La fábrica Nylstar de Blanes (Girona) ha vuelto a poner en marcha las máquinas este miércoles, medio año después de que el fabricante de hilo de Nylon presentara un concurso de acreedores. De momento estarán una cuarentena de trabajadores en activo, la mitad de los que configuraban la plantilla, pero el presidente del comité de empresa, Xavier Cherino, se ha mostrado confiado en el hecho de que se abra la contratación pronto "si la producción va a más", ha informado la ACN. Con la reanudación de la actividad, la fabricación se centrará en el hilo de Nylon 6.6, "el más técnico dentro del mercado textil", cosa que le permitiría ser un referente industrial en el ámbito europeo, tal como recordaba el presidente del comité de empresa, Xavier Cherino. De cara a este jueves se mandarán más máquinas que tendrán que facilitar la producción de las 80 toneladas que han encargado los proveedores a la fábrica situada en la comarca de la Selva.
Este retorno a la actividad se ha hecho después de que un inversor privado interesado en la compra de la fábrica ha abierto una línea de crédito y ha adelantado los recursos necesarios para mantener una parte de la plantilla y la infraestructura fabril, especialmente recuperando el suministro de los servicios básicos y energéticos. A pesar de todo, todavía se mantiene el anonimato de este posible comprador. El presidente del comité de empresa ha remarcado que todavía estaría estudiando los costes de producción y de mantenimiento que tiene la antigua Safa. Según detalla el representante de los trabajadores, hay varias industrias textiles interesados en la compra, «principalmente del mundo oriental».
Creada el año 1923, en Blanes, entonces con el nombre de Sociedad Anónima de Fibras Artificiales (SAFA), la compañía llegó a dar trabajo, además de 2.000 trabajadores. El año 2007, sin embargo, ya entonces bajo la propiedad del grupo Nylstar, la textil entró en concurso de acreedores. Fue durante este proceso cuando el grupo inversor Praedium la adquirió por 1,8 millones de euros. El propietario del grupo, Alfons Cirera, se convirtió en el máximo accionista de la compañía. En el 2016, la empresa hizo un cambio de modelo productivo y se redirigió entonces hacia la producción de hilos especializados, y durante la pandemia, también lanzó en el mercado una mascarilla con un nuevo tejido antiviral. Pero durante los últimos años, la empresa también se ha visto marcada por ERE y una progresiva reducción de plantilla, hasta llegar a los 80 trabajadores actuales. A mediados de enero, la textil, que ya hacía más de un mes que había parado la después de estar inmersa en un ERE temporal, motivada también por un sobre coste de 2,2 millones de euros que le supuso a la compañía el encarecimiento de la energía, presentó concurso de acreedores para entrar en liquidación y despedir a toda la plantilla.
A lo largo de este proceso, el comité de empresa formado por los sindicatos CC. OO., UGT y Domum Laboral ha intentado buscar varias alternativas, entre las cuales la entrada de la administración catalana en el accionariado de la compañía, una opción que fue descartada por el Govern de la Generalitat. En paralelo, y con el objetivo de buscar alternativas a la liquidación de la fábrica, además de mantener los puestos de trabajo, la Generalitat, el Ayuntamiento y los sindicatos crearon una mesa para reindustrializar Nylstar. Hace un mes a las reuniones también se añadieron representantes de la textil.