de Sánchez podría mostrarse menos negativo. Si bien, el propio presidente del BBVA, Carlos Torres, se mostraba convencido de que el gobierno español terminaría viendo “las bondades de la fusión”, según dijo este jueves.
Aunque hay otra rama del gobierno, la de Sumar, que está totalmente en contra y lo ha estado desde que el BBVA anunció su intención de fusionarse con Sabadell la semana pasada, antes de anunciar la OPA. Yolanda Díaz rechaza este tipo de operaciones porque se reduce la competencia en la banca y afecta a los clientes, y por los daños que ocasiona en la plantilla. Sea por unos o sea por otros, los miembros del gobierno ya han dejado claro con sus advertencias que BBVA no lo tendrá tan fácil. Y con el Banco de España de su lado pueden encontrar mecanismos para frenar la compra.
El reloj de la CNMV no para pese a la denuncia del Sabadell
Por otra parte, la CNMV está “analizando” la denuncia realizada por el Sabadell a última hora del jueves, en la que advirtió al organismo que preside Rodrigo Buenaventura que el BBVA ha vulnerado la ley de OPAs por dar más información a los analistas y periodistas que en el folleto donde anunció la OPA. El banco que preside Josep Oliu indica que la información proporcionada en la reunión con analistas no está incorporada al anuncio, de manera que “vulnera” el artículo 32.1 del Real Decreto 1066/2007, de 27 de julio.
Dicho artículo dice que desde que se hace público el anuncio de una OPA, el oferente (en este caso el BBVA) “se abstendrá de difundir o publicar por cualquier medio cualquier dato o información que no conste en el anuncio previo de la oferta”. Lo que se denuncia, exactamente, es que el BBVA reveló que había accionistas e inversores “relevantes” de Sabadell que estarían dispuestos a acudir a la OPA. Por ello, el banco catalán “ha dado traslado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores de esta circunstancia en aras de que el mercado cuente con información completa y transparente y se garantice un proceso ordenado y correcto”.
Desde la CNMV explican a este medio que “lo están analizando”, pero que el reloj no se para. La OPA “sigue su proceso” y no se ve afectada por estas cuestiones. Así, el BBVA dispone ahora de 30 días para presentar la solicitud de autorización, junto con el folleto explicativo y los demás documentos complementarios.
El BBVA realizó el anuncio previo a la OPA el jueves y ahí se activó el contador, así dispone de un mes para presentar la solicitud. Después, la CNMV cuenta con siete días (que se pueden ampliar en otros siete más) para admitir a trámite la solicitud. Y finalmente, procederá al estudio para la autorización. Para aprobarla, eso sí, necesitará antes el visto bueno del Banco Central Europeo.
Carlos Torres, por cierto, cree que tiene al BCE de su lado porque al organismo "le gustan los bancos grandes", y este es su propósito con esta operación. OPArlo y, después, fusionarse. Asimismo, el BBVA indicó el jueves que no agotará los plazos y, por tanto, no tardará un mes en presentar a la CNMV su solicitud de autorización. Prevé que estará “durante la primera mitad del plazo máximo”, es decir, en dos semanas.
Fuentes cercanas al banco descartan también que la denuncia del Sabadell vaya a afectar en este proceso, aunque sí creen que el regulador podrá requerir más información o aclaraciones.